Héctor Pedro Blomberg


Las almas son buques que pasan   



     Las almas son buques, son buques de ensueños, 
Navíos lejanos bajo el cielo azul, 
Que pasan buscando los puertos risueños, 
Los puertos eternos de amor y de luz. 
 
     Las almas son barcos que pasan. Navíos 
Que buscan los climas lejanos del sol: 
¿Dónde van tus sueños? ¿Dónde van los míos? 
¿Dónde van las naves de nuestra ilusión? 
 
     Las almas son naves fantasmas. En ellas, 
En noches de luna se suele sentir 
Un canto que suena bajo las estrellas, 
Un canto que dice: “vivir y morir”. 

     Las almas son buques, errantes veleros
Que al soplo del viento de la vida van,
Y nuestros ensueños son los pasajeros:
Cuando uno se muere lo arrojan al mar.

     Las almas son barcos. Algunos naufragan
En medio del viaje, bajo el cielo azul;
Otros, destrozados y perdidos, vagan
Por los anchos mares, muertos y sin luz.

     Las almas son buques que encienden sus fuegos
Y van a los puertos de nuestra ilusión,
Y nosotros somos los pilotos ciegos
Que vamos a tientas a la luz del sol...

     Las almas son buques que pasan. Navíos
Que al soplo del viento de la vida van;
¿Dónde van tus sueños? ¿Dónde van los míos?
Cuando uno se muere lo arrojan al mar.



La muerte de Schneider


     A Schneider lo mataron una noche,
En el boliche de la Paraguaya;
Tenía los ojos azules
Y la cara muy pálida.

     Schneider oía el canto de la alondra
Del viejo Rhin en las mañanas claras:
Soñaba con países
De sol, y con tierras lejanas.

     Se embarcó en un velero, allá en Hamburgo;
Partió en la niebla de una madrugada;
Schneider fue por los cinco oceanos
Con sus ojos azules y su cara muy pálida.

     Se enamoró una noche, muy ebrio y muy romántico,
De aquella camarera valenciana,
Que volvía locos a los marineros
En aquella taberna del Río de la Plata,
Y un hombre lo mató de un navajazo
En una vuelta de la calle Australia.

     ¿Dónde estará el alma de Schneider?
¿Oyendo las alondras del Rhin en las mañanas?

Yo he llorado por Schneider, una noche de lluvia, 
En el boliche de la Paraguaya.



De: ​Poesía reunida (1908/1939), Barnacle, 2025

HÉCTOR PEDRO BLOMBERG: Nació en Buenos Aires en marzo de 1890, en el histórico barrio de Monserrat que evocaría y cantaría treinta años después. Conoció el Paraguay, de donde su madre —doña Ercilia López, sobrina del mariscal Francisco Solano López—, era oriunda. Cursó sus estudios en el Colegio Nacional Central (hoy Buenos Aires). De allí pasó a la Facultad de Derecho, instalada por ese entonces en la calle Moreno, frente a los fondos del convento franciscano, y donde funcionó la célebre Imprenta de los Niños Expósitos. Esa infancia, vivida entre las piedras y tradiciones de su ciudad natal, influyó poderosamente en la casta obra evocativa que Blomberg realizó en su madurez. Abandonados los estudios de derecho, e iniciado en el periodismo, hizo largos viajes desde las costas del Pacífico hasta el cercano Oriente, y desde los mares del sur hasta el Báltico, viajes que le sirvieron para escribir después muchos de sus cuentos y novelas de la vida en los puertos, y que le inspiraron los poemas de “A la deriva” y “Bajo la Cruz del Sur”. Falleció en Buenos Aires en abril de 1955. 


0 Comentarios