HABÍA apoyado los ojos,
con toda su firmeza,
en tu rostro codiciado
por las luces en tránsito
de ciudades que lentamente desaparecían.
Luego la oscuridad, obedeciéndose a sí misma,
eclipsó la imagen
y todos nos convertimos en embriones
en espera del mundo.
Así, tu rostro absorto
solo podía imaginarlo
como una hipótesis,
hasta cuando fuera resucitado
después del túnel.
ERA finales de agosto cuando tomamos
el baño de noche. Tenía miedo de que alguien
pudiera verme desnudo, temblaba por el frío,
sin embargo, recitaba el rol de quien en la vida
superó bien otros obstáculos.
Desde el mar vimos
las luces anaranjadas de la estatal hacerse llamitas
que poco a poco se difuminaban.
A lo lejos, las notas de la disco music años Setenta,
junto a la voz rufiana de un dj de provincia.
Nosotros nos burlábamos de él,
aquel dj que confundía las t con las d,
nadábamos en una oscuridad petrolífera
y mientras tanto nos preguntábamos si el próximo año
el agua será más cálida.
(insomnio)
Cuando te confesé que por un tiempo
hubiera preferido dormir a solas,
no lo tomaste bien, mirándome
con ojos de vagabundo:
aquella mirada, un temblor
tras otro, me sacudió el corazón…
Sí, poco a poco, lo sentía agrietarse,
en un enjambre sísmico sin fin.
Entonces Llamen a los bomberos
a la Defensa Civil
a la unidad de primeros auxilios,
me dije,
y los bomberos la Defensa Civil
la unidad de primeros auxilios
estaban todos de acuerdo
en una inmediata marcha atrás.
Así, te confié que las ojeras
no están tan mal
cuando me pongo la camisa a rayas,
que en el fondo una siesta
puedo tomarla aún después del almuerzo
y tú sonreíste,
enviando a casa bomberos brigadas médicas
y yo me sentí torniquete soldadura,
el aire que finalmente retorna a su lugar.
(luciérnagas)
Esperamos mucho tiempo
y finalmente
Este verano no vinieron,
ya es demasiado tarde, dijiste,
mientras la noche engullía
el lago las colinas el pequeño chalet
en una oscuridad primordial.
Solo se oían algunas ranas,
la saeta ensordecedora
de los autos en el paso elevado
y nosotros allí,
adormecidos en las tumbonas,
fantaseando
con quedarnos hasta el alba,
cuando quizás las habríamos visto
en la luz atenuada
de un nuevo día.
Solos en la vana espera,
nos hemos contado
pedazos de vida,
a veces faroleando
como niños,
y a medida
que la noche avanza,
aquí estoy, cada vez más ligero,
una hoja de papel,
sí, me sentía una hoja de papel,
en la paz acuática
que nos seducía,
una hoja de papel
en blanco, deslumbrante
donde tú
habrías podido escribir de todo.
ENTRA, entra en mi habitación,
cruza aquella puerta que tantas veces
nos ha dejado de lado.
Enséñame el consuelo,
el abracadabra
para un nuevo comienzo,
enséñame el siroco
que a mediodía viene
a secar una pena
de fundas húmedas,
enséñame las dioptrías
de un sol encendido,
el lavatorio del perdón.
Esto y más enséñame.
Pero cruza aquella puerta,
entra y véndame
mi corazón tiene hemorragia,
luego cúralo como a un ruiseñor
en el nido
que se te ha abierto entre las manos
PIERGIORGIO VITI (1978, Sulmona dell'Aqulla, Italia)
Es Profesor de Literatura, traductor, poeta y escritor de toda la vida. Es uno de los poetas italianos más traducidos en el extranjero (francés, español, rumano, chino, árabe, griego, inglés y sueco) y ganó más de cuarenta premios de poesía en su juventud. Como poeta, tiene en su haber seis publicaciones: “Accorgimenti” (2011, L’arcolaio), “Se le cose stanno così” (Itálica, 2015), “Aperto per inventario” (2019, Pequod), “Ritratti senza andare a capo” (2021, Terra d’ulivi), “Quando l’aria aveva paura di Nureyev” (2021, Terra d’ulivi) y “Dentro al petto mi si muove un canto” (2023, Arcipelago Itaca).
Está presente en los principales sitios literarios, tanto italianos como extranjeros, y en numerosas antologías mundiales. También ha escrito para teatro: “La fiabola di Virginio e Virgilio con Tosca” y “I sogni di Ray” con Carlo Di Maio. Como divulgador cultural, concibió “Versus”, un festival de poesía en Recanati y celebra seminarios y encuentros sobre lectura y escritura.
ANTONIO NAZZARO (1963, Turín, Italia)
Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Es director de diferentes colecciones de poesía italiana y latinoamericana para varias casas editoriales. Publicó los poemarios “Amor migrante y el último cigarrillo” (RiL Editores, Chile; Arcoiris, Italia, 2018) y “Cuerpos humeantes” (Uniediciones, Bogotá, 2019). La fotonovela poética “Diario amoroso sin fechas” (Edizioni Carpa Koi, Italia, 2022). Un libro de cuentos breves: “Olor a, Turín Caracas sin retorno” (Edizioni Arcoiris, Italia, 2014) y el libro de crónica y poesía: “Notas desde Venezuela. 2017, Vivir en las protestas” (Edizioni Arcoiris, Italia, 2017).
En 2022 publicó “La dittatura dell’amore” (Delta 3 Edizioni, Italia). Sus textos han sido publicados en diferentes idiomas en revistas y antologías nacionales e internacionales. En la India recibió, en el Naji Naaman literary prizes 2019, el premio por la mejor obra social con el libro “Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste”.
Imagen en Liberamo.org