Dolor
He conocido la inexorable tristeza de los lápices,
impecables en sus cajas, el dolor de la libreta y del pisapapeles,
Toda la aflicción de los sobres acolchados y de la goma,
la desolación en inmaculados lugares públicos,
la solitaria sala de espera, el lavabo, el conmutador,
El inalterable pathos de la palangana y la jarra,
el ritual del multigrafo, el sujetapapeles, la coma,
los interminables duplicados de vidas y objetos.
Y he visto el polvo de los muros de las instituciones,
más fino que la harina, vivo, más peligroso que la sílice,
tamizado, casi invisible, a través de largas tardes de tedio,
cubriendo de una fina película uñas y cejas delicadas,
glaseando el pálido cabello, las grises y corrientes caras duplicadas
Otros poemas de Theodore Roethke, aquí
Imagen: www.clivejames.com
He conocido la inexorable tristeza de los lápices,
impecables en sus cajas, el dolor de la libreta y del pisapapeles,
Toda la aflicción de los sobres acolchados y de la goma,
la desolación en inmaculados lugares públicos,
la solitaria sala de espera, el lavabo, el conmutador,
El inalterable pathos de la palangana y la jarra,
el ritual del multigrafo, el sujetapapeles, la coma,
los interminables duplicados de vidas y objetos.
Y he visto el polvo de los muros de las instituciones,
más fino que la harina, vivo, más peligroso que la sílice,
tamizado, casi invisible, a través de largas tardes de tedio,
cubriendo de una fina película uñas y cejas delicadas,
glaseando el pálido cabello, las grises y corrientes caras duplicadas
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