Tres en el café
En el café semidesierto
la mosca intenta
posarse en el terrón de azúcar sobre el mármol.
La ahuyento. Insiste. La ahuyento.
La luz es triste, amarilla, desanimada.
Somos dos a la espera
de que el garçon, mecánico, nos sirva.
Miro al compañero a la altura de la corbata.
No me atrevo a subir al rostro marcado.
Me fijo en la cadena del reloj
presa en el chaleco; viejos tiempos.
Poco hablamos. El sonido de las tazas,
casi una conversación. Tan raro
encontrarnos así frente a frente
durante más de algunos minutos.
Más raro aún,
en la banalidad del café.
La mosca vuelve.
Ya no la espanto. Queda entre nosotros,
partícipe de mutuo entendimiento.
Entonces, ¿es este el mismo hombre
de antes de yo nacer
y de mañana y siempre?
Curvado.
Su mirada es cansancio de existencia,
¿o siento ya (ni pensarlo) su muerte?
Este estar juntos en el café,
no he de olvidarlo nunca, de tan seco
y desolado -los tres
yo, él, la mosca-:
imágenes de mera circunstancia
o del oscuro
irreparable sentido de vivir.
Otros poemas de CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE, aquíImagen: kultme.com.br
Mundo grande
No, mi corazón no es mayor que el mundo.
Es mucho menor.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto narrarme.
Por eso me desnudo,
por eso me grito,
por eso frecuento los periódicos, me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Si, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él no caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Mayor, mucho mayor de lo que yo esperaba.
Pero tampoco en la calle caben todos los hombres.
La calle es menor que el mundo.
El mundo es grande.
Tú sabes cómo es de grande el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón.
Viste los diferentes colores de los hombres.
los diferentes dolores de los hombres,
sabes qué difícil es sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un sólo pecho de hombre, sin que él estalle.
Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en el cristal,
tan calma. No anuncia nada.
Entre tanto se escurre en las manos
¡tan calma! Va inundando todo.
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
¿Los hombres sumergidos, volverán?
Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Sólo ahora descubro
cuán triste es ignorar ciertas cosas.
(En la soledad
desaprendí el lenguaje
con el que se comunican los hombres).
Otrora escuché a los ángeles,
las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas.
Nunca escuché la voz de la gente.
En verdad soy muy pobre.
Otrora viajé
por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante exhaustivas y convocando al suicidio.
Mis amigos fueron a las islas.
Las islas pierden a los hombres.
Sin embargo algunos se salvaron y
trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días,
entre el fuego y el amor.
Entonces, mi corazón también puede crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota.
¡Oh vida futura! Nosotros te criaremos.
De: Sentimento do mundo, 1940
Traducción de Rodolfo Alonso
Enlaces relacionados con Drummond de Andrade: http://www.escritores.org/biografias/171-carlos-drummond-de-andradehttp://www.poesiasemanal.com/poesiasemanal/andrade.htmlhttp://www.materialdelectura.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=107&Itemid=1http://elpoetaocasional.blogspot.com.ar/2010/07/carlos-drumond-de-andrade.html
Catalina Boccardo: 1961, Buenos Aires. Publicó "El jardín santo", Ediciones en Danza, 2011 y "Territorios", Editorial del Dock, 2012. Tiene inéditos dos libros "Laguna naineck" y "Bailar". Edita el blog "Intercuerpos" en www.intercuerpos.blogspot y www.adestiempolanada.blogspot.com
Enlaces relacionados con Catalina Boccardo:
http://elpoetaocasional.blogspot.com.ar/search/label/Catalina%20Boccardohttp://unadepoetas.blogspot.com.ar/2012/03/catalina-boccardo-busco-los-extremos-de.html