Tito Manfred | El poeta ocasional

Tito Manfred








Soñé que la poesía chilena actual era ese

baile de máscaras en "Eyes Wide Shut", 

y yo Tom Cruise al centro del salón, 

sin máscara, sin ropa, expuesto al ridículo 

y a la humillación. Cuando desperté seguía

fuera de todo, pero mi vida no corría peligro

ni había orgías ni oscuros rituales a la vista.

Nicole Kidman brillaba por su ausencia.









Nuevamente vengo del futuro

Es el año 2042

Soy Premio Nacional de Literatura

Un quinquenio antes

La disentería ha cobrado la vida

De los últimos Poetas Valiosos

Quienes sobrevivimos a la epidemia

Nos turnamos los premios en democracia directa

En la última asamblea resolvimos

Conceder el Bolaño a un poeta menor

Con reumatismo y problemas de esfínter

Su resentimiento ha disminuido considerablemente

Paciencia, camaradas, ya les llegará su turno

En el futuro todos seremos Premio Nacional

Sólo lávense las manos después de ir al baño








El amor romántico en la época de su reproductibilidad técnica









Jenny me da seguridad.

No quiero volver a vivir sin ella.

Estoy conmovido por sus palabras.

La pureza, la serenidad y la honestidad

de su discurso.






(Así mismito dijo Dirk, esposo de Jenny la muñeca. Yo no más traduje sus palabras en Google Translate y las dispuse en forma de versos. Así se escribe un poema: sin sudor.)









iii)






Siento un profundo resentimiento hacia los poetas que admiro. Escriben tan soberbia-mente los hijos de puta. Cuánto estilo, cuánta téc-nica. Envidio sobremanera sus poemas. No les tiembla el pulso a la hora de cortar el verso. No les tiembla la matemática al contar las sílabas. No les tiemblan las caderas cuando sacan a bailar a la chica de mis sueños. Les deseo lo peor. 



Quisiera abrir sus cráneos y hacer mías las ideas que ante-ceden a la escritura del poema. Argh, realmente los odio. Quiero hacerme amigo de cada uno de ellos.








My kind of woman











Anoche soñé contigo sin excentricidad alguna

Anoche soñé contigo y vestías como imagino

Que vistes y no decías nada, en tu boca

Estaba clausurado el lenguaje

Y, sin embargo, que estuvieras ahí, en mi sueño

Era suficiente información

Yo iba a escribir: Houston, we have a problem

Pero mejor borro esa parte por absurda

En 6000 años más, no se te habrá arrugado

Un solo pixel

Ey, mira tú las cosas que escribo!

No hubo mejor época

Para no sentir absolutamente nada










La belleza es una luz cegadora cuando un hombre o una mujer de preciosas facciones, tez blanca y ojos verdes evade el pago en una micro del Transantiago. Podrían pagar, sin embargo no lo hacen. Estúpidas criaturas rebeldes y hermosas. Aquella luz se apaga cuando quien salta el torniquete es una persona morena y poco agraciada, con la camisa mugrienta del cuello y empapada de los sobacos. Su evasión es por necesidad. Esta circunstancia anula el valor estético de su acción.










Difícilmente escribiré sobre la luz filtrándose entre las hojas del cerezo o de la belleza de los adolescentes que vuelven a casa luego de sus exploraciones nocturnas. No hay belleza en esas cosas, ni en el lenguaje, ni en las imágenes que median entre lo uno y lo otro. Seguro estoy equivocado. Sólo sé que no han sido mis mejores días, que ya no tendré mejores días y que odio este trabajo, y quizás sea esta aversión a mis obligaciones lo único que me va quedando. No creo en la poesía política, pero si me preguntaras qué significa para mí la escritura, te respondería: es esto que hago en lugar de aquello para lo que me pagan. 








Tito Manfred (1983, Arica, Chile)

De: "Los poemas se dirigen a las redes de pesca", Barnacle, 2018

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