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Diego Brando | Es lo opaco del viento

1    

Mudas las campanas no hacen más que incendiar la noche en nombre de un santo o un reo, fiebre que repica el oro en las aguas. Aquí solo veo caballos pasar ante el caos del césped y su luz y un agravio en el canto del pájaro que se dirige al fuego y al deseo, murallas altas de pan que brotan de cada boca y el sol, ese imperio de muecas que solo al barro enaltece. 

2    

¿qué voz oír cuando el aire es frío y la niebla un animal? En los pliegues de la noche se ilumina el día, astros penden y la luz que deviene en sangre es lo opaco del viento en donde aparece un hombre, y en sus pupilas la forma del mundo donde todo fuego cabe


Otros poemas de DIEGO BRANDOaquí










Mirtha Lucía Makianich | Saerianas

Aunque Mirtha Makianich, en su introducción al poemario “Saerianas”, diga que es una presunción creerse intérprete de algunas obras de Saer, lo cierto es que la poeta hace años que viene revisitando la obra del escritor santafecino en un diálogo íntimo que va enriqueciéndose, una y otra vez, porque también son íntimas las vivencias, las imágenes y el paisaje evocado por el escritor santafecino. Y son precisamente esas vivencias, esas imágenes y ese paisaje compartido –en igual y a veces trágico trasfondo histórico– los dardos envenenados que la llevan a la escritura –no académica– sino poética. Este encuentro dialéctico y profundo la conducen al reencuentro con su propia identidad: “¿cuánto de mío / atravesado / por el cuánto tuyo?” y la retrotraen porque la memoria aunque le pese– es un oscuro animal en acecho constante.

Y aunque la verdad sea un chisporroteo fugaz, una fuente, un núcleo remoto –acaso delirante– le alcanza a Makianich para la perseverancia, la insistencia en penetrar en los misterios del sueño y en los círculos obsesivos de Saer, que son como los suyos, porque también los suyos son como fantasmas / o nubes de humo / telarañas / que se entrecruzan. Sin embargo –y es lo más importante– oye en el canto del narrador-poeta su propio canto. Dice la poeta–: ¿Sabes? // Yo sí he visto la rosa / la vieja rosa marchita / crecer entre tus hojas / pétalos abriéndose / jirones de amarillo / color y perfume // y ¿sabes?/escucho cantar / entre esos pétalos porque es / así efímera / y particular / la alegría / de la belleza. Mirtha cumple acabadamente con lo que dice Saer, texto que ella misma cita–: “Toda lectura es interpretación, no en el sentido hermenéutico, sino más bien musical del término. Lo que el lector ha vivido le da al texto su horizonte, su cadencia, su tempo y su temperatura”. 
                                                                                                                                          Livia Hidalgo

BORRADORES que siguen 
gestándose
¿y entonces?
se avanza y se retrocede 
puntitos     destellos
luz lucecita 
señales
y todo para contemplar 
una fuente
un núcleo remoto 
desnudo delirio.

  
  
  
ESPORÁDICA luz 
perfora la fronda
y bajo los eucaliptos 
el bayo amarillo 
tasca y tasca

ya sin vino el hombre 
yergue su espalda 
deja el áspero sillón
y entra a ese interior 
entra al círculo animal

va hacia el bayo y salta 
se cuelga del cuello 
tirando hacia abajo
mientras tensos hacia arriba 
los músculos del bayo

repican las patas 
contra el suelo
equilibrio contrario 
tensiona el hombre 
débiles los relinchos

minutos así 
sin dirección
su pensamiento 
luego el salto
se desprende y abandona

¿Qué fue eso
sueño y anticipo 
premonición
o qué?
¿Sabes?

Yo sí he visto la rosa 
la vieja rosa marchita 
crecer entre tus hojas 
pétalos abriéndose 
jirones de amarillo 
color y perfume

y ¿sabes?
escucho cantar 
entre esos pétalos.

