Jacques Prévert | El poeta ocasional

Jacques Prévert




Domingo



Entre las filas de los árboles de la avenida de Los Gobelinos
una estatua de mármol me conduce de la mano
Hoy es domingo los cines están repletos
Los pájaros desde las ramas contemplan a las criatura hunanas
Y la estatua me besa pero nadie nos ve
salvo un niño ciego que nos señala con el dedo



Bárbara



Acuérdate Bárbara
llovía sin cesar en Brest aquel día
y marchabas sonriente
dichosa embelesada empapada
bajo la lluvia
Acuérdate Bárbara
llovía sin cesar en Brest
y me crucé contigo en la calle de Siam
sonreías
 yo también sonreía
Acuérdate Bárbara
tú a quien yo no conocía
tú que no me conocías
Acuérdate
Acuérdate pese a todo de aquel día
no lo olvides
un hombre se cobijaba en un portal
y gritó tu nombre
Bárbara
y corriste hacia él bajo la lluvia
empapada embelesada dichosa
y te echaste en sus brazos
Acuérdate de eso Bárbara
y no te ofendas si te tuteo
yo tuteo a todos los que amo
aunque los haya visto sólo una vez
tuteo a todos los que aman
aunque no los conozca
Acuérdate Bárbara
no olvides
esa lluvia buena y feliz
sobre tu rostro feliz
sobre esa ciudad feliz
esa lluvia sobre el mar
sobre el arsenal
sobre el barco de Ouessant
Oh Bárbara
menuda estupidez la guerra
qué has llegado a ser ahora
bajo esta lluvia de hierro
de fuego de acero de sangre
Y el hombre aquel que te estrechaba entre sus brazos
amorosamente
quizás ha muerto o desparecido o vive todavía
Oh Bárbara
Llueve sin cesar en Brest
como solía llover en otro tiempo
pero no es lo mismo y todo está estropeado
es lluvia desconsolada de duelo espantoso
ni siquiera es ya tormenta
de hierro de acero de sangre
simplemente nubes
que revientan como perros
perros que desaparecen
en el remanso de Brest
y van a pudrirse a lo lejos
Lejos muy lejos de Brest
donde ya no queda nada


JACQUES PRÉVERT ((Neuilly-sur-Seine, 1900 / París, 1977, Francia)
De: "Paroles", Los libros del mirasol, 1960. Traducción de Juan José Ceselli

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