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Tony Hoagland

Gramática de gorriones



Los gorriones son ese tipo de gente
que perdió la guerra hace miles de años;
como castigo los despojaron a todos de su color;
cafés y beiges y grises se aferran a los esbeltos
tallos de carrizo en la ciénaga, y apenas y se ven
contra el oscilante pasto quemado.

Tengo que manejar dos horas a la costa,
cruzar los desnudos rastrojales de milpas pisoteadas,
las granjas desvencijadas y en ruina,
el agua en las acequias que está tan quieta y llena
bajo un cielo de octubre de dieciocho colores
–grises todos.

Cuando Emma dijo: “Me cambiaron los planes”,
y clavó la vista en sus manos; cuando Bethany dijo:
“Me quiere pero no bien”,
el día estaba siendo así en nuestros adentros: muy a destiempo:
Se-Renta-Casa, sin amueblar;
garaje con buzón destartalado;
café con vista al lago cerrado por razones personales.

Y los pájaros como soldados derrotados
ocultos entre matorrales que nos llegan al pecho.
Cuando los gorriones se alzan sin motivo aparente
y dan amplias y cortas vueltas contra el vasto cielo pálido,
¿qué tanta importancia puede tener?

Como si mi tristeza hubiese sido una especie amenazada,
como si mi ánimo fuera un área de humedales costeros
necesitados de protección federal,
un lugar en donde nunca se iría a planear un desarrollo,
pensado para siempre como un baldío.

Esto es lo que dejé atrás al ir hacia adelante.
Cada vez que siento que soy un bueno-para-nada
regreso aquí a pararme y a observarlo:
mojado y quieto como una huella en el lodo;
medio oculto entre los oscilantes ocres,
agachado como un asentimiento.


TONY HOAGLAND (1953, Fort Bragg, Carolina del Norte, Estados Unidos de NA)
Fuente: Letras Libres
Traducción: Pedro Serrano
Enlaces: Círculo de poesía | Berna Wang

Jim Moore

Jim Moore | El poeta ocasional

Se observa una persona de edad, pero de aspecto juvenil con una gorra negra y gran visera de estilo deportivo. Viste una remera también negra con una gorra deportiva. Está apoyado sobre una pared color beige

A donde me lleve    


Al olivar más allá 
de Bassano, y a la mancha azul grisácea de la colina más allá, como el humo de un fuego que no deja de arder. 

        A un hombre muerto llamado Cristo, y margaritas cerca de su rostro gris, pintor
       anónimo, bizantino, primer piso de la Academia.

A la cara de Lida cuando nos contó cómo los fascistas
sacaron a su padre de la casa, la hizo ver cómo le disparaban.

        Cerca de rosas silvestres a lo largo de las vías del tren en St. Paul
        donde Dale Street comienza a salir de la ciudad.

Cerca de rosas silvestres, en cualquier lugar.

         A ese niño en Irak, acostado en un colchón, llorando,
         su padre muerto sin ninguna razón más que nosotros.

El asiento trasero del coche, el día después de Pascua, mirando a cinco monjas grises
caminar lentamente a través de la luz menguante por las escaleras de la catedral hacia Dios.

         A estos cuervos más negros que cantan desde la rama rota en la cima del almendro,
         las flores van y vienen. Como si un dios gritara en su interior, toda la belleza huyó.

A ti, niña, que estás de pie bajo el ciprés justo después del cementerio de la ciudad, saludando
mientras pasaba tan rápido que nunca me di cuenta de lo corta que es la vida.

          Dormir con sus sueños y luego, despertar, de nuevo en la historia.
          A la muerte y a la esperanza de Dios, y, por el amor de Dios, a Filippo Lippi, a la belleza

A los extraños en busca de la belleza, es decir, a nosotros en necesidad,
a nuestra desesperación, qué interminable, qué necesario.

          Fumar en la colina al amanecer y el camino blanco que no lleva a ninguna parte, 
          vacío como siempre.

          A la forma en que las cosas desaparecen sin dejar rastro, llevándome cada vez con ellas.


Where it takes me



To the olive grove past Bassano, and the blue-gray smudge
of the hill beyond, like smoke from a fire that won’t stop burning.

To a dead man called Christ, and daisies near his gray face,
anonymous painter, Byzantine, first floor in the Accademia.

To the look on Lida’s face when she told uTs how the fascists
dragged her father from the house, made her watch as they shot him.

Near wild roses along the railroad tracks in St. Paul
Where Dale Street begins to leave the city.