     
MIRTHA LUCÍA MAKIANICH (Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina) De: " Saerianas", Barnacle, 2025











Daniel Martucci | El mejor modo de esperar

La imagen muestra al poeta Daniel Martucci con la mirada altiva, con el pelo muy largo hacia ambos lados de la cara descubriendo una amplia frente. Viste una remera con cuello en v color  vinotinto. Detrás un estante contiene algunos libros



EL mejor modo de esperar es ir al encuentro 
La espera da fuerza al deseo 
 
Ir al encuentro no es ir hacia donde el objeto está 
No es ir detrás de los guiños del objeto. 
 
El encuentro sucede en un punto de lo 
desconocido 
cualquier punto
un punto en especial

El deseo sabe de nada
es ese sabor el que lleva el cuerpo
Hacia el encuentro en otra parte

En una palabra
lo lleva hacia el cielo de un borde
donde se despeña al vacio
de un nuevo deseo sin nombre aún


DANIEL MARTUCCI (1957 / 2012, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Fuente: "Música rara N° 2", 2004

Suray Traba | Indómito despertar


4   



Desbaratado 
 
el sueño que sus brazos 
mece 
abre sus ojos 
la noche su tamboril      
que besa y daga 
una paciencia de escombros 
dibuja en el aura 
un quejido 
que no es reproche. 
 

10 



Muerde la noche
afín
herida diurna al día
la nimiedad
en su labio
musita
espasmos  despabilados 
la precisión desgrana
con instrumento
disonante
palabras inmunizadas
al destierro
su inciso
en clave de bestia
de vida láctea
rastrea destroza encontrando
pistas
negadas al alba
halo petrificado
anticipa
un aguijón de danza
destello mudo    afásico
en una palabra
escasez y abundancia
la noche
derrama
alaridos silvestres
noctámbula volví
para ser
su escribiente.


32



De intermitencia    infinita
pulsa         difuminada
en un cuenco
donde la luz mecía
se agitan             penumbras
la atmósfera se  tiñe de voraz
apura el paso
se acerca           se aleja
merodea el letargo
pierde equilibrio
al acierto
sazona un resquemor
envuelve
engulle      traga
soy su manjar.


VI



La voz 
muta
en sus jirones
despide esquirlas
de sueño roto.


VII



Es tarde
para la palabra
una consonante
   es insignia
pretextos que la noche inventa
duermen
bajo una bombita que titila.


SURAY TRABA (1969, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
De: "Indómito despertar", Barnacle, 2025

En su libro "La llegada a la escritura", la filósofa Hélène Cixous señala: "Lo único que tengo para escribir es lo que no sé". Esta idea resuena en este libro, el primer poemario de Suray Traba, donde la escritura se convierte en errancia por lo que no ha de saberse. Escribir como un estado de presencia en el no-saber. Situarse en el desconocimiento pleno como inicio de la escritura, atravesar el vértigo de esa inocencia, desaparecer para ser.
Suray recorre el campo abierto de la noche, buscando con su lámpara ciega los fragmentos de luz de un alba que se retrasa. 
En el territorio extenso de la vigilia, el lenguaje se extravía. ¿Cómo encontrar las palabras, en el espacio delimitado entre lo no-dicho y lo por-decir, cuando cada signo se revela urgente?
En hebras, desmenuzado, lo que no-se-sabe teje la trama de un idioma noctámbulo e insomne. Teje una voz.
Y la voz se extiende sobre el paisaje de la noche, poderosa y lúcida, delicada y caótica, tropezando con lo que se supo callar. 
"Quedate despierta, hilachita de voz", susurra. Y la voz se hace presente, se nace, se alumbra.
"Quiero escribir la noche", dice Suray, "quiero escribirla ahora, que no sé qué digo, con lo que no sé qué digo". 
El poema es mantra y plegaria, es fe y manifiesto para esa que tabula en la oscuridad, para la mujer que escribe en la noche, y en la noche, despierta.

