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Sergio Kisielewsky: La casa de lado


A LOS PERROS se los entierra en el jardín, viven allí 
como la aureola, los primos y al pecado. 
La poesía es una carretilla sin peso 
quiere traer el agua a la playa sin mar. 
Quiere que todo se inunde en la pampa seca 
quiere que el soldado dispare al aire. 
 
No se vuelve a ciertos lugares, se bebe vino con la morocha 
en el estaño
y se le cuenta que en una época la playa era
inundaba por el agua.

El mar era sólo amor plegado, te traía del cielo
jarras y brindabas.




EL PASADO te hunde con su bala deforme.
No busques ahí, es material de antaño con alta
combustión.
Te estallará en la cara y serás una bola de fuego.
Si vuelves al mar escucha esa nueva voz.
La muchacha tiene túnica y sólo habla cuando sonríe.



Poeta Sergio Kisielewsky acodado en una mesa de bar, sonriente con un buzo color marrón
Otros poemas de SERGIO KISIELEWSKYaquí
De: "La casa de lado", Ediciones del camino, 2024
Imagen en Facebook



Poemas inéditos de Sergio Kisielewsky



La escritura es el lenguaje del ausente. 
Freud     
    

1  



La rama del árbol no cayó vencida 
fue el mar que la atrapó como a un vándalo. 
 
Así fue el olvido como una tierra más 
separándose de la llanura. 
 
No queda tiempo, dijo el verano, 
no quedan muros, ni esquirlas, ni benteveos. 

Sólo una luz en una casa donde una mujer escribe, usa pañuelos, renguea,
ve un sable colgado en la pared, ve la penumbra y un patio
con un muro de no me olvides surcando el ladrillo.

Una luz se inclina en su mesa y canta.

Así es la mañana, las aves, el ciruelo.
La tibia armazón de lo que nace.



2



Las glorias del corazón no tienen estirpe.
Tienes un vestido de alpaca y hule
y una tos que viene de los cuentos.

Hazme un sitio en tu cama y no ladraré.



3



Si fueras a presentar tu vincha
yo daría peniques y tormentas.

Dame el colchón donde duerme tu gata, princesa.

Tendré amapolas, guirnaldas, luces sin neón y un porrón seco.

Tu saliva es sumidero y no conozco el azul de tus ojos
ni la marea de algas finas que torna la arena blanca.

El médano es una ballena de temer.
No galopa, no pide.

Llevas tu canasta de sándwiches turquesas a la pradera
y no nos damos tiempo de ver el mar.
Todo se nos va, no es agua, es tiempo.

Nos asomamos y no hay amanecer ni atardecer.
Alguien ama el vóley
y quiere colgarse de tu toalla como un pequinés.

-Déjame ver el mar-
-Soy yo, me decís.



4



La casa del columpio no es en vano
es un rosa escarpín donde el muro no existe,
existe el olor a comida que fue.



5



Las rubias son imbatibles.
No es tristeza lo que sentía cuando te fuiste.

Es un mortero.



De: "La casa de lado"
Otros poemas de SERGIO KISIELEWSKYaquí

SERGIO KISIELEWSKY nació en Buenos Aires, Argentina en 1957. Integró el Taller Literario Mario Jorge de Lellis y la Revista Mascaró.
Publicó los libros de poemas Algo de la época, Memoria caníbal, Corazón negro, Electrificar Rusia, La belleza es un campo minado y Nunca te hablé con palabras.
En 2019 publicó su libro "La palabra del otro. Entrevistas a escritores y artistas que dejaron huella" con reportajes a Olga Orozco, Andrés Rivera y el poeta asturiano Ángel González entre otros.
Obtuvo premios en nuestro país y el extranjero. Su obra fue traducida al inglés por el John Oliver Simon.
Integró el Plan de Lectura Leer es Crecer en los primeros años de la recuperación democrática. En la actualidad coordina Talleres Literarios.
Es periodista.

Sergio Kisielewsky: Nunca te hablé con palabras




III



Nunca te hablé con palabras.
Me decís que vas a tomar ese avión.

Ahora tu voz es un delantal.
Vuelvo a mirarte y asusta
El mundo se quiebra como un plato de sopa.

Damos vueltas, respirás
y dan ganas de ser el aire.

Es la caída del corazón al rocío.

