Hora de almorzar
Es
mediodía, como siempre
no
tengo nada que hacer
En la
cocina de mi casa
hay
preparativos
Debería suponer que se trata del almuerzo
Hoy
almorzamos en casa
Siempre lo hacemos
Debo
esperar
Si se
trata del almuerzo me llamarán
Dirán, está la comida
y
esas cosas
Iré a
comer
y
volveré aquí
Pasará, tranquila, la tarde
A la
noche, es probable que duerma
O no.
Quizá
que me quede fumando en el balcón hasta muy tarde
y
observe el horizonte
Puedo
también mirar otras casas
descubrir que hay más personas que no duermen
Por
las noches, suelo ver edificios con luces encendidas
Tal
vez haya gente que trabaja
o
gente que como yo, ya dije, no duerme
(que
es otra forma de trabajar)
Todavía no lo sé
Recién vamos por las doce y cuarto
Es
decir
faltan algunas horas para la noche
pero
la noche vendrá
Eso
es indudable
Así
como espero el almuerzo
espero que llegue la noche
Luego
amanecerá
y más
tarde
será
mediodía
y
volveré a estar acá, sin hacer nada
No sé
qué es lo que más me gusta
si
estar acá
que
sea mediodía
o que
no tenga nada que hacer
En
realidad, nunca tengo nada que hacer
Todo
podría descartarlo
Estar
acá o allá es casi lo mismo
El
mediodía es muy fugaz para gustarme
aun
así
Esperar
Estar
acá
O el
mediodía
son
las pocas cosas que tengo
Alguna debería gustarme
Aunque no sé por qué deberían gustarme
quizá
porque tengo libertad para decidirlo
Pero
también tengo la libertad de no decidirlo
Es
decir: Soy libre.
Debería ponerme contento
No
sé, saltar.
Acabo
de dar un salto
Muy
bien, me digo
Despegué la cola del asiento dos centímetros
Vuelvo a decirme muy bien
esta vez con signos de admiración
Fue
un extraño pasaje
Hubo
detalles irrecuperables
pero
en este momento
me
llaman para almorzar
Me
dicen
está
la comida.
Idénticas soluciones
No
hay lugar seguro
Puedo
estar en mi casa
muy
tranquilo
fumando o mirando tevé
y sin
embargo, en cualquier momento
aparece mi deseo de estar lejos
En
esos casos
además de encender otro cigarrillo
o de
decir alguna cosa
trato
de pensar soluciones
hago
un racconto de mi vida
voy
tabulando los hechos que me molestaron
separándolos de los que ahora me molestan
y de
los que sin molestarme
me
serán indiferentes
Voy
descubriendo que ningún bálsamo
sabe
dar
en la
tecla
Entonces dejo de pensar
(siempre, en esos casos, pasa una mosca y la
miro)
me
digo que es mejor
que
haga algo positivo
Una morisqueta,
por ejemplo
me
estiro los labios con los pulgares
saco
la lengua haciéndola jugar un poco
o me
siento
con
la cabeza para abajo
en un
sillón que tengo
Es
decir
para
lo mismo
voy
dándome idénticas soluciones
De
manera que así van tejiéndose mis días
uno
arriba
otro
abajo
uno
al derecho
otro
al revés
va
tejiéndose mi vida
(que no es tanto)
sin
diferenciarse demasiado de un pullover
o de
un chaleco sin mangas.
FERNANDO BELOTTINI
1962, San Jorge, Santa Fe. Reside en
Concordia, Entre Ríos
Enlaces:
Imagen: Cuentos cortos de América