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Dalmacia Ruiz-Rosas Samohod


...Ahora bien, que el título Peligro de los labios rojos provenga de los “nadaístas” o, más precisamente, de un verso del poeta colombiano Juan José Arango es algo circunstancial, ya que nuestra autora sigue desarrollando o especulando nuestra poesía contemporánea. Bien por el colombiano y bien por la peruana. Sigamos. ¿Quién habla en el poema? ¿Desde dónde sometemos nuestro silencio interminable? Creo que lo poetas picamos de otros poetas. Esa es nuestra lealtad. Dalmacia sabe decir antes de escribir. En Peligro de los labios rojos la ciudad se nos parece y debemos negarla, aun cuando sobrevivir sea la aparición de uno mismo al sentir insatisfacciones ante la costumbre de los tiempos, pero no de algo común. El poema es siempre una subversión donde se revelan individualidades, sus propias formas de organizarse y comprometerse en la construcción de una nueva vida de orden o desorden mientras arribamos a nuestra dignidad. Aquellos que alguna vez se rieron de nosotros (nos dice la poeta) lúcidamente, pero, ¿quiénes son ellos? Me atrevo a decir que son las voces del tiempo y su desarrollo empobrecido, me atrevo a especular de otra decisión correspondiente del poema. He ahí la actualidad de Peligro de los labios rojos, libro de los futuros inciertos que toman relevancia en los contextos políticos de crisis actuales de nuestros países hispanoamericanos.
                                                                                                  Presentación de Willy Gómez Migliaro (fragmento)

Poeta peruana Dalmacia Ruiz Rosas viste una blusa con transparencias sobre un fondo negro. En la mano apoya en el mentón se destaca un anillo importante


ODIO ESTA CIUDAD de viejas casas bombardeadas
donde te encontré saliendo de bares oscuros
asquerosos
           La neblina la música y la mugre forman una pasta
que se adhiere y enjabona las calles nuestros cuerpos
Sucias viejas recogen desperdicios y periódicos
con los cuales calentarse
en las puertas de centenarias catedrales
mientras dulces y hediondos homosexuales retocan con cuidado
la fingida sonrisa de la noche
La luz grasosa de un bar nos envuelve
y tú lees poemas mientras veo tus largos cabellos negros
ensortijarse alrededor de tus orejas y tu cuello
Nos reímos de todo caminamos abrazados
buscando al pie de los barrancos casas que no existen
por entre muladares ambulantes y microbuses
que como cucarachas hambrientas nos persiguen
Salen de todos los rincones
hasta alcanzar el punto más alto de mi histeria
que necesita el refugio de un parque enrojecido
donde se filtre el verde más verde el verdadero
Sola
      devorando sin ganas las calles que separan
      tu cuerpo    de    mi cuerpo
sin viento ni tus dedos que revuelven mi cabello
Y afuera la ciudad estalla viscosa repugnante
como una fruta podrida
Reventada.

 


ME HE ACOSTUMBRADO a verte
de todos los tamaños
según sean las estaciones de lluvias
o de soles
Y podíamos encontrarnos con sólo unas papitas
de días en el estómago
Por la Cuatricentenaria juntando
moneditas sucias para comprar cigarros
Por la Av. Mac Gregor
contemplar culitos embluyinados
Amemos a nuestras mujeres hasta el hartazgo
las calles del Centro nos muerden los tobillos
nos lleva la mañana la gente nos agrede nos desea
Hey mister
                 Hey mister
                            lustrabotas
Vivir es subversivo.



RUMBOS Y PRESAGIOS

                                                    De los poetas

Después de haber purgado en el infierno su ignorancia
ya no sentía que el sonido de mi piel era profano
¿Adónde queda aquel parquecito
al que íbamos y nunca más
volvimos?
Algo dolía en la penumbra
qué soledad cuando se fue la Luna
Adiós Luna melón azul
diábolo que naufraga
déjame aspirar
de tus atigradas madreselvas
al son que me murmuran:
veinte de Góngora
tres de Lope.