En el reservado del bar te encuentro
Es un armiño con el ruido del tren
que pasa entre nosotros como un fantasma griego

Tenés un duende en el paladar
te subís a la taza, girás, olés al día,
vuelo en tu alcoba y deseo a tu pie
y a la terraza que se llega sin escalera.

No volveré a verte.

Comprás frambuesas en El Bucanero
Sólo un trozo de aire en el Abasto
que gira hacia el mundo de los hoteles
que nada alumbran
Sólo tus hombros adorados por la luz.

El tiempo se dispara como loca marquesina
Silbás a rabiar
y no hay quien lo detenga
No es el Parque Chacabuco
No es Alchurrón  tocando la guitarra en las peñas del 79
No es la tarde donde jugaban con Laura
("Le pedí a Dios  que viniera")
Y algo se movió de cuadro.
Creo que la tarde llegará hasta el mar.

Te veo en la calle de la Agronomía
Veranito a las diez de la noche
Tu corazón es un idioma con arco y flecha

Nada se balance más que tu pie descalzo

Sos un deleite intratable
que ejerce su pasión por las brasas
por el calor de la carne haciéndose

Estoy en la calle esperándote
Es un leve motor que tengo
Volvé te digo, la orilla es tu pie, tus manos que acarician de a cuatro.


Otros poemas de Sergio Kisielewsky, aquí
De: "Nunca te hablé con palabras", Babel Editorial, 2015
Imagen: Presentación del libro "Nunca te hablé con palabras". De izquierda a derecha: Juano Villafañe, Isabel Steinberg, Laura Kisielewsky y Sergio Kisielewsky


Sergio Kisielewsky


Abotonado    




Ponía las llaves en la biblioteca 
y vos llevabas tu guardapolvos al armario. 

Yo amaba saber que te iba a querer toda la vida.

Desplegaba el sofá cama y nuestra hija
no llegaba a los dos años.

Te amaba.
Amaba verte en Valeria, sabía que tu padre
combatió a los que odiaba mi padre.

Luego vino el mar, los tullidos,
la sombra de la sombra en el país del trabajo no fijo.
Me pudrí y te cansaste.

Pero yo me cansé de mí.

Y aquí estoy.
Miro por la ventana de una habitación ajena.
Vivís a ocho cuadras como mi hija
y te ponés a soñar
que alguien te querrá.

Las comidas, los hoteles, los pocos asados y tus canciones de Baderek.

Todo ocurre alrededor del fuego.
El fuego en que nos quemamos.



9



Tu belleza es un campo minado.

Un poste en la calle Valle.
Son los adoquines del atardecer
que se llueven a si mismos.



10


¿Qué ve el poeta?

El poeta se ve a si mismo
como peste.

El inservible escuchando la Spika en el umbral.
Pide un trabajo.
Pide candelabros.
Un hijo.
Calles que no, papá.
Un figura sólida que estremece.

Es un silbido deshilachado por las calles.
No me verás irme, papá.
No me verás con el hijo.
No me verás trayendo un objeto desde el desván.

No me verás papá.
Un trozo de luz que lastima el paisaje.
Un embarcadero. Un puerto.
Una sombra
en la casa de Quequén.



SERGIO KISIELEEWSKY
 (1957, Buenos Aires, Argentina)

De: "La belleza es un campo minado", Alcion Editora, 2006
Foto: "Los poetas de Mascaró, Centro Cultural de la Cooperación. Sergio Kisielewsky en el centro



Sergio Kisielewsky

Encuentro



Inés Ollero está en un bar de Federico Lacroze.

La miro.Fuma.
Tiene 21 años.

Me dice
Vamos a la reunión.

Tengo varias materias previas
e Inés me ayuda en Física.
No sabía nada de mí.
No olvidaba nada de vos.
No me construí.
Hoy te veo en esa foto
y está fumando.
Mirás y me decís
que tomás el colectivo 127 a San Martín.
Llevás materiales.
Detienen el colectivo y vos tenés materiales.

No les decis nada.
Tenés los pantalones oxford,
mirás la calle, las mesa marrones del bar,
los espejos,
la tibia obscenidad de nuestras edades.

Me besás en la mejilla
y me decís que estudie.
Tomás el colectivo en 1977,
Tu sangre es la bandera.


Sergio KisielewskySERGIO KISIELEWSKY (1957, Buenos Aires, Argentina)
De. "Electrificar Rusia", Colección de poesía Mascaró, 1999
Imagen: videolife.tk

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