ODA AL AUTORRETRATO
Si he sido árbol enjuto,
pequeño insecto, sabio,
alquimista, loco Midas de plomo,
o solamente
una abierta costilla,
que los amigos digan.
pequeño insecto, sabio,
alquimista, loco Midas de plomo,
o solamente
una abierta costilla,
que los amigos digan.
Algún poema, en la noche,
nos cierra las dudas
y las otras heridas,
más alcobas
y duelos
y penumbras
CON SUS LOCAS VIRTUDES
Con sus locas virtudes
llena mi vacío terrenal
con sus escritos
en las puertas
en los pantalones
en las medias,
toda una mensajería que,
a veces, me desborda;
ella quiere en su ausencia,
que haga cantar al bosque
que llene todos los guijarros
y que todos, danzando
pidan por su presencia.
UNIONES
Nos unieron los follajes,
tu piel que no reconocía la caricia,
y esa música que se fue creando
más allá de los músicos
y de los mercaderes.
Caminatas en el día, besos en la noche
y mis dedos, siempre en la cortesía,
enredaban tus cabellos, trenzaban flores,
y te dejaban partir por las calles
entre dichosa y despreocupada,
entre esbelta y eterna,
entre bella y puntual, relámpago mío,
atardecer discreto, diurna y nocturna,
campana y laberinto,
Ya no hay tinieblas, hemos combatido
blasfemias, infamias y nostalgias.
Así ganamos las playas azules y el mar.
Los negros sueños fueron olvidados.
Estamos aquí, bajo jazmines y estrellas,
mojándonos, sumergidos en la lluvia,
con las puertas cerradas
y un manojo
de vida o de llaves
en las manos.
tu piel que no reconocía la caricia,
y esa música que se fue creando
más allá de los músicos
y de los mercaderes.
Caminatas en el día, besos en la noche
y mis dedos, siempre en la cortesía,
enredaban tus cabellos, trenzaban flores,
y te dejaban partir por las calles
entre dichosa y despreocupada,
entre esbelta y eterna,
entre bella y puntual, relámpago mío,
atardecer discreto, diurna y nocturna,
campana y laberinto,
Ya no hay tinieblas, hemos combatido
blasfemias, infamias y nostalgias.
Así ganamos las playas azules y el mar.
Los negros sueños fueron olvidados.
Estamos aquí, bajo jazmines y estrellas,
mojándonos, sumergidos en la lluvia,
con las puertas cerradas
y un manojo
de vida o de llaves
en las manos.
Enlaces: Periódico de poesía | Otra iglesia es imposible
Imagen en La canción del país
Primer poema: envio de Raúl O. Artola