El clima arrecia
se dice así
le parece.
Hay viento
la peste sigue
las compras se han reducido
a la mínima expresión
se cambian los muebles de lugar
se acomodan los cajones
se sacan cositas guardadas
amorosamente
se apilan en cajitas.
Se regalan esas cajitas.
La lluvia desarma
el cantero donde la menta de tres tipos
crecía alborotada.
Se deshace de todo
lo que se llama recuerdo.
Las torres eiffel de dos centímetros
la tacita que dice roma
un almanaque del 2010
traído de venecia
la botella de vino que trajo
de las dos casas anteriores
donde vivió.
Separa unos vestidos
dos pares de botas
una bombacha con encaje
todo revisa.
El inventario de ahora en adelante
no puede ocupar
más que una hoja de cuaderno.
Desprenderse
achicarse
ser pequeña la casa
la mujer
y los deseos.
Todo pequeño.
Hay que hacer espacio.
Para que cada quien entierre
a sus muertos.
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