Lo que hacen los vivos
Johnny, hace días que el fregadero está tapado, algo debe haberse caído por ahí
y el Drano no funciona, huele peligroso, y los platos sucios se apilan
a la espera del plomero que no he llamado. De esas cosas hablábamos.
Invierno: el cielo, azul, obstinado, la luz derramándose
por las ventanas abiertas: la calefacción está muy fuerte y no la puedo apagar.
Hace semanas, mientras manejo, o cuando se me cae la bolsa de compras en plena calle,
que pienso: Esto es lo que hacen los vivos. Y ayer, apurada por
las veredas rotas de Cambridge, mientras se me derramaba el café por la manga,
lo pensé otra vez. Y otra vez después, mientras compraba un cepillo: Esto es.
Estacionar. Cerrar la puerta del auto en medio del frío. Lo que llamabas ese anhelo.
Lo que abandonaste al fin. Queremos que llegue la primavera y que pase el invierno. Queremos
que alguien llame o que no llame, una carta, un beso —queremos más y más y aún mas de ello.
Pero hay momentos, al caminar, cuando me vislumbro fugazmente en la vidriera
de la tienda de la esquina, por ejemplo, que siento un amor tan profundo
por mi propio pelo en el viento, mi rostro cuarteado, mi abrigo, que me quedo sin palabras:
Estoy viva. Y te recuerdo.
Traducción: Mori Ponsowi en Revista Fénix N° 13, Abril 2003
Imagen: The Catholic Catalogue
What the living do
Johnny, the kitchen sink has been clogged for days, some utensil probably fell down there.
And the Drano won't work but smells dangerous, and the crusty dishes have piled up
waiting for the plumber I still haven't called. This is the everyday we spoke of.
It's winter again: the sky's a deep headstrong blue, and the sunlight purs through
the open living room windows because the heat's on too high in here, and I can't turn it off.
For weeks now, driving, or dropping a bag of groceries in the street, the bag breaking,
I've been thinking: This is what the living do. And yesterday, hurrying along those
wobbly bricks in the Cambridge sidewalk, spilling my coffee down my wrist and sleeve,
I thought it again, and again later, when buying a hairbrush:This is it.
Parking. Slamming the car door shut in the cold. What you called that yearning.
What you finally gave up. We want the spring to come and the winter to pass. We want
Whoever to call or not call, a letter, a kiss — we want more and more and then more of it.
But there are moments, walking, when I catch a glimpse of myself in the window glass,
say, the window of the corner video store, and I'm gripped by a cherishing so deep
for my own blowing hair, chapped face, and unbuttoned coat that I'm speechless:
I am living, I remember you.
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