Mariana Finochietto

Dos poemas de Pablo Queralt

 

TENER LIBROS en el baño en la cocina como la plata en distintos lugares
para que nunca me falte así alguien que no conozco esconde dentro mío ideas
recuerdos que de pronto aparecen como cuando salía a fumar para no sentirme desplazado del que narra y quién mira
donde se gesta el poema y pone algo que va del pasado al presente como quién confunde
los tiempos y viene de lo antiguo y no de lo reciente tirando del hilo.



CAMINAMOS caminamos y puedo decir que allí nuestras almas hablaron 
tan cerca estuvimos que nada tocábamos y ni hablar necesitábamos 
yo era tu imagen o mi materia era la tuya la sustancia única 
de nuestras palabras estalladas en su microcosmos al espacioso infinito 
que era la nada y el todo donde llegamos sin decir que llegamos. 


De: "La doble pena de volver a contarlo todo, Ediciones La yunta, 2025
Otros poemas de PABLO QUERALTaquí 

Alicia Silva Rey | Cuerpos a la medida


2    




Querida, sueño  
con las piedras preciosas 
de tu alhajero. 
Por aquí pasan los caños del agua 
y los murciélagos 
las palabras son conceptos 
los tópicos son conceptos 
los asesinatos en Chile en Hong Kong son conceptos 
la arquitectura, el arte, la locura contemporánea:
túmulo de conceptos
los fetiches, mi bien, brillan como conceptos,
la cobardía política, los arrancadores de ojos
mi alhaja, mi musguito, mi residuo, mi speculum,
mi tejido mental, mi larva, mi cieno, mi estanque, 
mi perro que sale del estanque.


5




Cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción. 
“Malena”
Homero Manzi; Lucio Demare, 1941.


No preguntaré
como Alejandra
Pizarnik: “Si digo agua, 
¿beberé? 
Si digo pan, ¿comeré?”. 
El abrazo confuso donde
amor es causa de amor
pertenece ¡tan solo! 
a una cierta sintaxis. 
Cuerpos a la medida
de una erótica 
en íntima alteridad.
“Nunca sabrás cuánto
fuiste amado por mí”, 
dedica un varón a una mujer 
su lapsus. 
Fue un pobre hombre, 
Jacques Marie Émile Lacan,
en una carta
a la mujer amada.
Lo que enciende
no es la voz que pronuncia, 
es el oído.


De: "Moleskine", Barnacle, 2025
Otros poemas de ALICIA SILVA REYaquí
Imagen en Gilgamesh, poesía y póeticas

Raúl Cristián Aguirre | Ten piedad de mí

El poeta ocasional | Raúl Cristián Aguirre

La imagen muestra al poeta Raúl Cristián Aguirre mirando de soslayo hacia el marco derecho. Viste una campera de jean sobre una remera del mismo tono. Tiene una barba estilo franciscana. El fondo es una pared oscura, de listones de madera con círculos perfectamente alineados.

me dijiste que era neorromántico    




cuando te escribí un poema de amor me dijiste que era neorromántico  
y que el neorromántico ya no se usaba  
entonces te escribí un poema distópico 
y me dijiste que ya estaba bien de noventismos 
entonces te escribí un poema complejo  
y me dijiste que el neobarroco estaba agotado 
entonces te escribí un poema sin pies ni cabeza
y me expusiste que el surrealismo burgués iba a contracorriente de la lucha de clases
entonces te escribí como si te hablara en el colectivo
y me escupiste que el coloquialismo era una entelequia
entonces
te escribí una receta de cocina que aprendí de la tele
y al toque cacareaste: el abuso de los infinitivos es un enfoque arcaico
y la carne picada mejor no consumirla por temor a los brotes de encefalopatía o de enterocolitis 
o de salmonelosis
y agregaste severa: sin mencionar lo malo 
que es el colesterol malo   



