Habla un vecino
Lo que hagan después, ya no lo sé.
Conmigo están tranquilos.
Se mecen con el viento,
se platean, se doran, se zambullen
en el estanque seco de la noche.
Lanzan brillos distintos
para el sol o la lluvia.
Hacen de su espesor
el fondo hospitalario del paisaje.
Llenan de la nostalgia de cosas no vividas
a los que se pasean,
y ante sus claros nombres
ni siquiera se inmutan:
fresnos, robles, hayas, sauces.
Campo de alcornoques
No sé por qué, respiran paz,
la que no tengo.
Ordenan la mirada, la sostienen,
le dan fuerza, la fuerza de esperar,
la que me falta.
Son dependientes y únicos.
No sucumben al hoy.
No conocen la duda, su cadena explosiva.
No se llenan de noche,
la que me sobra.
Luis Muñoz (1966, Granada, España)
Fuente: Luis Muñoz; Iowa literaria
Imagen: luismunoz.org