Yo no titulo,
no escribo
poesía, ni prosa,
mucho menos
prosa poética.
Yo no nací
desnudo, siquiera
me visto desde
esta mañana,
no moriré
desnudo, seré
ya otra cosa.
No partí
de Babilonia,
o Persia, China,
India,Grecia, o Roma:
la historia no
admite divisiones,
solo oculta una
línea, su sentido.
Yo no titulo.
No sentenciaré
si el árbol tapa
el bosque o el vaso
está medio lleno
o vacío,
hay bosques
diminutos y vasos
de vacíos.
No oraré
en Jerusalén,
La Meca,
Varanasi o Ise:
Dios tiene la palabra,
Dios, el único Dios
el que está floreciendo.
No diré alguna cosa
cuando comienza
una brisa,
ni citaré
a Parménides,
cuando ha corrido
tanta agua bajo
el puente.
Yo no titulo.
No he visto
a Miguel Ángel,
ni a Van Gogh,
Delacroix o Duchamp,
menos aún los
artistas rupestres,
artesanos o grafiteros,
todos ellos me vieron
y me siguen mirando.
No tengo continente
africano, asiático,
americano
ni europeo,
me desbordan
los océanos
de tus ojos,
los glaciares de
cualquier ausencia.
No optaré por
«roban pero hacen»
o «matan
pero ordenan».
No aparezco, ni
parezco, ni perezco:
el aquí es ahora,
por ahora asumo,
asumo y asumo,
yo no titulo,
como en otros tiempos
todavía me extraña
todo, todavía
te echo de menos.
no escribo
poesía, ni prosa,
mucho menos
prosa poética.
Yo no nací
desnudo, siquiera
me visto desde
esta mañana,
no moriré
desnudo, seré
ya otra cosa.
No partí
de Babilonia,
o Persia, China,
India,Grecia, o Roma:
la historia no
admite divisiones,
solo oculta una
línea, su sentido.
Yo no titulo.
No sentenciaré
si el árbol tapa
el bosque o el vaso
está medio lleno
o vacío,
hay bosques
diminutos y vasos
de vacíos.
No oraré
en Jerusalén,
La Meca,
Varanasi o Ise:
Dios tiene la palabra,
Dios, el único Dios
el que está floreciendo.
No diré alguna cosa
cuando comienza
una brisa,
ni citaré
a Parménides,
cuando ha corrido
tanta agua bajo
el puente.
Yo no titulo.
No he visto
a Miguel Ángel,
ni a Van Gogh,
Delacroix o Duchamp,
menos aún los
artistas rupestres,
artesanos o grafiteros,
todos ellos me vieron
y me siguen mirando.
No tengo continente
africano, asiático,
americano
ni europeo,
me desbordan
los océanos
de tus ojos,
los glaciares de
cualquier ausencia.
No optaré por
«roban pero hacen»
o «matan
pero ordenan».
No aparezco, ni
parezco, ni perezco:
el aquí es ahora,
por ahora asumo,
asumo y asumo,
yo no titulo,
como en otros tiempos
todavía me extraña
todo, todavía
te echo de menos.