IV. BALADA
(De las contra-verdades)
No hay preocupación, más que cuando se tiene hambre;
ni servicio, más que de enemigo;
ni se saborea si no es un fardo de heno;
ni gran vigilancia sino de hombre adormilado;
ni clemencia sino de traición;
ni seguridad sino de miedosos;
ni lealtad, sino del regenerado;
ni más sensato que el enamorado.
No hay engendramiento sino en los baños;
ni buena fama sino de hombre afrentado;
ni risa sino después de un puñetazo;
ni prestigio, sino tras negar deudas;
ni auténtico amor, sino en la adulación;
ni buen encuentro, sino con los desgraciados;
ni verdadero informe, sino en la mentira;
ni más sensato que el enamorado.
Ni reposo semejante a vivir en la preocupación;
ni se puede hacer honor mayor que decir bah;
ni vanagloria, sino de falsos acuñadores;
ni salud, sino la de hombre abotargado;
ni alta osadía, sino en la cobardía;
ni razón, más que en el enfurecido,
ni dulzura, sino en la mujer aturdida;
ni más sensato que el enamorado.
¿Queréis que os diga la verdad?
No hay juego sino en la enfermedad;
palabra verdadera, sino en la tragedia;
cobarde, sino caballeroso;
sonido horrible, sino melodía;
ni más sensato que el enamorado.
Francois Villon (París, 1431 ó 1432, Francia / 1463?
Hyspamerica Ediciones Argentina, 1984
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