Lizard
Acomoda la cucha
pacientemente a un lado
y al otro, y se reclina,
satisfecho y seguro.
Cierra los ojos pero
no las orejas ante
la noche numerosa
de crujidos a ciegas.
¿Escucha el discurrir
de mi lápiz, renglón
tras renglón que pretenden
dar cuenta de su pose?
Él sabe del metrónomo
de esta escritura en marcha.
Lo que lo tiene en vilo
no soy yo: es el umbral.
Puertas abiertas
Apago la pantalla
de la compu: escribir
es alejarse. Suena
el zumbido constante
de la heladera (algunos
hacen música con
los monótonos ruidos
de sus hogares: tedio
vivido de otra forma).
¿Y a dónde llego? Al linde
de la mirada: canto
en silencio la pura
saciedad de mis ojos
frente a líneas que corren
cada vez más ariscas
hasta volverse lumbre.
poemas que conforman
sólo por ser sonoros.
Los cuerpos de la física
Los objetos, sin prisa
ni pausa —la mirada
los recorre—, mantienen
su ser en la fijeza
impávida que les
es más propia. Mis manos
podrían, iracundas,
destrozarlos, hundirlos
en lo oscuro. Se da
que escribo, que me doblo
ante el papel, y sale
elevar la mirada
cada tanto y sentir
un vaso, un carillón,
una reja: un segundo
de eternidad inmóvil.
Es que sos reptiliana
No somos compatibles
pero nos entendemos
pese a los sucesivos
desengaños. (Girar
en tu órbita me vuelve
un manojo de voces
que se apagan: precario
ante el papel, idiota
en versos que procuran
apenas si llamarte
la atención, y fracasan.)
Nala piensa en Damayanti
El perro, inquieto, busca
algo incansablemente:
se acerca a la comida,
va después al portón.
En cambio yo, tranquilo
después de dos semanas,
pienso en vos, y del centro
de tu nombre surgís.
Surgís como una luna
que cruzará la noche
dándome, porque sabe,
un poco de su luz.
Luz que dice: “mirá:
mi piel junto a tu piel”.
Otros poemas de PABLO SEGUI, aquí
Entre los ocho y los diecisiete años estudió violín, para luego dedicarse hacia la poesía.
Ha publicado los siguientes libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011),Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018), Noción de ritmo (Barnacle, 2019) y Lizard (Barnacle, 2020).
Desde hace varios años ya publica sus poemas en sucesivos blogs, entre los cuales figuran: El tren y la mujer que llena el cielo, El poeta ocasional, La lección de piano, El bakelita, Por el jornal, Crocante de seco y el actual, Voces en La Babía.
Ha publicado los siguientes libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011),Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018), Noción de ritmo (Barnacle, 2019) y Lizard (Barnacle, 2020).
Desde hace varios años ya publica sus poemas en sucesivos blogs, entre los cuales figuran: El tren y la mujer que llena el cielo, El poeta ocasional, La lección de piano, El bakelita, Por el jornal, Crocante de seco y el actual, Voces en La Babía.