Rudy Francisco

Poeta Rudy Francisco, con campera de jean sobre fondo marrón


Introducción     


Cuando yo estaba en el colegio, participaba en el club de oratoria y debate y mi “evento”de concurso fue la “Interpretación de Poesía”. El subgénero más popular de poesía que serepresentaba en este evento fue la poesía spoken word (traducido literalmente, significa la palabra hablada). Cuando empecé a participar en este tipo de oratoria, hubo una chica quién me golpeó con una representación de algunos poemas por Rudy Francisco. Desde entonces he sido un gran admirador de su obra y también del subgénero entero.
Según el glosario de términos poéticos publicado por la Fundación Poesía en su sitio web, la poesía spoken word es una denominación general para poesía que se ejecuta oralmente. Aunque el spoken word puede ser publicado en el formato de un poemario escrito, el subgénero viene de la tradición oral y puede incluir elementos musicales y dramáticos para hacer comentarios sobre asuntos de la justicia social, política, raza, y comunidad. Según el sitio web de Rudy Francisco, su estilo se caracteriza pòr el uso de la narrativa personal para discutir temas importantes como: la política de la raza, clase social, género y religión mientras reforzar “the interconnected nature of human existence”.
Ha demostrado en su recitación de poemas en vivo y también en sus poemarios Getting Stitches (2013) , Scratch (2014), No Gravity (2015) y Helium (2017), que su vida amorosa es el medio preferido para hablar sobre esos temas. En esta colección abreviada, he decidido elegir doce de los cincuenta y ocho poemas en el poemario original para contar una historia sobre el amor y la felicidad mientras vivir con una enfermedad mental como la ansiedad o depresión. Espero que la orden de los dos poemas cuente efectivamente esta historia porque, de alguna manera, es nuestra historia contar juntos como traductor y poeta. En su ensayo “Translating Poetry”, Yves Bonnefoy escribió que el traductor no tiene que ser un poeta también, pero “...if he is himself a writer he will be unable to keep his translating separate from his own work” (189).
De esta manera, la traducción de estos poemas involucra mis propias experiencias y da causa al producto final. Pero el producto final no contiene las palabras (verdaderas) del autor porque, según Walter Benjamin, “The task of the translator consists in finding the particular intention toward the target language which produces in that language the echo of the original” (The Task of the Translator, 258). En suma, aunque las palabras originales de Rudy Francisco han producido el espíritu de mis traducciones, la presentación de estos poemas traducidos se refleja la historia personal que yo he encontrado escondida en su obra; la conexión personal que nos atrae a la poesía, y los sentimientos profundos que espero encuentren también.


Horizonte 



Espero no haber pasado 
delante de mis mejores momentos. 
 
Espero que haya algo
hermoso en el horizonte
que está tan impaciente como yo.
Algo tan vehemente,
que quiere encontrarme a mitad de camino.
Un momento que
que mira diligentemente su reloj,
temblando con
ansiedad, frustrado
y reventando sus costuras,
preguntándose porqué me estoy demorando
tanto en llegar.



A la chica que trabaja en el Starbucks, cerca de
mi casa en la calle de Del Mar Heights , juro por
Dios que no soy un acosador

Cuando te pedí un chai latte,
lo que quise decir fue:
“Pasaba por aquí y te vi en la ventana.
Entré solamente para saber
cómo sonaría tu voz”.

Pero en lugar de decir eso, me puse muy
nervioso y sólo pedí la primera cosa en el menú.
Ni siquiera sé qué es “chai”.

Ni un latte, en realidad.

Imagino que cuando Dios te hizo
maldijo por la primera vez. Se volvió hacia un
ángel, le chocó los cinco, y dijo “¡Guay, soy
putamente bueno!” Así eres de hermosa. Pasé
los últimos cinco días tratando de averiguar
cómo voy a presentarme correctamente, y creo
que lo he resuelto al fin.
Será algo así como… “hola”.

Eso es todo lo que tengo hasta ahora, pero creo
que es un buen comienzo.



Al hombre que está de pie en la esquina
sosteniendo un letrero que dice “Dios odia a los
maricas”

Nunca he visto exactamente a quien
hace doblar tus rodillas como un clip,
a quien hace que tus manos se unan
ni a quien le rezas
pero creo que sé cómo luce:

Apuesto que tu Dios mide 5’10”.
Apuesto que él pesa 185. Probablemente
luce como un diploma de secundaria
cuando está al lado de un GED.

