y todas las voces son de agua
sacudida por las ramas
donde el sol había hecho
lo que pudo cuando
estallamos sin comprender
bajo el éter de los cítricos
oscuridad derramada
en la letra sobre el labio
si hasta el perro
había dejado de ladrar
pronto, quedamos en que
la penumbra de cada uno
se iría con el gris mismo de la nubes
con el pretérito perfecto
de la lluvia
Palabras escondidas en un viejo cuaderno
en acordes liberados sin aviso
como en un impromptu
y todo para atenuar
la llama atroz ¿eh? madre
para atraer el vuelo de los pájaros
sobre la espesura
abandonada
palabras escondidas en lo que tiene
la muerte de sincera: un aire
de ruedos descosidos
junio de lágrimas aquí
y acaso allá, sin perder a pleno
el trazo de los vuelos
en la ausencia
RITA KRATSMAN (1940, Buenos Aires, Argentina)
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