Sol negro
Esta es una casa deshabitada.
Parece la mente extenuada de un viejo
en cuyos cuartos cerrados latidos son
la madera que cruje a cada paso.
Un lugar para que la memoria ronde a ciegas
hasta desembocar en la cocina, abrir una ventana
y otra vez recomenzar.
Viento en zig-zag sobre el asfalto mojado
husmeando resquicios por donde colarse,
grandes ramas que taponan la alcantarilla
enredadas con hojas de diario y sucios
envoltorios de papel. No precisamente
conocimiento se obtiene de estas cosas
sino algo más pobre.
El Mercurio de bronce entre dos gruesas
palmeras que se agitan, lustroso;
los automóviles que por evitar el agua estancada
desaceleran, torciendo a la izquierda;
mesas vacías del "Foglia",
blancas en la vereda reluciendo
como vacas que abrevan a orillas de un río.
Prematuro anochecer en que, sin esperanza,
entre desperdicios removidos por la tormenta,
la cabeza de ébano, las ancas
y los costillares de un caballo vuelven a mí.
Uno criado por Loiácono al que dijeron
que apostara: Pax Romana, Empereur, Traficante
o algo parecido, un nombre susurrado
en medio del hormiguear de los apostadores
yendo de las boleterías a las gradas.
Y del regreso del hipódromo, en la rotonda,
una pick-up y un camión cisterna,
distantes entre sí 50 mts, se incendiaban.
Pasto quemado, trizas de vidrio esparcidas
por el pavimento y manchas de aceite;
los curiosos dispersándose en la lluvia,
gruesas gotas rebotando en el capot.
PRIMERO EN LA 6TA. CARRERA BLACK SUN.
1' 12" 3/5 en los mil doscientos.
Oscar Taborda (Rosario, Argentina, 1959)
De: "Diario de Poesía Nro 16"