Near wild roses, anywhere.

To that boy in Iraq, lying on a mattress, crying,
his father dead for no reason save us.

The back seat of the car, the day after Easter, watching five gray nuns
walk slowly through the failing light up the cathedral stairs toward God.

To these blackest of crows calling out from the broken branch on top of the almond tree,
blossoms come and gone. As if a god is crying out within, all beauty fled.

To you, little girl, standing under the cypress just past the town cemetery, waving
as I drove past so quickly I never noticed how short life is.

To sleep with its dreams and then, waking, again into history.
To death and the hope for God, and, for God’s sake, to Filippo Lippi, to beauty

To the strangers in search of beauty, that is, to us in need,
to our desperation, how unending, how necessary.

To smoke on the hill at dawn and the white road that leads nowhere, empty as always.
To the way things disappear without a trace, each time taking me with them.


JIM MOORE (1943, Decatur, Illinois, Estados Unidos de NA)
De: "Prognosis", Graywolf Press, 2021
Fuente: Jim Moore poet
Versión Google en español
Imagen en libnews

Dorianne Laux: Música suficiente

Dorianne Laux / poesía estadounidense

La imagen muestra a una persona de cabello largo, vestida con una camisa clara, de pie junto al tronco de un árbol grande y rugoso. El entorno parece ser un bosque o parque, con vegetación visible al fondo. La fotografía está en blanco y negro, lo que le da un aire nostálgico o artístico, y resalta la textura marcada de la corteza del árbol en contraste con la suavidad del cabello y la ropa. Tiene un estilo introspectivo, como si captara un momento de quietud o conexión con la naturaleza.

Música suficiente    




En ocasiones, cuando hacemos un viaje largo
y ya hemos hablado bastante y escuchado
música suficiente y parado dos veces,
una para comer, una para contemplar el paisaje,
caemos en este ritmo de silencio.
Se balancea hacia atrás y hacia adelante entre nosotros
como una cuerda sobre un lago. 
Tal vez lo que no decimos sea 
lo que nos salva.



Enough music




Sometimes, when we’re on a long drive,
and we’ve talked enough and listened
to enough music and stopped twice,
once to eat, once to see the view,
we fall into this rhythm of silence.
It swings back and forth between us
like a rope over a lake.
Maybe it’s what we don’t say
that saves us.


Otro poema de DORIANNE LAUXaquí
De: "What We Carry" (BOA Editions, Rochester, 1994) en "Poetas norteamericanos en dos siglos", vol. II, selección y versiones de Jonio González, Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2020.
Imagen en Saint Mary's

Matthew Dickman

Fotografía de Matthew Dickman mirando de frente en un lugar que parece ser una calle. Viste una camisa azul a cuadros y calza una gorra un poco ladeada hacia un costado

Salario mínimo     



En el porche mi madre y nos encendemos los cigarrillos 
como si fuera un receso de diez minutos 
en la empresa de ser madre y de ser hijo, 
unos minutos de libertad ganada 
antes de marcar tarjeta, antes 
de ponernos el delantal, los sombreros de papel, 
lavarnos las manos dos veces 
y volver al mostrador 
esperando que los clientes dejen propina y sean amables,
el aire fresco del jardín frente a nosotros, y los perros
atrás cagan en todas partes.
Encorvados, somos dos extras en La noche del cazador.
Busco un segundo cigarrillo, un pequeño nadador
entre otros nadadores. Pronto vamos a volver
a la cocina amarilla a terminar
lo que queda del café. Y lo que venga a matarnos
pondrá leche en mi taza y azúcar en la de ella.



Problema


Cuando tenía treinta y seis, Marilyn Monroe se llevó a la cama
todas las píldoras para dormir. La hija de Marlon Brando
se colgó en el cuarto tahitiano
de la casa de su madre
mientras Stanley Adams se pegó un tiro en la cabeza. A veces
miras las nubes o los árboles y no se parecen
ni al cielo ni al suelo ni a las nubes ni a los árboles.
La artista Kathy Change
se prendió fuego y los hijos de Bing Crosby
abandonaron a tiros la industria musical.
A veces me pregunto por la vida
interior de los osos polares. Deleuze, el filósofo,
se tiró al mundo por la ventana
para salir de él. Peg Entwistle, una actriz desconocida,
se liberó de la “H” de Hollywood,
cuando todavía se veía en blando y negro
y David O. Selznick era el rey, circa 1932. Ernest Hemingway
se llevó el cañón a la sien en un pueblo de Idaho,
mientras su nieta, que era modelo, trepó al árbol familiar
y se pasó de pastillas. Mi hermano
se pegó parches de fentanilo en el cuerpo
hasta que el cuerpo dejó de serlo. Me gusta
el sonido de los gansos en el agua. Me gustan
los jabones que te dan en los hoteles porque son hermosos.
Sarah Kane se ahorcó, Harold Pinter
le dio unas rosas cuando aún estaba vida
a Louis Lingg, el anarquista, se prendió un cartucho de dinamita
en la boca
aunque tardó casi seis horas
en morir. Luis II de Baviera se ahogó
y lo mismo Hart Crane, Virginia Woolf y John Berryman. Si viajas,

