Fernando Belottini: Es mediodía, como siempre no tengo nada que hacer | El poeta ocasional

Fernando Belottini: Es mediodía, como siempre no tengo nada que hacer


Hora de almorzar








 Es
mediodía, como siempre


 no
tengo nada que hacer


 En la
cocina de mi casa


 hay
preparativos


 Debería suponer que se trata del almuerzo


 Hoy
almorzamos en casa


 Siempre lo hacemos


 Debo
esperar


 Si se
trata del almuerzo me llamarán


 Dirán, está la comida


 y
esas cosas


 Iré a
comer


 y
volveré aquí


 Pasará, tranquila, la tarde


 A la
noche, es probable que duerma


 O no.


 Quizá
que me quede fumando en el balcón hasta muy tarde


 y
observe el horizonte


 Puedo
también mirar otras casas


 descubrir que hay más personas que no duermen


 Por
las noches, suelo ver edificios con luces encendidas


 Tal
vez haya gente que trabaja


 o
gente que como yo, ya dije, no duerme


 (que
es otra forma de trabajar)


 Todavía no lo sé


 Recién vamos por las doce y cuarto


 Es
decir


 faltan algunas horas para la noche


 pero
la noche vendrá


 Eso
es indudable


 Así
como espero el almuerzo


 espero que llegue la noche


 Luego
amanecerá


 y más
tarde


 será
mediodía


 y
volveré a estar acá, sin hacer nada


 No sé
qué es lo que más me gusta


 si
estar acá


 que
sea mediodía


 o que
no tenga nada que hacer


 En
realidad, nunca tengo nada que hacer


 Todo
podría descartarlo


 Estar
acá o allá es casi lo mismo


 El
mediodía es muy fugaz para gustarme


 aun
así


 Esperar


 Estar
acá


 O el
mediodía


 son
las pocas cosas que tengo


 Alguna debería gustarme


 Aunque no sé por qué deberían gustarme


 quizá
porque tengo libertad para decidirlo


 Pero
también tengo la libertad de no decidirlo


 Es
decir: Soy libre.


 Debería ponerme contento


 No
sé, saltar.


 Acabo
de dar un salto


 Muy
bien, me digo


 Despegué la cola del asiento dos centímetros


 Vuelvo a decirme muy bien


esta vez con signos de admiración


 Fue
un extraño pasaje


 Hubo
detalles irrecuperables


 pero
en este momento


 me
llaman para almorzar


 Me
dicen


 está
la comida.











Idénticas soluciones









 No
hay lugar seguro


 Puedo
estar en mi casa


 muy
tranquilo


 fumando o mirando tevé


 y sin
embargo, en cualquier momento


 aparece mi deseo de estar lejos


 En
esos casos


 además de encender otro cigarrillo


 o de
decir alguna cosa


 trato
de pensar soluciones


 hago
un racconto de mi vida


 voy
tabulando los hechos que me molestaron


 separándolos de los que ahora me molestan


 y de
los que sin molestarme


 me
serán indiferentes


 Voy
descubriendo que ningún bálsamo


 sabe
dar


 en la
tecla


 Entonces dejo de pensar


 (siempre, en esos casos, pasa una mosca y la
miro)


 me
digo que es mejor


 que
haga algo positivo


 Una morisqueta,
por ejemplo


 me
estiro los labios con los pulgares


 saco
la lengua haciéndola jugar un poco


 o me
siento


 con
la cabeza para abajo


 en un
sillón que tengo


 Es
decir


 para
lo mismo


 voy
dándome idénticas soluciones


 De
manera que así van tejiéndose mis días


 uno
arriba


 otro
abajo


 uno
al derecho


 otro
al revés


 va
tejiéndose mi vida


(que no es tanto)


 sin
diferenciarse demasiado de un pullover


 o de
un chaleco sin mangas.
















Fernando Bellotini

FERNANDO BELOTTINI


1962, San Jorge, Santa Fe. Reside en
Concordia, Entre Ríos


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Imagen: Cuentos cortos de América


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