1
Mudas las campanas no hacen más
que incendiar la noche en nombre
de un santo o un reo, fiebre
que repica el oro en las aguas.
Aquí solo veo caballos pasar
ante el caos del césped y su luz
y un agravio en el canto del pájaro
que se dirige al fuego y al deseo,
murallas altas de pan que brotan
de cada boca y el sol, ese imperio
de muecas que solo al barro enaltece.
2
¿qué voz oír cuando
el aire es frío
y la niebla un animal?
En los pliegues
de la noche
se ilumina el día,
astros penden
y la luz
que deviene en sangre
es lo opaco del viento
en donde
aparece un hombre,
y en sus pupilas
la forma del mundo
donde todo fuego cabe

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