Ciertos anuncios
No me dejés mirando la tarde
donde los anuncios me condenan
y no convencen,
su calidad de imágenes superpuestas
son como las capas de ozono
que vos me dilatás para que crea
que ese recuadro triste
y tu ofrenda desinteresada
no tienen cuotas ni final feliz,
pero yo pienso
que si en la tarde te acurrucaras
como el caracol enigmático
en las pantallas frías
no sabrías volver a desenredarte,
la vorágine la frivolidad publicitarían