DALMACIA RUIZ- ROSAS SAMOHOD (1957, Lima. Perú)
Fuente: Proyecto Patrimonio
Enlaces: Terra ígnea | Proyecto Patrimonio 
 Fotografía: Miguel Carrillo

Magdalena Chocano

Sobre "poemas aconceptuales" o la señal de lo amorfo (fragmento)    

por Tania Favela    


"Trabajo con las palabras. Tanteos. Trabajo de exploración. Poemas aconceptuales nos sitúa frente a construcciones verbales esquivas y, paradójicamente, de gran precisión. El desajuste y la negación se imponen en ese suelo movedizo que rehoye toda proposición categórica, toda noción normativa. Los sistemas se cuestionan, las teorías se pulverizan ante el humor serio, indiferente y frío.de unos labios que se cuartean; mueca o sonrisa, gesto ambiguo que se desliza entre el escepticismo y la sorna. La mímica más sutil, casi imperceptible, es capaz de borrar el mundo: "la inexistencia / se hace notar / en lo cómico de cada parpadeo / que en un segundo / oculta orbes", leemos en el tercer poema, que pone al descubierto como en juego infantil, la precariedad de todo andamiaje que simule sostener lo que aparenta solidez. Se trata entonces, quizás, de abrir resquicios desde los cuales decir y pensar. o como lo dice la propia Chocano: "de abrir fisuras por donde se cuelen energías alternas que desintegren lo evidente para reintegrarlo en un absurdo que, no obstante, es capaz de adentrarse en la persona como la mejor afirmación alcanzable". De ahí la constante evasión del significado y también la mixtura verbal que proponen los poemas; el ensamblaje de distintos registros: el culto, el coloquial, el arcaizante, aunado a términos matemáticos, geométricos, filosóficos, botánicos, astronómicos, anatómicos y musicales, que forman texturas heterogéneas (sonoras, táctiles y visuales) de aguda inteligencia y de gran alcance a nivel sensorial. La solidez de cada verso interpela al que lee desde una "voz cóncava", que al afirmar o negar atiende lo previsible para mostrar la disparidad entre el pensamiento poético y el rumbo obcecado de un mundo cínico que intenta disfrazar su catástrofe..."



ACÁ
pues
se viene
a alcanzar
la mayor resistencia
                        teórica
frente a eso
que se hunde o se manifiesta
en la superficie de sus trazos

se sabe de aparatos
                      ultrasensibles 
que una vez calibrado
              el entorno
 se autodestruyen
 con toda una belleza 
                                  acumulada de datos
                                  sobre las nubes tormentosas de Júpiter
                                  que son oses y rojizas
                                   y precisan diez veces más oxigeno 




En Letral Nro. 9, 2012



OTRO día bello y frío, 
otro día europeo 
se instala en el horizonte, 
otro día acompañado por su noche 
electrificada con el primor de un orfebre 
que puliese cada gema y sus facetas 
(hay que decir algo de esa contención, 
de ese empeño sin freno) mejor, murmurar, 
como contando pasos. 
De todos modos, es un día temible: 
zarabanda de letras, caracteres letales se 
ordenan (lo esencial es esquivar sus aceradas 
puntas // prudencia ante la exacta caligrafía// 
ante la imposible salpicadura de tinta) 
ruido de pisadas, 
parecen voces firmes del destino 
(ires, venires, trayectorias, bocetos -- hasta una espada) 
y un avanzar con los ojos entrecerrados 
permitiéndose apenas el tanteo, 
las interrogantes son tangenciales a la certeza 
¡la certeza! es ése el cielo que nos exige 
la luz de este día 
enmarcado con residuos de dadaísmo y método 



