Nuno Júdice



Composición con botellas y flores



La transparencia de la botella pasa al fondo de la tela, donde
la luz transporta una impresión de agua. Puedo
vaciarla por el gollete del poema, y ver cómo las
palabras quedan limpias de su opacidad, hasta
poder, a través de ellas, mirar las cosas en su nitidez más

pura. Pero es apenas una botella, puesta
en la mesa, reducida a la expresión más simple
de sus vocales y consonantes, de donde saco una elocución

líquida hasta que el fondo quede seco. Vacía,
es una pieza decorativa que puedo colmar de
argumentos, como plantas, para que las ramas
de la frase se abran sobre la lógica de la mesa. El vidrio

sobrevive, y sólo la lógica, que me obligó
sustituir el agua por flores de retórica,
marchita, contra la pared, donde la
humedad rasgó la pintura, dejando a la vista
el yeso de los adverbios y la madera podrida
de las conjunciones, en un realismo de naturaleza muerta.



La veranda de Julieta



Una vez entré en verona para no entrar
venecia. Entre la vé de verona y la vé
de venecia, me decidí por ver verona. Me gustó
la coincidencia de las consonantes en la ventana
de julieta ; y sé que en venecia no oiría
el viento de la venganza, ni probaría el veneno
de una voluptuosidad que en verona se
desvanece con la vida. No hay canales en
verona como en venecia; ni hay ventanas
en venecia como en verona; pero julieta
avizora la calle, desde la ventana que es suya, y
si nadie hace la seña, que sólo ella sabe, agita
el pañuelo mojado por las lágrimas que las
nubes beben, elevándolas desde verona hasta
venecia, donde la lluvia las lanza a los canales.



NUNO JÚDICE
 (1949, Mexilhoeira Grande, Algarve, Portugal)
Traducción: Marco Antonio Campos
Fuente: http://circulodepoesia.com/2014/08/poesia-portuguesa-nuno-judice/
Imagen: www.cultura.elpais.com/babelia.html











COMPOSIÇÃO COM GARRAFA E FLORES










A transparência da garrafa passa para o fundo da tela,

onde a luz transporta uma impressão de água. Posso

despejá-la pelo gargalo do poema, e ver como as

palavras ficam limpas da sua opacidade, até se

poder, através delas, olhar as coisas com a sua mais

pura nitidez. Mas é apenas uma garrafa, pousada

no tampo, reduzida à expressão mais simples

das suas vogais e consoantes, de onde tiro uma

elocução líquida até o fundo ficar seco. Vazia,

é uma peça decorativa que posso encher de

argumentos, como plantas, para que os ramos

da frase se abram sobre a lógica da mesa. O

vidro sobrevive; e só a lógica, que me obrigou

substituir a água por flores de retórica,

murcha de encontro à parede, onde a

humidade rasgou a pintura, deixando à vista

gesso dos advérbios e a madeira podre

das conjunções, num realismo de natureza morta.










A VARANDA DE JULIETA









Uma vez, entrei em verona para não entrar


em veneza. Entre o vê de verona e o vê




de veneza optei por ver verona. Gostei da




coincidência das consoantes na janela




de julieta; e sei que em veneza não ouviria




o vento da vingança, nem provaria o veneno




de uma volúpia que só em verona se




desvanece com a vida. Não há canais em




verona, como em veneza; nem há janelas




em veneza, como em verona; mas julieta




espreita a rua, da janela que é sua, e se




ninguém diz a senha que só ela sabe, agita




o lenço molhado pelas lágrimas que as




nuvens bebem, levando-as de verona até




veneza, onde a chuva as deita nos canais.







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