EL CANTO DEL GALLO
Si vago de noche por la montaña
es para hacerme amigo de la oscuridad.
El agua fluye por el camino que le resulta cómodo
y el viento sopla en la dirección que debe soplar.
Sin ruido ni alboroto, las nubes se juntan para dejar caer la
lluvia nocturna.
Sin conocer el camino, recorro fatigado la montaña y la oscuridad.
¿A qué parte de la montaña habré llegado?
Repentinamente el canto de un gallo.
¿Había una aldea por aquí?
Los gallos de este país cantan siempre en tres sílabas,
como diciendo: ¿acaso no me dijeron que cantara como si
llamara a alguien?
Urraca, Polilla, Putula, Daleia, Wongyuia, Heedeoga...
como si quisieran despertar todos los nombres de tres sílabas de
este país.
Si se me ocurre un nombre, parece que pronunciaran ese nombre.
Si recuerdo a alguien que añoro, parecen pronunciar mi nombre.
Es para llamar al sol que quiero intimar con la oscuridad.
Así llega de nuevo el amanecer:
pronunciando el nombre de una persona, pero llamando a todos,
llamando a todos, pero pronunciando el nombre de uno solo.
Mi sol saldrá de este modo.
MU-SAN BAEK (1954, Ulsan, Gyeosand, Corea del Sur)
De: "El tiempo humano", Bajo la luna, 2011
Fuente: Facebook de Alejandra Boero
Traducción: Sun-me Yoon
Traducción: Sun-me Yoon