MAGDALENA CHOCANO (1957, Lima, Perú)
Imagen: Antonio López García

Willy Gómez Migliaro



ALZAR sombra si tapan los árboles de moras 
liviana entre muros a la izquierda y derecha 
donde cae el canalón como un mecanismo  
tender sonidos sacudidas y perforaciones del agua 
hoyos que con pico habrían adelantado desiertos 
y ahí levantar habitaciones  
“sombras nada más”  
nos toca su reguero vertical y el desprendimiento  
de sobra hasta llegar al otro lado 
al cuidar las aguas jalar baldes recortar 
sauces y dejar caminos de conciencia o batirse 
entre dos fuegos de los que tienen todo y 
de los que no tienen nada si estiran mangueras 
transforman sectores de infierno al diseñar 
caños reservas grifos o decorados de dolor 
por otros medios ver 
río arriba excrecencias de sequías 
trae el agua alimenta una obsesión de regar 
jardines tecnológicos o dar vida al mar solo
una producción ideal del sentido
al doblar mangueras al escuchar adentro 
canción de resistencia  
de plásticos rotos  



FLUYEN las aguas y sobre ellas latas 
llevan imágenes borrosas 
de proceso de ejecución brillan bajo el sol 
contenido que alguna vez fue necesidad  
como un tiempo el principio recoge
el final se levanta y rueda desde la inmovilidad 
motivos entre desarmes y diseños 
de imagen objetora circular
a través de ella sigues a un animal herido 
viste huella de sangre no el arma
sino destreza al forzar la ambición
o mito circular de boca en boca
arrasaba aire contaminado 
sirve de algo movernos 
aunque se abren más portones de almacén
sueldan chapas levantan rejas reducen autos 
adentro todo es inclasificable afuera 
filos redondos de tarros de leche



SALIDA del sol ante una actividad que nos rodea 
restaurante marino a la entrada se toca cucharas
como castañuelas escucha y refleja durante 
los servicios al alzar los brazos hay posibilidad
un núcleo en la sala si las sillas caen y uno se mantiene 
al sentir platos por cada rajadura
fragmentos de nuestras vidas superpuestas sobre 
lo real espeja de nuevo corresponden a dejar vacío 
o la acción proyecta llenar 
reflejo de existencia de cosa indefinida 
verás tu embalse y ahí de nuevo guía 
aceptándolo hay alteridad lejos de nosotros 
decisión de alzar de llenarse de mesas 
de chocar vasos después constitución de una retórica 
y al acabado un desconocido de la gula un gesto 
expresa satisfacción o grosería familiar y carga 
al descubrir hubo amor en las ensaladas 
odio en el plato caracoles en nuestra extrañeza 
“el crecimiento debe continuar” después 
no comprender ningún futuro



QUÉ hermosa con tu sujetador de cabello 
poder de algún animal fija juegos
forma usual de flor tallada flecos puntada
y sobre ella caballitos flacos y dimensión 
de acertijos sin saber nada abajo hay
partida de montes o están hechos de 
tubos de polietileno de cáscaras de nueces
y todo se ha esparcido en tu cabellera hoy 
sábado de ornamentos si no se vuelven 
obsoletos o demoramos en nuestros silencios 
de amor de mezcla y embestida rogar
o gravitar sobre borrón pinzas y exhibición  
de nuestros regalos en la constitución 
tiempo en el diseño gráfico de línea en un enganche 
primero circular luego curvo para un concepto 
de belleza femenina y brillar con huecos 
desdibujar otros fragmentos y así
enganchado es un cuerno alrededor de los 
ojos no están bajo fijaciones se
estrella en la ventanilla cruce de especies
al lado donde setos y geranios resisten 
hundimientos o ganado de todo sobra 
en tu gancho flotante abotonado desmantela 
la parábola trayente de animales en una fábrica 

