Un solo de máquina de escribir
No alcancé a usar pluma de ganso.
Fui escolar de pluma de acero y pomo de tinta.
Ave de pluma de cristal, de pluma fuente. En mi tinta azul
Se miraban el cielo y el mar y mi traje dominguero.
(¿Quién no tiene un traje azul?)
La reemplazó el bolígrafo. Creció el mundo y crecí yo.
Llegué veloz, en locomotora, a la máquina de escribir.
Me volví gallo: picoteaba las teclas con un dedo, imaginándolas
granos de maíz. Remignton Rand, te sabrás de memoria
mis primeros poemas.
Oigo hasta hoy tus conciertos de piano: Back, Beethoven,
Mozart, Chopin, Vivaldi, tren de escritorio (Deluz Model 5)
avanzando por las cuatro estaciones.
Al final del siglo XX, en misil cibernético
te sacó de los carriles la posmodernidad.
Están frente a mí los carretes de cinta
que ya no tiñen mis manos ni mis sueños.
Del salón en el ángulo oscuro yacen mi rodillo secreto,
mi cigarra incomprendida, mi arpa olvidada
DANIEL ARTURO CORCUERA (1935, Trujillo / 2017, Lima, Perú)
Enlaces: La poesía alcanza | Vallejo & Co.