El gran paraguas
Cuando llueve
y qué hermosa es la lluvia
los preparativos de la lluvia
los colores
las formas de las nubes
los insectos que salen en legiones a quemarse en las lámparas
el alboroto de los sapos
los viejos amigos de la lluvia desde el diluvio
cuando Noé salió en el arca de Noé
con viento favorable y el permiso de Dios
y miles de parejas según sus especies
y era afuera la lluvia
y era adentro del arca diversión y barullo
y hasta hubo fornicaciones
porque muchas hembras bajaron preñadas.
La lluvia, la lluvia.
Pero cuando llueve afuera en el patio
y también llueve adentro de la casa
y la mujer y el hombre corren buscando cacerolas
palanganas, baldes
y la cuna del hijo la llevan de la sala al comedor
la pasean igual que la naranja de la ronda
y se mojan el ropero, el pan, el diario, el arroz
y el hombre y la mujer vuelcan en el patio las cacerolas
las palanganas, los baldes llenos de lluvia
y vuelven a ponerlos al pie de las goteras
entonces
es cuando el hombre, el jefe de familia piensa
en abrir un paraguas adentro de la casa
y hacer canaletas por donde corra el agua
pero tiene que ser un gran paraguas
porque el jefe de familia no piensa solamente en él
su mujer y su hijo
sino también en los parientes, los amigos, los vecinos
en las visitas que pueden llegar un día de lluvia
y en el mendigo que está afuera mojándose
y decirle: "Pase usted, señor
esté con nosotros debajo del paraguas."
Javier Villafañe (1909 / 1996, Buenos Aires, Argentina)
De: "El gran paraguas", Ediciones La Rosa Blindada, 1965