                                                                                                                                                                            

poetas peruanos actuales, Escritura creativa, Lírico puro

WILLY GÓMEZ MIGLIARO (1968, Lima, Perú)
De: "Lírico puro", Barnacle, 2024
Ganador del premio hispanoamericano de poesía Festival de la Lira 2015. Ha publicado los libros de poesía "Etérea" (2002), "Nada como los campos" (2003) y "La breve eternidad de Raymundo Nóvak" (2005), todos bajo el sello Hipocampo Editores; "Moridor" (Pakarina Ediciones, 2010), "Construcción civil" (Paracaídas Editores, 2013), "Nuevas Batallas" (Arteidea Editores, 2013), "Pintura roja" (Paracaídas Editores, 2016), "Lírico puro" (Hipocampo Editores, 2017-Barnacle, 2024) y "Manantiales" (Ícata, 2021). Entre los libros de investigación ha sido compilador del libro "OPEMPE, relatos orales asháninka y nomatsigueng"a (Editorial AndesBook, 2009) y "Cholos, 13 poetas peruanos nacidos entre el 70 y el 90" (Catafixia, 2014). Profesor de literatura y asesor literario. Actualmente dicta talleres de escritura creativa.

Enlaces: La mula | Cine y Literatura | Poesía

Juan Ramírez Ruiz


Kilómetro 765 de la carretera Panamericana Norte



                             A Nancy Moreno


A mitad de febrero, el sol es raudo en el kilómetro 765
de 1a Panamericana Norte brilla fuerte el sol y fatiga a los animales
Cuando amanece uno sale y camina con sumo cuidado entre 1as piedras
y los viejos pensamientos que regresan con la noche
o con el vino. Dentro y fuera de uno se desencaja lo compacto, y dentro
y fuera de uno hábilmente la lógica revienta lo que precede
y lo que toca. Pero ni tú ni yo aquí somos los concebidos 
para saborear el desamparo de estas cuatro paredes blancas:
a mí y a ti nos toca ese color, ese lugar
que abre la bondad o la luz de mi cabeza,
pero en el kilómetro 765 al final de febrero el sol sigue raudo, brilla fuerte
y fatiga a los animales. Al medio día el color nos avienta 
al aire del sur, y entonces uno descuida serenidad
y calma pura romper la vanidad de la lógica.
Y uno no lo permite. pero otro vez se desencaja lo compacto, se junta
habilidad para perder la lucidez por estrellas y burdeles 
Y tú puedes cantar a los que parten al Oeste,
tú puedes cantar a los que vuelven del Oeste y
asegurar que la Historia es toda tu impaciencia reunida,
asegurar que es horrible no tener un alarido bajo la piel.
Tú puedes decir con vehemencia el día es de lluvia o de agua 
derribada a pausas. el instante es relámpago o esta fotografía enterrada.

1
Paradero

 

Está lloviendo ahora sobre toda esta ciudad y
son las 12.30 p.m. a lo largo y ancho del Meridiano de Greenwich
y yo he crecido entre gente que es joven y gente que no es joven
entre autos, papeles bond o bulky,
                   artefactos y escaleras
artefactos y clientes. Y avisos de la desesperación o la locura
He crecido sobre esta ciudad
                     y hace 24 años esta ciudad sabe mi peso
(Aquí la noche del 14 de mayo me enteré que he tenido un aire puro
porque alguien lo dijo entre botellas de Pisco de Ica
                    con rabia y para insultarme)
Y yo salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Por las calles de mi país camino con un sonido.
Y soy un lugar con mucha luz,
          soy un aullante canto ambulatorio,
mi cuerpo está lleno de poemas y
salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Y he demostrado que soy este cuerpo
estremecido por la rala luz que se confía a mis congéneres,
este cuerpo amargo sobre el que lloro:
Mis brazos han crecido increíblemente
y reconozco que mi semblante me ha traído complicaciones,
reconozco que mi cariño infinito me lastima
ahora que yo se regala incontenible, y cuando la lluvia
en la plaza Manco Cápac no es lluvia en la Plaza Manco Cápac.
Y cuando el individualismo se enreda y me llega a las pelotas
        aquí estoy yo, vivo y fogoso
y Latinoamérica devuelve mi cara cuando la miro,
el Día se abre para que este cuerpo pase,
el viento roza mis orejas; y voy fogoso y limpio
a través de estas avenidas silenciosas.
                                                            Aquí estoy yo.
Y óyeme tú, amadísimo padre,
oye al que está fatigado de hablar para el viento,
ya es Agosto, llueve hace 24 años esta ciudad sabe mi peso:
Yo entrego mi vehemencia y mi amor
a esta vía que se ensancha hacia toda la extensión del universo:
(Aquí lograr lo justo,
                   ser inmaculados
y brillar como focos de 12,000 voltios:
esa es nuestra única alternativa.
Ahora aquí haré lo extraordinario
                    y alguien ha de decir que no está bien).
Pero escúchame tú, padre, escúchame, yo jamás podré mentir
yo he crecido en esta ciudad del sur-este
con mil dificultades para cargar con mi exceso de ternura,
con mi energía de animal salvaje amando,
amando siempre a las manzanas, amando siempre a lo que conmigo vive
con estas ansias,
con esta limpidez que se levanta
                  desde mis extremidades inferiores
amo, amo furiosamente mi fortaleza
                          y elogio a gritos mi salud. 


