JESSICA ATAL nació en Santiago de Chile. Es escritora, poeta, editora y crítica literaria. Estudió Literatura en la Universidad de Chile.
Se graduó de la University of Utah (Salt Lake City, Estados Unidos) en 1988, con el título de Bachelor of Arts in Spanish. Escribió para el diario El Mercurio desde 1988 hasta 2015. Fue editora general de la editorial El Mercurio-Aguilar entre los años 2000 y 2009. En 2004 recibió el Premio Edward Said, otorgado por la Fundación Palestina Belén 2000.
Escribió para revista Capital entre 2011 y 2013 y para revista Al Damir entre 2009 y 2017.
Ha publicado los libros de poesía “Variaciones en azul profundo” (1991, Ediciones Unicornio); “Pérdida” (2010, Ril Editores); “Arquetipos” (2013, Ril Editores); “Cortina de elefantes” (2014, Ril Editores); “Carne Blanca” (2016, Editorial Cuarto Propio) y "Teoría de una Práctica Amorosa". Fotografías de Isabel Skibsted (2020, Ediciones Bonnefont ).También en 2016 publica la obra de teatro virtual “WhatsApp, Amor” (Uqbar Editores). En 2018 publica el volumen de relatos “Ella también se va” (Cuarto Propio).
Su obra ha sido traducida a diversos idiomas y ha sido publicada en antologías, diarios y revistas, tanto en Chile como en el extranjero
Actualmente se desempeña como editora independiente. Es colaboradora del diario cultural La Panera realiza talleres literarios. (En http://jessicaatal.cl/biografia.html)
Nada se rompía
no se rompía el
día aún
yo no veía bien
pero todavía distinguía
la nueva cara de la luna
esa que me mostró Claudio
una noche de pitos
y Jack Daniels
¿la ves?
yo no veía bien
por culpa de puntos
negros tiritando
como hormigas en la nieve
en esa época
de muros en los cielos
se amontonaban balas
escarabajos en los cuerpos
en el paisaje suprimido
de Santiago
los muertos seguían
de cerca a los vivos
y el presente
se plagaba/
de henchidos aforismos
agonizaban sombras tímidas
en las calles calcinadas
ante la inmensidad del universo
a pesar
de haber sentido todo
y no ser nada
a pesar
de haberlo sido todo
y sentir
un poco más de nada
se ven quietas las estrellas
dicen los que murieron dentro
entonces
el sistema nervioso
empezó a fallar
se infectó
el aire de la patria
mi madre tose
sin razón
como nosotros lloramos
sin razón
los médicos dijeron
que no tenía nada
pero eso fue
hace tantos años
como siguen siendo
muertes/cárceles y ausencias
desde que aparecieron
pintas en mi piel
se empequeñecieron los pulmones
del viento
se atrofiaron tres manchas de tinta
a un costado de mi cama
son las patadas
repiten las voces dentro
son los cráneos
que rompieron dentro
mi piel era suave
los hombres se volvían locos
esos perros se volvían locos
la saliva no la contenían
se hacía una con la sangre
tarde o temprano/
lo que permanece oculto
sale a la luz
todo se ve
incluso el lado oscuro
de la luna
quizás ahora vuelva a usar
esa camiseta blanca
que me arrancaron
a pedazos
para morderme los pezones
como otras dos lunas
si ella sigue muriendo
sola
en París
Condena (o principio)
en principio
este es el trato:
renuévame por completo
mi sol menguante
y así yo te restauro
tu paréntesis frontal
elegante es el quejido del insomnio
cuando yo me ofrezco a ratos
y en silencio
en gotas de tinta incierta
a la hora incierta
la tinta fresca
nada más terrible
JESSICA ATAL (1964, Santiago de Chile, Chile)
Fuentes: Revista Altazor | Jessica Atal
Enlace: FIP Santiago
Imagen: Iván Petrowitsch