llévate siempre un libro,

sobre todo en el tren. Andrew Martínez, el militante nudista, murió
en prisión, con una bolsa en la cabeza, desnudo,
y Potocki, el escritor y aristócrata polaco,
usó una bala de plata en 1815.
Sara Teasdale se tragó un frasco de pastillas
después de prepararse la bañera
en cuya agua se abrieron las venas
docenas de senadores romanos.
Larry Walters se hizo famoso
por volar con unos globos y una sillita plegable. Podría subir
miles de metros. Era un hombre que volaba.
Se disparó en el corazón. Por las mañanas al levantarme
me lavo los dientes, me lavo la cara
y me pongo la ropa que más me gusta.
Quiero tratarme bien.


Minimum Wage



My mother and I are on the front porch lighting each other's cigarettes
as if we were on a ten-minute break from our jobs
at being a mother and son, just ten minutes
to steal a moment of freedom before clocking back in, before
putting the aprons back on, the paper hats,
washing our hands twice and then standing
behind the counter again,
hoping for tips, hoping the customers
will be nice, will say some kind word, the cool
front yard before us and the dogs 
in the backyard shitting on everything.
We are hunched over, two extras on the set of The Night of the Hunter.
I am pulling a second cigarette out of the pack, a swimmer
rising from a pool of other swimmers. Soon we will go back
inside and sit in the yellow kitchen and drink
the rest of the coffee 
and what is coming to kill us will pour milk
into mine and sugar into hers



Trouble



Marilyn Monroe took all her sleeping pills
to bed when she was thirty-six, and Marlon Brando’s daughter
hung in the Tahitian bedroom
of her mother’s house,
while Stanley Adams shot himself in the head. Sometimes
you can look at the clouds or the trees
and they look nothing like clouds or trees or the sky or the ground.
The performance artist Kathy Change
set herself on fire while Bing Crosby’s sons shot themselves
out of the music industry forever.
I sometimes wonder about the inner lives of polar bears. The French
philosopher Gilles Deleuze jumped
from an apartment window into the world
and then out of it. Peg Entwistle, an actress with no lead
roles, leaped off the “H” in the HOLLYWOOD sign
when everything looked black and white
and David O. Selznick was king, circa 1932. Ernest Hemingway
put a shotgun to his head in Ketchum, Idaho
while his granddaughter, a model and actress, climbed the family tree
and overdosed on phenobarbital. My brother opened
thirteen fentanyl patches and stuck them on his body
until it wasn’t his body anymore. I like
the way geese sound above the river. I like
the little soaps you find in hotel bathrooms because they’re beautiful.
Sarah Kane hanged herself, Harold Pinter
brought her roses when she was still alive,
and Louis Lingg, the German anarchist, lit a cap of dynamite
in his own mouth
though it took six hours for him
to die, 1887. Ludwig II of Bavaria drowned
and so did Hart Crane, John Berryman, and Virginia Woolf. If you are
travelling, you should always bring a book to read, especially
on a train. Andrew Martinez, the nude activist, died
in prison, naked, a bag
around his head, while in 1815 the Polish aristocrat and writer
Jan Potocki shot himself with a silver bullet.
Sara Teasdale swallowed a bottle of blues
after drawing a hot bath,
in which dozens of Roman senators opened their veins beneath the water.
Larry Walters became famous
for flying in a Sears patio chair and forty-five helium-filled
weather balloons. He reached an altitude of 16,000 feet
and then he landed. He was a man who flew.
He shot himself in the heart. In the morning I get out of bed, I brush
my teeth, I wash my face, I get dressed in the clothes I like best.
I want to be good to myself.



