Acerca de “Zorro cazador de pumas” de Gerardo Curiá (Ediciones En Danza, 2022)
Gerardo Curiá escribió un libro. El libro se llama “Zorro cazador de pumas”. Quien escribe un libro también escribe un secreto, pero en este caso particular el libro trata de un tema que no es ningún secreto, o en todo caso lo que se dice es un secreto a voces: los primeros campos de concentración propiciados por el estado argentino en la segunda mitad del siglo diecinueve y el posterior destierro, esclavización y asesinato de hombres, mujeres y niños. Y su consiguiente plan de parcelaciones, su afán inmobiliario, tasador, usurero: tierras, estaciones, estancias, estancieros, la legitimidad de tal expansión, los métodos utilizados y el declarado, impreso y declamado rol civilizador de la nación (puede el desocupado lector agregar comillas donde desee). Sus anónimas cadencias persisten: hectáreas, silobolsas, efectivos y policiales, monedas propias; libros, librerías, almacenes, carnicerías, ganados, forrajes. Curiá escribe, de entrada, de frente, diría, una línea certera: el deseo del rapaz/ alumbra su imperio/ sobre el cuerpo del otro. Tira el cuerpo, el cadáver sobre la mesa, sobre la página. Un cuerpo y una voz, una metáfora, una cosa por otra: el derrotero dual de Mariano Rosas, de quien un falsario y turista ya hizo hace muchos años su retrato en un libro famoso. (Una sucinta biografía de Rosas no debería omitir ciertos detalles, a saber: a los nueve años de edad junto a otros chicos fue tomado prisionero por una partida militar, trasladado engrillado hasta la aldea de Santos Lugares de Rosas y llevado en presencia del entonces gobernador Juan Manuel de Rosas porque era el hijo de un cacique mentado; el Restaurador lo hizo bautizar, ofició de padrino, le impuso Mariano de nombre, le asignó su apellido y lo confinó como peón de estancia. Adquirió los rudimentos de la escritura y la lectura. Luego escapó para nunca más abandonar ni su lengua ni su región). Así pues, cautivo, entenado y matrero, Rosas, su cuerpo, habla, increpa, vaticina, postula una voz que no rehúye de nombrar al adversario, al enemigo, ni de intuir que las razones que éste expone, el pacto, la paz social si se prefieren argucias recientes, preceden a la represión, al silencio y al olvido. En uno de los poemas se lee: Atacamas Chanes Charrúas Chorotes Chulupies Comechingones Diaguitas Guaraníes Gauycurúes Huarpes Logys Kollas Lules Mapuches Mocovíes Ochoyas Omaguacas Pilagás Ranqueles Vilelas Sanavirones Selk’nam Tapietes Mbye Guaraníes Tastiles Tehuelches Tillanes Quoms Tonokotes Lules Vilelas Wichís. Son partes de una sola palabra y puede que nos favorezca para recordárnosla a nosotros mismos, para completar la realidad. El poemario incluye acápites; uno en particular cita a un general del ejército estatal blanco argentino (que creó la imaginación y el delirio de un pedagogo) luego devenido presidente; y el milico funcionario público citado habla de arrojar gente, personas, prójimos, ciudadanos al otro lado de un río. Ese tal pedagogo (profuso escriba además devenido presidente) murió en el exilio, en un país hermano, y alguna vez anotó que el detalle de una batalla lo da el vencedor. Pero la batalla continúa. Eso es acaso el núcleo de los versos que Curiá decidió entregar a la imprenta, retomar un nombre, la implicancia de un destino colectivo y desplegarlo para su interpelación. ¿Cuánto dura un nombre? ¿Cuánto mide una hectárea? ¿A cuánto y desde cuándo? ¿Qué palabras van en bastardilla en un texto? El poema que concluye el libro emplea la palabra tenaz, la palabra hilo y la palabra historia: hilo tenaz de la historia; y viene a evocarnos la vida secreta de esas y tantas otras palabras, los sellos y las clasificaciones y las convulsiones internas que continúan en un territorio todavía en pugna. Borges observaba que, si hubiera alguna duda sobre la autenticidad del Alcorán, bastaba la ausencia de camellos para probar que es árabe: eran parte de la realidad, no había por qué distinguirlos; la palabra amor fue impresa una sola vez en el presente libro.
