Esa ciudad
Esa ciudad se apaga cuando me duermo:
los ventanales no reflejan el sol,
los semáforos dejan libre el paso de los autos,
las sombras vacilan unos segundos.
atraviesan una puerta y desaparecen;
sobre el mantel, el crucigrama está resuelto
y una mano dobla las páginas del diario.
Nada de lo habitual permanece en pie:
los tranvías giran veloces,
se enturbia el agua de los jardines,
un velo de ceniza se extiende sobre las plazas,
cubriendo el lago, los botes y los remos,
los verdes del bosque desaparecen.
Arrebatados por una nube,
quedan más solos los animales del zoológico;
se ausentan, de pie, las estatuas,
mientras un viento repentino dispersa los colores
y borra, ya sin luz, los cables del teléfono
y el borde cansado de las cosas.
Pero, ay, todavía queda algo que no he dicho:
esa ciudad continúa dentro del sueño.
RAFAEL FELIPE OTERIÑO (1945, La Plata. Reside en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina)
De. "Todas las mañana", Ediciones del Copista 2010
Enlaces: El poeta ocasional
Imagen: fundacionkonex.com.ar
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