POETA HABLANDO CONSIGO MISMO ANTE EL ESPEJO
Sí, Soy yo
Esta caza de mí
se ha transformado en algo evidentemente
absurdo
creyendo que cuando yo
era perseguido
no sólo me encontraría a mí mismo
sino también a todo un rebaño de yoes
yoes pasados, yoes futuros
un carro cargado de ellos
y todos estos años
y adónde he llegado
en este punto del tiempo
éste no es el mismo espejo
que contemplé hace años
Es el espejo que cambia
nunca el pobre Gregory
¡Hey!, en la vida
Donde fui, fui
Donde me detuve, me detuve
Cuando hablé, hablé
Cuando escuché, escuché
Lo que comí, comí
Lo que amé, amé
Pero que puedo decir acerca de
adonde fui, no fui
adonde me detuve, continué mi camino
cuando hablé, escuché
cuando escuché, hablé
cuando ayuné, comí
y cuando amaba ...
no deseaba odiar
Ahora veo a las personas
como las ve la policía
También veo a las monjas del mismo modo
en que veo a los hare-krishnas
No tengo representante
me disgusta la idea de un poeta con
representante
sin embargo Ginsy y Ferli, tienen uno
y hacen pilas de plata con ellos
se vuelven más famosos también
Quizás debiera contratar un representante
Wow!
De ningún modo, Gregory, quédate
En la cercanía del poema
Puma en el zoológico de Chapultepec
Largo suave lento rápido pulido gato
¿Qué música, de quién la coreografía que
bailaste
cuándo ellos bajaron la cortina final?
¿Puede semejante gracia ponderada permanecer
aquí, toda sola, en esta cueva de 3 por 6?
¿Te darán otra oportunidad
Tal vez para danzar en las Sierras?
Qué triste pareces, mirándote
yo pienso en Ulanova,
encerrada en algún cuarto amueblado
en Nueva Cork, en la calle 17 del este,
en la sección puertorriqueña.
Ucello
Ellos nunca morirán en ese campo de batalla
ni las sombras de los lobos reclutarán sus
tesoros como
novias del trigo en todos los horizontes
esperando allí
para consumir el fin de la batalla
no habrá ningún muerto que ponga tensos sus
vientres
flojos ningún montón de tiesos caballos en los
que
enrojecer sus ojos brillantes o aumentar su
comida de
muertos.
Antes vagarían enfurecidos y hambrientos con
lenguas
dementes que creer que en ese campo ningún
hombre pudo morir.
Nunca morirán aquellos que luchan tan
abrazados
aliento con aliento, el ojo reconociendo al
ojo, imposible
morir o moverse, ninguna luz se filtra, ningún
brazo con maza,
nada más que un caballo resoplando contra
otro, escudo
brillante sobre escudo, todos iluminados
por el afilado rayo de un ojo bajo un yelmo.
¡Y aquellos pendones! Lo bastante airados para
echar a volar
sus insignias de una parte a otra del cielo
que han borrado.
Podría imaginarse que pintó sus ejércitos
junto a los ríos
más fríos que tenías filas de calaveras de
acero
brillando en la oscuridad.
Pensarías que es imposible que un hombre muera
la boca de cada combatiente es un castillo de
canción
cada puño de acero un gong soñador, golpe
resonante,
golpe
como gritos de oro
¡Cómo desearía participar en tal batalla!
Un hombre plateado en un caballo negro con un
estandarte rojo
y una lanza listada, nunca morir sino ser
eterno
un príncipe dorado de una guerra pictórica.
"Corso es un lanzador fenomenal
de palabras —primera señal desnuda del poeta—, un maestro científico de delirantes bocanadas de lenguaje. Anhela una superficie desternillada de elipsis, de acrobacias del más peculiar fraseo, recogidas
de las calles de su psique como «locos niños de chapas de botella»." Allen Ginsberg