poesía peruana, un par de vueltas por la realidad
JUAN RAMÍREZ RUIZ (1946, Chiclayo, Lambayeque / 2007, Virú, Perú)
Fuente: "Un par de vueltas por la realidad", Ediciones Hora Zero, 1971
Enlaces: Issuu | Scielo | Cangrejo Negro

Edgar O´Hara: Pero nada nos responde

Edgar O'Hara: Pero nada nos responde

Rapto campestre en Cieneguilla (Lima, agosto 1992)   


Para Luis Miguel, que compartió esta visión  


El restorán-recreo se llama La Dulzura  
en la luz y el aire limpio  
de Cieneguilla:  
                         3 Sapos, 
canchas de volley o badminton 
y un golfito.
                     Cerveza helada, platos
criollos, atención exclusiva y los domingos
tamalitos verdes (piqueo).
                                           Lo proclama el cartel.

No hay camarones a la piedra:
el río Lurín hace dos años
es con las justas un cabello de ángel.

Entramos por una chela.
                                        Familiones
bajo toldos del jardín.

(Ingenuotes. Ni se les ocurre
que esta compaña, a lo sumo,
durará un semestre.)

Quizá la respuesta esté
en ese chasquido sonoro que casi
la desfigura,
                    un eco labial
de platina y chocolate.
                                     Castañeteo
impúdico.
                Aunque más temprano que tarde
--lo intuimos-- la diosa recelará
su voz.
            En cambio la manada
ni por aquí adivina
el sabor a lo sacro.
                               Apuestan ahora
que Alianza le ganará a Cristal.

(Fiebre de manganzones, caso perdido.)

La hemos hecho muy larga. Terminamos
no una sino varias chelas.
Las familias se fueron yendo
como el sol de Cieneguilla.

                                             Pero
la Brasa sigue
en su hornacina, sonriente,
mientras los torpes delfines
del pensamiento

lanzan las fichas y nunca
le embocan al sapo. (La suerte
ya está echada.)

La hora de retirarse coincide
con el frío de la tarde
en Cieneguilla.
                       Le decimos adiós
a qué Dulzura.
                       Sin saberlo
nos hincamos.
                       Pero nada nos responde,
ni el más leve
gesto.


poesía peruana, Cieneguilla
EDGAR O'HARA
(1954, Lima, Perú)
Fuente: Nueva Provenza | 
Imagen en El enamorado






Roxana Crisólogo


Tengo que explicar    



Tengo que explicar el porqué de este viaje 
lo leo en los ojos que me indican 
dónde debo formarme y esperar 
 
Me he visto de tantas maneras que ya no sé de quién hablo 
Lo llamo el viaje a las raíces 
en otras circunstancias simplemente sería alguien 
que viaja 
clava un arcoíris sobre el horizonte
se levanta las heridas que el maquillaje oculta

una vez más me desdoblo en lo que mi boca repara
me empolvo la cara de monosílabos
pero hace falta algo más para persuadir
al policía de inmigración
El solo quiere acabar con esto cuanto antes
no es nada personal
otros discuten de geopolítica
a él solo le importa si tendré dónde dormir
si haré tantos hijos que no alcanzará la tierra
para cultivarlos y verlos crecer