MATTHEW DICKMAN (1975, Portland, Oregon, Estados Unidos de NA)
De: "Café en la nieve", Ediciones Killer, 2025 
Traducción: Sebastián Urli y Patricio Grinberg
Imagen en Civitella Raniere Foundation

Jan de Jager traduce a e.e.cummings

 34    


mi padre andaba por condenas de amor 
por mismos de soy y por tengos de doy, 
canta la mañana de la noche oscura 
mi padre andaba por honduras de altura 

este estacionario dónde olvidadizo 
ante su mirada un aquí se hizo; 
que si(siendo firme el tímido aire)
bajo sus ojos se agita y retuerce 

nuevo como de un cuál insepulto
flota el primer quién,su toque de abril 
arreó seres dormidos hacia su cubil
despertó soñadores a sus raíces fantasmas 

y si una por qué completamente lloraba
los dedos de mi padre la adormilaban:
en vano ninguna vocecita gritaría 
pues él sentía que las montañas crecían.

Elevando los valles desde los mares 
mi padre andaba por duelos de goce;
alabando una frente llamada luna 
cantando el deseo hasta comenzar

goce su canción y goce tan puro
un corazón de estrella por él navegar 
podía y puro tan ahora y ahora tan sí 
los pulsos del ocaso en su frenesí

ávido más allá del ávido verano 
su mente concibe el sol parado,
tan estrictamente(por encima de todo
enormemente)estaba el sueño de mi padre 

su carne era carne su sangre sangre:
le deseaba comida cualquier hombre con hambre;
cualquier tullido podía una milla arrastrarse 
nada más que por verlo alegrarse 

Desdeñando la pompa del deber y el convenir
mi padre andaba por perdiciones del sentir;
su ira era correcta como la llovizna 
su compasión tan verde como una brizna 
  
los brazos del año en septiembre entregan 
menos mansa riqueza a enemigo y colega
que él a los tontos y a los sabios 
ofrecía un innumerable es

orgulloso y(por de octubre la llama
llamada)la tierra se desencarama,
desnudos para el trabajo inmortal
sus hombros marchan contra la oscuridad 

su pena era como el pan sincera: 
ninguna mentira para él verdadera;
si todos los amigos enemigos se volvían
entre risas y con nieve él un mundo construía.

Mi padre andaba por ellos de nos,
de cada árbol cada nueva hoja cantaba 
(y todo ser sabía que la primavera llegaba 
cuando oían entonar el canto de su voz)

que los hombres se maten que compartir no saben 
sean fango y lodo la sangre y la carne,
imaginar intrigante,la pasión se pretende,
libertad una droga que se compra y se vende 

lo cruel bondadoso,dar para robar,
corazón para temer,mente para dudar 
una dolencia de lo similar es la diferenciación
y la conformidad es el súmum del soy 

aunque sosas todas las que nos saben sabrosas
y amargas todas las dulces cosas,
la muda muerte y los gusanos
todo lo que heredamos y legamos 

y nada tan ínfimo como la verdad 
––aunque el odio fuese el motivo de respirar––
pues mi padre vivía su alma a su modo:
el amor que es total y aun más que todo 



34



my father moved through dooms of love
through sames of am through haves of give,
singing each morning out of each night
my father moved through depths of height

this motionless forgetful where
turned at his glance to shining here;
that if (so timid air is firm)
under his eyes would stir and squirm

newly as from unburied which
floats the first who, his april touch
drove sleeping selves to swarm their fates
woke dreamers to their ghostly roots

and should some why completely weep
my father’s fingers brought her sleep:
vainly no smallest voice might cry
for he could feel the mountains grow.

Lifting the valleys of the sea
my father moved through griefs of joy;
praising a forehead called the moon
singing desire into begin

joy was his song and joy so pure
a heart of star by him could steer
and pure so now and now so yes
the wrists of twilight would rejoice

keen as midsummer’s keen beyond
conceiving mind of sun will stand,
so strictly (over utmost him
so hugely) stood my father’s dream

his flesh was flesh his blood was blood:
no hungry man but wished him food;
no cripple wouldn’t creep one mile
uphill to only see him smile.

Scorning the Pomp of must and shall
my father moved through dooms of feel;
his anger was as right as rain
his pity was as green as grain

septembering arms of year extend
less humbly wealth to foe and friend
than he to foolish and to wise 
offered immeasurable is

proudly and (by octobering flame
beckoned) as earth will downward climb,
so naked for immortal work
his shoulders marched against the dark

his sorrow was as true as bread:
no liar looked him in the head;
if every friend became his foe
he’d laugh and build a world with snow.

