el paseo
madre me llevaba de la mano
por el terraplén oscuro
decía:
esa es la bomba de agua
el perro amarillo, ése, no lobo,
ahí las parvas
más allá el pajonal de las cluecas
decía:
nunca, a tu edad,
vi estas cosas
llegábamos hasta la capilla de los garzón
a ver
los altos vitrales del cristo
de la buena muerte
el áspero cuero de las iguanas
la ruta, siempre lejos
a la vuelta me daba
el pan de la tarde, cantando
los salmos preferidos
y una tristeza hermosa me cerraba la garganta
o quizá el polvo del camino
o dios, que entonces era
un potro negro
que despertaba el miedo
De: "Tabaco mariposa", Editorial Caballo negro, 2009
050510
muchas veces fuimos pobres
no había dinero para ropa o música, pero
el taladro magnífico de dios
caía contra la mañana
las palomas se desbandaban
como si vieran
la comadreja o el halcón
un pedazo de mí entraba en la amargura
como en el pozo del molino
donde la serpiente infectaba
el agua de beber
yo tenía pocos años y ya era
rigurosamente anciana
sabía que el altísimo podía aplastarme la cabeza
enfermar nuestras ovejas
quitarnos el verano, la poca dicha
pero igual miraba siempre para arriba
y bajito decía
que sí, señor, venga a mí la destrucción
lo que deba venir
soy tu surco, señor,
soy tu surco
(inédito)
ELENA ANNÍBALI (Oncativo, Provincia de Córdoba, Argentina, 1978)
Imagen: las afinidades electivas