no puedo creer que la vida lo haya transformado
en un ser tan sensible, a veces pienso
en cómo fue durante muchos años
la persona capaz de ignorar el hambre
o el aire asfixiante.
Pienso en el humo que arrojaba sobre nosotros
como quien fuma en un cuarto diminuto y cerrado.
Él no fumaba, sólo apagaba el cigarrillo
sobre nuestros labios, la magia negra
de lastimar sin que advirtiéramos
cómo ni cuándo.
Ahora llora y pide perdón, vuelve atrás
sobre la historia,
reconoce lo sembrado:
quise plantar flores, dice,
pero no supe qué hacer con toda la mierda
que traía encima, la dejé ahí,
la dejé en el jardín,
no sabía que iba a crecer tanto.
§
Tenso el puño para dormirme
un acto reflejo, casi mecánico
me preparo para bucear en las profundidades
durante las próximas ocho horas. Allí aparece
todo lo que esquivo con éxito durante el día:
el miedo a estar sola, el dolor de haberte perdido
el deseo de que regreses y la esperanza también
de que a la larga como me dicen
todo sea para mejor.
Me despierto, el puño sigue tenso
igual como lo dejé al dormirme, abro la mano
por las dudas, pero no hay en ella ningún tesoro
no hay tesoros en el fondo del mar
solo nosotros mismos y un espejo gigante
que al igual que los del circo
deforma nuestras dimensiones
y se lee en clave.
LUCIANA REIF nació en Lanús, Buenos Aires, en el año 1990. Es socióloga por la UBA y becaria de investigación en el CONICET. Coordinó junto con Valeria De Vito el ciclo de poesía "Lo que tan rápido fuga" en Espacio Enjambre. Dicta el taller "Amor y poesía - Todo beso es político". Es autora de los poemarios Entrada en calor (Ojo de mármol, 2016) y Un hogar fuera de mí (Visor de poesía, 2018), ganador del último premio a la Creación Joven de la Fundación Loewe.
Fuente: Revista Ñ y celofánpoesía.blogspot.com