Xi Chuan




Una mujer cuyo nombre no es conveniente mencionar     




Dentro de tu teléfono un niño guarda silencio 
Sobre tus medias de seda hay una mancha de sangre indeleble 
“El verano ya llegó. ¿Cuánto puede tardar el otoño?” 
Tu inglés retrocede día a día 
Tu espíritu es como el perfume sellado dentro de un frasco 
 
Memorias cada vez más confusas hacen de tu mente 
un oscuro depósito de antigüedades 
donde el olor a muerte repele al desconocido 
que llega con una antorcha en la mano. 
“Nunca he sido romántica. Nunca, nunca.” 
El secretario diligente escucha detrás de la puerta 
 
Sentada bien derecha al mediodía, o caminando en círculos: vos 
El rostro flotando en la la ventana, pelos enredados en el peine 
Una mujer embarazada habla en una carta de su felicidad 
pero tu belleza y tu porte están condenados a perderse 

En el pasado te entregaste entera a la batalla
para retroceder al final (mitad revolucionaria, mitad cristiana)
hasta la profunda habitación de tu época de muchacha
Un pájaro del siglo diecinueve se lanzó sobre tu regazo
Los héroes que pasaban a tu lado parecían ridículos y vulgares

La lealtad a un hombre es más difícil que la lealtad a un sueño
Una idea turbia te sacude el cuerpo,
tus pechos caídos se amoldan a la caricia de un fantasma
Pero los vivos que te rodean
son incapaces de expresarte su amor

Incluso el joven que entra temerariamente en vos
sólo puede llegar a sondear la mitad de tu hondura
porque sos una lámpara, una niebla, una constelación
Brillás de golpe, y tu rostro vivo
me produce asombro, alegría y sospecha.


XI CHUAN (1963, Xuzhou, China)
Traducción: Miguel A. Petrecca
Imagen: Cha

0 Comentarios