Fieles al agua tensa que los sostiene
avanzan bajo la superficie sin alterarla.
De ella asumen los tonos,
en ella se hunden entre espejos;
son pasajeros
que se empalman y mezclan
frente a la puerta cuatro.
Han llegado hasta ahí
sin desprenderse de las formas constantes
que los guían sin mirarlos. Ignorados,
unidos entre brillos y objetos,
las siguen desde la hondura
y son su apoyo,
fluido modo de ver y desplazarse,
en ese espacio invertido
de reflejos y evidencias cambiantes.
Ahí, entre el piso de mármol
recién pulido, con una afable y abierta ligereza
se funden. Algo jovial despliegan esas sombras;
algo profundo advierten.
CORAL BRACHO (1951, Ciudad de México, México)
De: laestafetadelviento.es
Imagen em Universidad de Colima
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