QUISIERA un tiempo
en un convento, dice
anhelo en ese movimiento
Voto de silencio
hacer cueva en la cocina
con luz tenue
pared azulejada de horizonte
una mesada baja
de madera
alcanzame la harina
no, esa no
la de avena
no tanto
tibia el agua y sin batir
el huevo
movimientos
decididos pero lentos
hacen a la masa
la escena se reitera
con qué frecuencia
durante cuántos años
tantas veces
se dice
hasta que una
se convierte en pan
deseo en ese movimiento
anhelo en la cocina
¿qué hago con mi yo?
la soledad impone
reglas y rigor
se instaló
entrelazándose
como hilo de sutura
invisible
silenciosa
oculta pero no cura
¿qué hago?
me siento en el zafu
cuento de uno a diez
cuántas veces
cuántas respiraciones
hasta convertirse
¿en qué?
en algo que se dobla, dicen
aceptar las cosas tal cual
¿cómo se hace?
¿cómo son las cosas?
De: "Peregrinas", Editorial Bajo la luna, 2023
Otros poemas de
LILIANA GARCÍA CARRIL,
aquí
Del libro La mujer de al lado, Bajo la luna, 2004)
Orden de clausura
camina de un lado a otro
como quien reza
su andar invoca al dios íntimo
de la respiración y con esoparece darse aires
darse aires
se dice de la arroganciapor ejemplo en el andarcomo si tal cosa, respirando
la veo caminar por las paredes
opaca con el alientoel espejito de carterapone a prueba su respiración
aire, aire, fuera de aquí, grita
(quien está sola como la unani siquiera puededarse aires de estar loca)
a su aire, a su aire, grita
(¿querrá eso decir
“siéntase como en su casa”?)ahogada, se puede morirahogada en el propio aire.
Plano infinito
hay una foto
perdida para siempre:
la mano en la cintura
el torso ladeado, la caderadura el desafío en la mirada y de ella dura la hijacomo una fotografía
no es el ocre del papel
es cómo se va siendomenos joven y más insomne
tan diferentes las dos
toda la vida y despuésidénticas van a durartoda la muerte
(no me mires ahora
saldría con cara de mirarfotos perdidas)
como una piedra en el agua
puedo caer y ser la razónde una onda expansivade insatisfacción, atraertehacia mis círculos concéntricosy hundirnos hasta recordarcómo era una marea
puedo ser más y más honda abierta
y más oculta más fuerte que la luna
pero seguirías preguntando
si me pasa algo.
Del libro La paciencia, Bajo la luna, 2009
UNAS vecinas nos guían en una caminata
lo difícil no es escalar,
ni abrirse
al mundo de la maleza
cada vez más profusa
dejarse llevar por el movimiento
oculto de las rocas
–¿víboras en estazona?–
y la furia contenida delarroyo
Yo, que amo la naturaleza
y su dinámica:
ellas van con palos y
conversan.
LILIANA GARCÍA CARRIL (1951, Buenos Aires, Argentina) Imagen: facebook