Sergio Velazquez ha escrito en “El recado y otros escritos” sobre ese
territorio que se corresponde con todo cuanto puede significar frágil, o dicho
en otros términos, acerca del orden autónomo de un mundo que encierra entre sus
pliegues la cualidad de lo que se puede romper. El presente volumen postula en
el testimonio de la experiencia y la imaginación febril la fuerza de un argumento: una lengua
recobrada que exalta y oculta en sus operaciones el recuerdo y la sagacidad
(“manoplas aceradas / sentinas de despojos / las palabras”).
¿Qué se nombra, o indica, o delimita, o abandona para llevarlo como
emblema, para copiarlo de libros, para soñarlo siquiera o para estar en
silencio, en alguna casa, en algún aeropuerto, en diversas latitudes o al
dormir?; si ello pudiera responderse, si eso fuera de alguien en este mundo, no
existirían los poemas, los cuentos, los divanes y la superficie cuadrangular
que pisamos continuaría sostenida por elefantes.
Los versos y las ficciones que el libro incluye no son menos reales que la
sensación, siempre temeraria, de encontrarse ante un hecho singular y repetido,
que puede ser la dicha o su revés; así, el suburbio, la infancia, las
desigualdades artificiales inventadas y sostenidas por el hombre, las muertes que
algunos hombres cometen, la historia, el Poeta de la tribu, las ficciones sobre
la marginalidad escritas por psicólogos y puaners, confluyen y son retratados
hasta el límite máximo de la palabra; en literatura es la mayor hazaña
individual que se puede hacer sin ayuda mecánica.
Colibrí
Temprano el colibrí
el pico ahora amarillo,
cono de almíbar
indiferente a la belleza
y a los aromas evocativos
Huye ante el menor ruido
sin remolcar el miedo en sus alas
sin llevarlo a su nido
Silba cuando el deseo lo inquieta
más allá del amor y sus liturgias
Los hombres en los jardines floridos
le han pegado en su verde pecho
el lastre de sus sueños
una cuna de jade
y un soplido
que impulsa su viaje por las flores
Con las retinas húmedas de melancolía
fue un heraldo en el reino de los muertos
Cuando llega la noche
se ahueca en los horcones
grises las tibias plumas
otra vez puro pájaro
ceniza en el rocío
No salgas
no salgas a la noche
hay mechones incendiados
rezagos de negra pulpa
roja sangre roja sobre el asfalto
han enterrado las lágrimas
bajo la oscuridad de los tilos
perros de la oscuridad
marcan las puertas con baba
en los volquetes
hay violines desfondados
letras perdidas
crayones
estrellas de macramé
Pokemones destripados
muchos Pokemones destripados
No
no salgas
aquí el silencio
es una jaula sabia
aquí beberemos
licor de miel
y partiremos
el chocolate amargo
desnudos
contra el vidrio
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