My father moved through theys of we,
singing each new leaf out of each tree
(and every child was sure that spring
danced when she heard my father sing)

then let men kill which cannot share,
let blood and flesh be mud and mire,
scheming imagine, passion willed,
freedom a drug that’s bought and sold

giving to steal and cruel kind,
a heart to fear, to doubt a mind,
to differ a disease of same,
conform the pinnacle of am

though dull were all we taste as bright,
bitter all utterly things sweet,
maggoty minus and dumb death
all we inherit, all bequeath

and nothing quite so least as truth
—i say though hate were why men breathe—
because my Father lived his soul
love is the whole and more than all


Retrato de e.e. cummings
Otros poemas de e.e.cummings, aquí
Imagen en Pinterest


Jan de Jager nació en Buenos Aires y estudió en la Argentina, en los Países Bajos, en España y en Bélgica. Publicó Trío (Buenos Aires, 1997), Juego de Copias, (Buenos Aires, 2002), Casa de cambio vols. I, II y III, (2004-2007, Grupo Editor Latinoamericano), Noticias del setenta y cinco (GrupoEditorLatinoamericano, Buenos Aires, 2009), y Let u maar niet op de rommel, (editorial De Blauwe Engel, Malinas, 2010). Ha traducido novelas, cuentos y poesía del inglés, neerlandés, afrikáans y francés. Ha escrito piezas teatrales en neerlandés, que fueron estrenadas por el Rotterdams Centrum voor Theater. En 2018 apareció en Bogotá su traducción de la Antología Bonset de Theo van Doesburg y en Madrid, por Sexto Piso, la traducción completa de los Cantos de Ezra Pound. De su proyecto más reciente, Relámpagos, (textos breves e hiperbreves, 5 vol) el volumen 1 apareció por Viajera editorial de Buenos Aires, en agosto de 2014. En julio de 2016 apareció el vol. 2, y en abril de 2019 el vol. 3. En preparación: Fechizos, colección de poemas-objeto, Leo, novela biográfica sobre Leo Kooistra, Noventa novelas y IUS SANGUINIS: la gran novela del siglo XXI, y la traducción de los versos completos de E.E.Cummings.

Frank O'Hara: Se desplomó Lana Turner


Fou-rire     




La verdad es gracioso 
que durante todos los siglos de la humanidad 
el problema haya sido cómo 
matar a muchos 
y en el presente 
sea cómo 
no matar a toda la gente 



Poema




¡Se desplomó Lana Turner!
Yo iba trotando y de golpe
se largó a llover y nevar
y dijiste que era granizo
pero el granizo te pega en la cabeza
fuerte así que en realidad nevaba y
llovía y yo estaba muy apurado
por verte pero el tráfico
se portaba exactamente igual que el cielo
y de golpe veo un titular
¡SE DESPLOMÓ LANA TURNER!
no nieva en Hollywood
no llueve en California
fui a muchísimas fiestas
e hice un montón de papelones
pero la verdad nunca me desplomé
ay Lana Turner levantate te adoramos



Retrato de Frank O'Hara con semblante adusto, mirada melancólica, cruzado de brazos con un saco gris y camisa negra
De: "Naranja y sardinas", Zindo&Gafuri, 2019
Traducción: Eleonora González Capria
Otros poemas y referencias de FRANK O'HARA, aquí  Imagen en Poética 2.0
(En breve, agregaré las versiones en inglés)

William Stafford: En alguna parte hay un lago

La imagen muestra al poeta William Stafford con un pullover gris y el cuello da la camisa blanca. El fondo parece una estructura de madera

Por qué soy feliz     




Ha llegado, un tiempo tranquilo. Lo dejo 
correr. En alguna parte hay un lago 
tan azul y lejano que no pertenece a nadie. 
El viento pasa y un sauce escucha 
con elegancia. 
Oigo todo esto, cada verano. Río 
y lloro por cada vuelta que da el mundo,
su frío terrible, su inocente girar.
Ese lago permanece azul y libre; aguanta
y aguanta.
Y yo sé dónde está.



Why I am happy




Now has come, an easy time. I let it
roll. There is a lake somewhere
so blue and far nobody owns it.
A wind comes by and a willow listens
gracefully.
I hear all this, every summer. I laugh
and cry for every turn of the world,
its terribly cold, innocent spin.
That lake stays blue and free; it goes
on and on.
And I know where it is.



WILLIAM STAFFORD (1914, Hutchinson, Kansas / 1993, Lake Oswego, Oregón, Estados Unidos de NA)
Traducción: Jonio González
Enlaces: Otra iglesia es imposible | Poetry Foundation
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