Distorsiones
Qué sorpresa te llevaste —
mientras envejecías y usabas
tan tranquilamente a sexagenarios
como si fuesen espejos
que en realidad no distorsionan
sino que son simplemente proféticos
y tanto más confiables
que el vidrio del baño
que recibe el sol de la mañana
o el del vestíbulo
que no lo recibe jamás —
Qué sorpresa te llevaste
cuando un confiable espejo, que se sabía 60 y no 40
de modo que no te necesitaba a ti
como espejo, pensó que eras carne
y no vidrio, humano y no mineral
y por tanto irrompible,
y sin verse a sí mismo
como espejo,
a tu extravagante manera de ver las cosas
comenzó a tratarte
como un juguete, como a un hermano,
y aunque tú eras carne y no vidrio,
te rompiste, y sangraste,
no arena, tampoco calcio
tampoco pálido plomo rojo—
de modo que, cuán grande fue
tu sorpresa, al rearmarte sobre
el pavimento, carne y no vidrio
al observar cómo su erguida nuca
se desviaba, con calma,
como si jamás se hubiese visto
reflejado en una flor, en un niño,
o en otro anciano.
Distortions
What a surprise you got —
ageing yourself and using
sexagenarians calmly as mirror
s not really distorting
but merely prophetic
and so much more reliable
than the glass in the bathroom
that gets the sun in the morning
or the one in the hall
that never gets any at all —
What a surprise you got
when one reliable mirror,
who knew himself 60 not 40
so could not need you as a mirror,
thought you were flesh not glass
human not mineral and therefore unbreakable,
and not recognizing
himself as a mirror
in your extravagant sense
proceeded to treat you
like a toy, like a brother
and though you were flesh not glass
you broke, and bled,
not sand or calcium either
nor dull red lead —
so how surprised you felt
assembling yourself on the pavement
flesh not glass
watching his creased nape
moving away, calmly,
as if it had never seen
itself in a flower, a child,
or another old man.
(1927, Glascow, Escocia / 2012, Ratghar, Irlanda)
Fuente: Johns Hopkins University Press
Traducción: Jorge Sagastume
Imagen: Portraidi/ Foto de Bill Doyle