Cada día es un pozo, el fondo de algo
que duerme ya sin ojos, nos acecha.
Cada día es un poco de tierra
que cede.
Cada día que pasa es una lástima.
Cada día es la puerta de una casa sin muros.
Cada día es un sol a media noche.
Cada día alguien pone
sobre un rostro
un espejo:
tú eres el vaho que el cristal aguarda.
Juan José Ceselli (1909/1983, Buenos Aires, Argentina)
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