Cristián Gómez


"De la tradición hispanoamericana me imagino que recojo muchos recursos, pero no estoy seguro de cuáles. Me parece muy vago, además, hablar de “tradición hispanoamericana” cuando en realidad son varias tradiciones contenidas en una, todas ellas variopintas, si no contradictorias entre sí. Pero, para que no parezca que estoy haciéndole el quite al bulto, asumo que buena parte de la poesía latinoamericana (y después, en ese orden, la realidad latinoamericana o las realidades latinoamericanas) me ha hecho el poeta que soy. Por dar un ejemplo, la poesía nicaragüense siempre me ha interesado sobremanera: a la permanente lectura de Cardenal se suma la de Pablo Antonio Cuadra, a ésta se suman las de José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, Ernesto Mejía Sánchez, Rugama, etc. No nombro a Darío por no nombrar lo obvio. Cardenal, por su contacto con Merton, por su paso por Kentucky, es especialmente significativo para mí. Eso se lo debo a Jaime Quezada, poeta y botánico y aspirante a místico chileno, quien me contó con detalle su paso por la comunidad de Solentiname en Nicaragua y lo que aquello significara. Hay un libro de Quezada que durante años para mí fue siempre un norte, Huerfanías, del 85, publicado en los años más difíciles de la dictadura (tampoco es que hubiera años fáciles), un libro religioso en el mejor sentido y etimológico de la palabra."



"La última nostalgia (1982-1990)"




Estaba esperando que me dijera algo, cualquier
cosa, cuando me viera en la mano con la poesía
reunida de Joe Bolton, pero fue incapaz de separar
la mirada ni siquiera por un segundo de la cuenta
del teléfono. No se puede hacer sociología del árbol
caído y sin embargo no me arrepiento de haber
escrito poemas en prosa ni de haberlos cortado
con un hacha. El patio de un claustro tropical,
donde uno se pregunta si el viento y el pasado
son lo mismo pertenece a uno de esos cuadros
que cuelgan en nuestra casa, una imagen arrebatada
a las pinceladas con que antaño se construyera
nuestro hogar, forzando casi al orden a desaparecer
en la calma del azur y el desmayado aroma
del almizcle: nada hay en este crepúsculo, cálido
y vegetal que no sea hermoso ni mucho
menos duradero.


CRISITIÁN GÓMEZ OLIVARES (1971, Santiago de Chile, Chile).
Fuente: Página salmón
Imagen en Letras corsarias

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