Apuesto que tu Dios tiene un peinado corto por
delante y largo por detrás. Apuesto que él carga
una riñonera y viste una camisa de franela sin
mangas, y dice palabras como “getrdun”.
Apuesto que tu Dios ve FOX News,

Dog the Bounty Hunter, votó por Donald Trump,
y adora a Bill O'Reilly. Apuesto que tu Dios es
un político de Arizona. Apuesto que en su
colegio se servía racismo en la cantina

y se ofrecía “discurso de odio” como segundo
idioma. Apuesto que él tiene una esvástica
dentro de su garganta
e insultos racistas tatuados en su lengua
solo para hacer más cómoda la intolerancia

en su boca. Apuesto que él tiene un cruz en
llamas como quien muestra el dedo, y Jim Crow
debajo de las uñas. Tu Dios
es el sueño húmedo de la bandera confederada.
Concebido en día en que el cielo
decidió cortarse las venas.
Apuesto que tu Dios tiene problemas con la
bebida. Apuesto que él ve el fondo del vaso
con más frecuencia que a sus propios hijos.

Apuesto que él riega whiskey sobre sus sueños
hasta que saben a buenas ideas, probablemente
maldice como una guitarra eléctrica con
síndrome de Tourette conectada al océano.
Apuesto que él grita como una esquizofrénica
pistola de clavos, que destruye todo lo que se le
acerque y se preocupe por él. Apuesto que hay
ángeles en el cielo con ojos negros y aureolas
rotas

que afirmaron haber caído escaleras abajo.
Apuesto que tu Dios hubiera creado a Eva
sin boca y le hubiera enseñado a abrir sus
piernas como una revista

en la que ella nunca estará porque no es bastante
bonita. Tarde o temprano te darás cuenta
de que le rezas a tu propia sombra,
de que te paras frente a espejos

para adorar tu propia reflejo.
Tu Dios le robó la identidad al mío.



Horizon



I hope I haven't already driven
past my greatest moments.

I hope there is something
beautiful on the horizon

that's just as impatient as I am.
Something so eager,
it wants to meet halfway.
A moment that is diligently
staring at its watch,
trembling with
nervousness, frustrated,
and bursting at the seams,
wondering what's taking me
so long to arrive.



To the Girl Who Works at Starbucks, Down the
Street from My House on Del Mar Heights
Road, I Swear to God I'm Not a Stalker.

When I asked you for a chai latte,
what I meant to say was:
“I was walking past. I saw you in the window.
I only came in here because I had to know
what your voice sounded like.”

But instead of saying that, I got really nervous
and just ordered the first thing on the menu.
I don’t even know what “chai” is.

Or a latte, for that matter.

I imagine, when God made you,
he cussed for the first time. He turned to an
angel, gave him a high five, and said “Goddamn,
I’m good!” You are that beautiful. I spent the
last five days trying to figure out how I’m going
to introduce myself to you properly, and I think
I’ve finally figured it out.
It’s going to be something like… “Hi.”

That’s all I got so far, 
but I think it’s a good start.



To The Man Standing on the Corner Holding
the Sign That Said “God Hates Gays”

I've never seen exactly who it is
that paperclip your knees,
meld your hands together, and pray to
but I think I know what he looks like:

I bet your God is about 5’10”.
I bet he weighs 185. Probably
stands the way a high school
diploma does when it's next to a GED.

I bet your God has a mullet. I bet
he wears flannel shirts with no sleeves,
a fanny pack, and says words like
“getrdun.” I bet your God watches FOX News,

Dog the Bounty Hunter, voted for Donald
Trump, and loves Bill O'Reilly. I bet your God is
a politician from Arizona. I bet his
high school served racism in the cafeteria

and offered “hate speech” as a second language.
I bet he has a swastika inside of his throat
and racial slurs tattooed to his tongue
just to make intolerance more comfortable
in his mouth. I bet he has a burning cross
as a middle finger and Jim Crow
underneath his nails. Your God
is a Confederate flag’s wet dream.
Conceived on a day when the sky
decided to slice her own wrists.
I bet your God has a drinking problem.
I bet he sees the bottom of the shot glass
more often than his own children.

I bet he pours whiskey on his dreams
until they taste like good ideas,
probably cusses like an electric guitar
with Tourette's plugged into an ocean.

I bet he yells like a schizophrenic nail gun,
damaging all things that care about him
enough to get close. I bet there are angels in
Heaven with black eyes and broken halos

who claimed they fell down the stairs.
I bet your God would have made Eve
without a mouth and taught her how
to spread her legs like a magazine

that she will never ever be pretty enough
to be in. Sooner or later you will realize
that you are praying to your own shadow,
that you are standing in front of mirrors

and are worshipping your own reflection.
Your God stole my God's identity.



RUDY FRANCISCO (1982, San Diego, California, Estados Unidos de NA)
Traducción: Caleb Sabatka
Fuente: Helio
Imagen en L.A.TACO

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