III
Piensa don Juan Manuel
ahijar lo agreste
domar lo zaino
ejercerá
la potestad de su dominio
en la belleza indócil
él
sabe la forma
en que florece
el amor
en la ilusión del siervo
es patrón de la pampa
no hay límite
que no pueda atravesar
ha decidido
el hijo de Painé
será cristiano
él
elegirá su nombre
le dará su apellido
un Zorro Cazador de Pumas
tan manso
como sus perros de estancia
Desnuda tregua efímera
I
Se acerca el coronel
a visitar al cacique
Mariano lo sabe
no hay inocencia
tan solo la cuerda
de un frágil equilibrio
que ya no puede soportar el ritmo
al que truenan las balas
Su cosecha será
una brizna de tiempo.
II
Mariano Rosas
Lucio Victorio Mansilla
ahijado y sobrino del Restaurador
una memoria los une
ganadería y estancia
otra es memoria de lo adverso
pampa familiar e incierta
del malón y el fortín
el paisaje
uno y distinto
no reconoce límites
así
se miden
en cautela y estrategia
el verbo justo
la evocación
y el silencio
puro espacio
entre ciudad y toldería
espinal y pasto
componen
la literatura de un encuentro
desnuda tregua efímera
ambos
intuyen
lo aciago del futuro
el huinca
escribirá
Una excursión a los indios ranqueles
Acerca de ALBERTO CISNERO (1975, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, Argentina)
Publicó: El límite de la materia (Ruinas Circulares, 2012- Barnacle, 2015), Tagsales (Encausto, 2013- Insaciables, 2021),
Adiós y hasta pronto (Dio Fetente, 2013), El movimiento obrero granizado (Barnacle, 2014, 2019), Robé un auto para trasladarme a las soledades vivientes (Barnacle, 2015), Drugstore (Barnacle, 2015), Ajab (Barnacle, 2016), Oquei, gracias (Barnacle, 2017), Las casas (Barnacle, 2018), Forma parte de mi guerra (Barnacle, 2019), Akata mikuy (Barnacle, 2020), Media hora con el autor (Barnacle, 2021), Los dados de la muerte (Barnacle, 2021), Mi recherche (Barnacle, 2022) y La sustancia en infracción (Barnacle, 2022).
Adiós y hasta pronto (Dio Fetente, 2013), El movimiento obrero granizado (Barnacle, 2014, 2019), Robé un auto para trasladarme a las soledades vivientes (Barnacle, 2015), Drugstore (Barnacle, 2015), Ajab (Barnacle, 2016), Oquei, gracias (Barnacle, 2017), Las casas (Barnacle, 2018), Forma parte de mi guerra (Barnacle, 2019), Akata mikuy (Barnacle, 2020), Media hora con el autor (Barnacle, 2021), Los dados de la muerte (Barnacle, 2021), Mi recherche (Barnacle, 2022) y La sustancia en infracción (Barnacle, 2022).
Publicó: Sol, iris, sueño (poesía), edición de autor, Buenos Aires, 1990; Crónicas de San Acustio (relatos), edición de autor, San Pedro, 2002; Quebrado Azul (poesía), Ediciones Patagonia, Buenos Aires, 2004; Serie los suicidas (poesía), edición de autor, Buenos Aires, 2005; Caldén (poesía), Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires, 2008, reeditado en 2015 por La Mariposa y la Iguana; Música del Límite (poesía), El Suri Porfiado, Buenos Aires, 2010, distinguido en el Concurso Nacional Macedonio Fernández; El damero de los sueños (poesía), La Mariposa y la Iguana, Buenos Aires, 2015; Pescador (poesía), La Mariposa y la Iguana, Buenos Aires, 2016; Zorro cazador de pumas (poesía) en Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2022.
Enlaces: La ficción del olvido | El poeta ocasional
0 Comentarios