América Latina es un montón de gente dice la poeta uruguaya
en cambio yo vengo del laberinto
También América es un montón de esas cosas sueltas
como bosques y agua
que se venderán o que ya no existen
pero el cielo refleja en un gris indescriptible en mi rostro

El policía de inmigración
me hace hablar horas
de las funciones curativas de ciertos
destinos turísticos de mi país
Lo llevo hacia atrás
le digo recuerda que un día también tu padre salió a vender
las estrellas o a robarlas
desordenó el cielo lo encementó para poblarlo
                               lo llenó de ventanitas
Siempre termino contando la historia
del viaje en barco y a contracorriente sobre el Pacífico
de la caminata sobre el hielo y lo que se descongela
bajo los pies y la prisa para cruzar
de mis otros abuelos
inmigrantes en su propia patria
la reforma agraria les dio tierras y una patria escrita
que sus nietos abandonamos
Cuento la historia de la desigualdad entre
la tierra es para quien la trabaja y
la cocina es para quien la atiende

De los abuelos inmigrantes me quedan erosiones
en la piel y una fotografía: mi padre descalzo y mi abuelo
Me pongo los zapatos por ellos
y como ellos viajo con lo que pude meter en una pequeña bolsa

a donde voy carraspeo toso río soy el desierto


poesía peruana, Tengo que explicar, Kauneus (la belleza)
ROXANA CRISÓLOGO CORREA
(1966, Lima, Perú) Perú/Finlandia
Fuente: Facebook Ada Trzeciakowska
De: "Kauneus (la belleza)", Intermezzo Tropical, 2021
Imagen en Trome

Úrsula Alvarado



ELOGIO DEL HASTÍO     

Ángel de la esperanza y los calendarios,
¿conoces la desesperación?
ANNE SEXTON  

 
Frente a mí el desayuno se derrite  
como el espacio del recinto que lo contiene.  
 
Los árboles me han dejado de hablar.  
 
Gasto tiempo en nimias distracciones:  
Me convierto en barro,  
en docenas de raíces que tejo y destejo. 
Exploro bajo la arcilla y cosecho cuarzos lilas,
ópalos transparentes ante mi asombro.

Como pececillo ansioso
el tiempo escapa de mis muslos
ciego, líquido y sediento.

                             ¿Cuánto más mis vértebras sin danza y fuego?

Erróneas como el miembro extirpado que palpita
o las desgarradas alas de una mariposa,
ante la palabra vuelo se enervan.

A muchos kilómetros,
una ola que muere en la orilla
trae consigo la voz del mundo.



QUEBRANTO



Es mi corazón un gran molusco que arde.
Nada sabe de fortaleza, pero aprieta los dientes.

Mi náusea pare palabras prematuras
                                     —renacuajos entusiasmados—
nadadores aprendices que pronto transfigúrense
en anclas y maderos.

En el prolífico mar de la desesperación
mis versos se reproducen como hígados a destiempo.

Nada es suficiente.
No hay epitafios para tantos muertos.

De Canto a la hoja que cae (Hanan Harawi, 2021)



FIAT LUX



Ella musitó hágase la luz
y la luz se hizo.

El universo se derramó
como indecente río entre sus piernas.

Setenta veces siete
llamó a su propia puerta
y esta fue abierta.

En su cuerpo
entusiasmada palpita
la más grande estrella.

Una vez más susurró
                           hágase la luz
Y desde entonces
no hubo paz entre los hombres.

(Inédito)







ÚRSULA CAROL ALVARADO NOBLECILLA (1979, Lima, Perú)
Licenciada en Administración de turismo por la UNMSM, gestora cultural por el Programa de
Extensión Profesional MALI/UNESCO y escritora. Ha publicado en poesía «Metamorfosis
inversa» (Vagón Azul Editores, 2015) y «Canto a la hoja que cae» (Hanan Harawi, 2021). Ha
escrito y producido el documental «Una ciudad como yo» que explora la relación entre
poesía, mujeres y espacio público. Actualmente dirige la asociación cultural Poesía en la ciudad

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