La vida, que se rompe en los trasiegos
secretos, la he arraigado en vos:
esa que se debate en sí, y casi parece
que de vos nada sepa, ahogada presencia.
acuerdas tu existencia a la de ella, inmensa,
y resurges, memoria, más visible,
de la oscura región donde bajabas,
como ahora, después de la tormenta,
vuelve a adensarse el verde de las ramas
y el cinabrio, en los muros, se oscurece.
Todo ignoro de vos, salvo el mensajey resurges, memoria, más visible,
de la oscura región donde bajabas,
como ahora, después de la tormenta,
vuelve a adensarse el verde de las ramas
y el cinabrio, en los muros, se oscurece.
mudo que me sostiene en el camino:
si como forma existes, o aprensión
en la niebla de un sueño te alimenta
la costa que se enturbia, enfebrecida,
cuando restalla en ella la marea.
Nada hay de vos en este vacilar de las horassi como forma existes, o aprensión
en la niebla de un sueño te alimenta
la costa que se enturbia, enfebrecida,
cuando restalla en ella la marea.
grises o desgarradas por un fulgor de azufre,
salvo el silbido del remolcador
que emerge de las brumas, llega al golfo.
salvo el silbido del remolcador
que emerge de las brumas, llega al golfo.