SALIÓ el sol dicen
con alegría con entusiasmo
y también con docilidad
y confianza
qué importa pienso
qué importa
si no hay nada nuevo acá abajo
los días y las horas
las miradas tensas
las manos secas
y los besos ausentes
todo sigue igual
todo sigue igual
TODAVÍA dura
el círculo cerrado
de la pena
girando
sobre sí mismo
sobre ese centro gris
la monotonía
de la palabra prevista
tan esperada
que no termina de nacer
ni de morir
rígida
cobarde
dos muros
que no paran
de crecer
la negación suena
desde lejos
era previsible
algo en mí
sigue deseando
la claridad del sí
la fluidez del agua mansa
en cambio
una y otra vez
llegan lo oscuro
y lo rígido
y lo implacable
en fin
el desamor
qué tiempo será
digo
de volar
o tiempo
de arrastrarme
pegada al suelo
aire o tierra
qué tiempo sería
pregunto
el tiempo del encuentro
el de jugar
a las escondidas
y perderme
para siempre
en el bosque
llega tu voz
desde otros mundos
qué juego inútil
el vacío está
irremediable
espeso
y tu voz
hiere el aire
como una flecha triste
aún dormimos
a veces
bajo un mismo cielo
escuchamos
los mismos
truenos
en una noche
como esta
nos deslumbran
los mismos relámpagos
en noches así
no tan lejos
tal vez
nos desvelan
los mismos recuerdos
de otras noches en vela
como esta
dando vueltas
por la casa oscura
sintiendo
el piso helado
bajo los pies
otras noches
como esta
acallando
gritos
ahogados
horas
pálidas
sin aire ni fuego
como esta
AHORA
la madrugada me despierta
con brazos fríos
la luz
esa luz
todavía opaca
sin calor
ni ternura
pero algo
de firmeza
algo
y mi cuerpo
ahora
un espacio de certeza
acaricia
no se abren ya
los párpados
a la tristeza
sin lágrimas
ahora
es claridad tensa
y el cuerpo
que aprende
el misterio
de estar ahí
sin furia
el círculo cerrado
de la pena
girando
sobre sí mismo
sobre ese centro gris
la monotonía
de la palabra prevista
tan esperada
que no termina de nacer
ni de morir
rígida
cobarde
dos muros
que no paran
de crecer
la negación suena
desde lejos
era previsible
algo en mí
sigue deseando
la claridad del sí
la fluidez del agua mansa
en cambio
una y otra vez
llegan lo oscuro
y lo rígido
y lo implacable
en fin
el desamor
qué tiempo será
digo
de volar
o tiempo
de arrastrarme
pegada al suelo
aire o tierra
qué tiempo sería
pregunto
el tiempo del encuentro
el de jugar
a las escondidas
y perderme
para siempre
en el bosque
llega tu voz
desde otros mundos
qué juego inútil
el vacío está
irremediable
espeso
y tu voz
hiere el aire
como una flecha triste
aún dormimos
a veces
bajo un mismo cielo
escuchamos
los mismos
truenos
en una noche
como esta
nos deslumbran
los mismos relámpagos
en noches así
no tan lejos
tal vez
nos desvelan
los mismos recuerdos
de otras noches en vela
como esta
dando vueltas
por la casa oscura
sintiendo
el piso helado
bajo los pies
otras noches
como esta
acallando
gritos
ahogados
horas
pálidas
sin aire ni fuego
como esta
AHORA
la madrugada me despierta
con brazos fríos
la luz
esa luz
todavía opaca
sin calor
ni ternura
pero algo
de firmeza
algo
y mi cuerpo
ahora
un espacio de certeza
acaricia
no se abren ya
los párpados
a la tristeza
sin lágrimas
ahora
es claridad tensa
y el cuerpo
que aprende
el misterio
de estar ahí
sin furia
De: "El lugar de mi quietud", Barnacle, 2024
Es licenciada en Letras (UCA) y se dedicó a la docencia universitaria y secundaria en Literatura comparada lo largo de 35 años. Coordinó talleres de lectura.
La escritura es un hábito mayormente privado: tiene una vasta obra inédita de poesía y cuentos, y una novela policial en progreso.