Miserere




Hay muchas razones por las cuales no puedo ser un gran poeta me gusta mucho mirar
videos indecentes estar tirado en el sofá no hacer un guano
escribir listados de cosas ten
piedad de mí, conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones,
jugar a videojuegos infames perder el tiempo destinado al amor, mi pecado
está siempre delante de mí, vagar por el mundo sin rumbo en una casona del Maresme, lávame
y se recrearán los huesos que has abatido. 
El puto de Mozart escuchó una vez sola el Miserere
y lo transcribió íntegramente en papel. Por eso le dieron no sé qué los Papas. 
Papas, a mí me gustan con romero, al horno, con un dedo de agua ajo y tomillo, por eso
no puedo ser un gran poeta. A mí me gusta dormir, oh Dios,
edifica los muros de Jerusalén, preséntame señoras 
deslumbrantes.


Oración por unas tabletas de cloro en estado inapropiado




Oh Señor 
oh Señor de los prados los pastos el césped las piscinas
ten piedad de quienes están tristes
tristes por la vida en general 
o por haber comprado en Amazon el Cloro 5 Acciones, Tabletas Multifunción de 200 gramos, en balde de cinco kilos, de la marca Tamar
y las pastillas le han llegado rotas
disueltas
inservibles
Oh Señor no es la primera vez
Oh Señor pero la primera vez creí que era casualidad
como cuando las cosas salen mal con el primer amor
pero luego se da cuenta uno que no
que lo habitual es la ruptura y la disolución
y por eso aunque les di una segunda oportunidad 
—sabiendo que a veces la vida nos la niega—
me he quedado con mal sabor de boca
como quien se traga una tableta multifunción de 200 gramos de Cloro Tamar 5 acciones 
 y se le queda atorándole el garguero
Oh Señor triste estoy triste y más que triste desencantado, alejado de las melodías de tus ángeles
como quien vota en las elecciones a su candidato con el corazón galopando
y su candidato pierde por millones de votos
y trata de asimilar la derrota
y no puede asimilar la derrota
triste como quien vota a su propio verdugo sin saberlo y se da cuenta después y después ya es muy tarde
como es muy tarde Oh Señor para volver a pedir por Amazon las tabletas
multifunción
de cloro 5 acciones
de Tamar
que en realidad 
son excelentes
pero me llegaron rotas
rotas
como un corazón roto 
como un corazón que aún sigue galopando
pero hacia ningún lado
pero a ninguna parte
pero a ningún lugar.


De: "Acá falta plata", Barnacle, 2025

RAÚL CRISTIÁN AGUIRRE nació en Buenos Aires. Formado en Análisis de Sistemas, es escritor, poeta, actor, emprendedor y conferenciante. Está radicado en Barcelona desde 1988, donde estudió cine y morfopsicología. Es hijo, nieto y sobrino de escritores, poetas y profesores de literatura. Su padre, Raúl Gustavo Aguirre, es un referente de la poesía argentina de las décadas del 50 y 60, años en que dirigió la célebre revista “Poesía Buenos Aires”. Su madre, Hebe Monges, fue catedrática de Literatura y autora premiada de novela, cuento y poesía.   

Recibió premios y distinciones en diversos certámenes literarios. Sus poesías han aparecido en diversos medios especializados en Argentina y el exterior. Dirigió la revista subterránea “Caro Kann”. Condujo el programa de entrevistas “Vos y Yo” en una radio de Barcelona. Creó el unipersonal “Poesía, ¿estás ahí?” en 2019, y lo representó en varios países. Publicó los libros de poesía “Mamá y otros poemas” (2015), “A Sívori se lo comieron los escorpiones” (2019), “La vida videoclip” (2023), “En la otra orilla de la noche” (2024), y “El hombre increíble” (2024), los cuatro últimos en Ediciones en Danza. La compositora Patricia Caicedo musicalizó varios poemas suyos en el CD “Nuestros días”. Es autor de una vasta obra poética que aún permanece mayormente inédita.

Imagen en Página12 


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