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El perseguidor, revista de letras, Gabriele d'Annunzio


EL PERSEGUIDOR revista de letras fue una publicación de docentes, estudiantes y graduados de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales de la UBA. Dirigida por Diego Viniarsky. Entre sus colaboradores permanentes figuran Carlos Battilana, Arturo Carrera, Jorge A. Madrazo y Horacio Salas. Roberto Raschella es el autor de la nota sobre  Gabriele d'Annunzio (1863 / 1938) y traductor de los poemas incluídos.  Transcribo un poema: "La regata"


¡Oh, Marina de Pisa, cuando fulgura
la canícula!
Las alondras cantan sobre los prados
de San Rossore
y las cigarras cantan sobre los plátanos
del Arno en la contienda.

Cuando el Verano lleva el oro en la boca,
el Arno lleva el silencio a su garganta.
Toda la mañana por la dulce playa
aquí hay un cantar, allí otro cantar;
calla el agua entre una y otra voz.
Y el Verano ya se inclina de un lado,
ya del otro se encorva para escuchar.
Es lento el río, la barca es veloz.
La orilla es pura como una guirnalda.
¡Tú ríes siempre con los rayos en la boca,
como el Verano a mí, como el Verano!
Sobre nosotros están las velas blancas,
sobre nosotros las velas inmaculadas.
El viento que las toca,
toca también tus párpados un poco cansados,
toca también tus delicadas venas;
y un divino sopor te inspira,
fresco en las pestañas como rocío
naciente al alborear.
Tu sangre se vuelve azul como el mar.
Tu alma de paz se corona.
El arno lleva el silencio a su garganta
como el Verano lleva el oro en la boca.
¡Bandadas de pájaros atraviesan la garganta,
después todas las alas humedecen en el mar!
Todo mal pasado en el olvido cae.
Se extingue todo deseo vano y feroz.
Aquello que ayer me hizo sufrir, ya no me perturba;
aquello que me tocó, ya no me toca.
Está callado en mi corazón todo deseo,
como el agua entre una y otra voz.
así desciendo al mar;
así navego. Y por la dulce playa
aquí hay un cantar y allí otro cantar.

Las alondras cantan sobre los prados
de San Rossore
y las cigarras cantan sobre los plátanos
del Arno en la regata.


*Canícula: período del año en que el calor es más fuerte

Hombre sentado con traje

El perseguidor, revista de letras N° 7, 1999/2000

Enlaces: El decadentismo
Imagen:  Valentina Panozzo

El ornitorrinco, revista de literatura




Revista fundada en 1976 por Abelardo Castillo, Sylvia Iparraguirre y Liliana Hecker. Editada hasta 1985, la revista fue promotora de importantes debates culturales y de jóvenes artistas. (Ver enlace "Las especies...")

En su tercer número , junio / julio de 1978, se publicó este poema de Edna Pozzi (1926, Pergamino, Provincia de Buenos Aires, Argentina)






Manuscrito antiguo



                                             a A.





Recuerdo que quería mostrarte

un manuscrito antiguo

y era en una tarde lloviznas y carbones

en que adquirías distancia

y te volvías parco al entusiasmo de las gaviotas

con esa enferma alegría

que no has podido transmutar en humo



Hemos andado siempre tan hondamente lejos



Y sin embargo puedo enumerarte

con cierta delicadez y cautela

Crees que eras una especie de torpe pájaro

contenido en sus alas

doblado sobre una torva intimidad

recuerdo que quería complicarte

en una pasillo largo y oscuro

donde los dos, estoicos y severos

con una rebanada de pan

descifraríamos la hermosa escritura

el sueño de esa monja

que confundía los cisnes y las águilas

y veía de noche, en la nieve

un triángulo de lilas encerrando su muerte



recuerdo que pensaba en una fina enemistad

que a veces adquiría dulzura

y era en las tardes honorables de la escritura

las formas lavadas que recogías de la oscuridad

como un pescador tenebroso

no del amanecer

los peces plateados dela noche

que resbalan en las manos

y vienen con su mordisco de luna en la boca

Recuerdo que quería mostrarte

un manuscrito antiguo

y pedirte además que me ayudaras a bien morir

y luego comeríamos uvas

y reiríamos de una forma que nadie entendería

tan improbables y malditos

que nuestra horrible risa

despertaría envidias y alucinaciones



Recuerdo, sí, esas distintas cercanías

y lo que pude consolarte

y consolarme

antes de que llegara esta desgracia

esta piedra filosa donde caigo

tan sola y triste tan extraña y muerta



y era tan fácil antes

amar el trigo y esta casa

tu sólida costumbre al mediodía

y la blanca señal de barcas en el río












Enlaces: Edna PozziLas especies literarias / Página 12Blog de Edna Pozzi

Blaise Cendrars: Prosa del Transiberiano y de la pequeña Juana de Francia

 Pros del Transiberiano, Antología El poeta ocasional



Dedicada a los músicos 


En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi infancia 
Estaba a 16.000 leguas del lugar de mi nacimiento
Me hallaba en Moscú,
en la ciudad de los mil tres campanarios y las siete estaciones
Y no me bastaban las siete estaciones y las mil tres torres
Porque mi adolescencia era tan ardiente y loca
Que mi corazón, alternativamente,
ardía como el templo de Efeso o como la Plaza Roja de Moscú                     
Cuando se pone el sol.
Y mis ojos iluminaban antiguos senderos.
Y yo era tan mal poeta
Que no sabía llegar hasta el fondo de las cosas.
El Kremlin era como una inmensa torta tártara
Crujiente de oro.
Con las grandes almendras de las catedrales
inmensamente blancas
y el oro empalagoso de las campanas...
Un viejo monje me leía la leyenda de Novgorode
Yo tenía sed
Y descifraba caracteres cuneiformes
Luego, de pronto, las palomas del Espíritu Santo volaron sobre la plaza
y también mis manos alzaban el vuelo, con  susurros de albatros
 y esto era las últimas reminiscencias del último día
Del postrer viaje
y del mar.
No obstante, yo era un poeta muy malo.
No sabía llegar al fondo de las cosas.
Tenía hambre
Ya todos los días ya todas las mujeres en los cafés ya todas las copas
                                                            
Habría querido beberlas y romperlas
Ya todas las vitrinas ya todas las calles
Ya todas las casas ya todas las vidas
Ya todas las ruedas de los coches que giraban
como torbellinos sobre los malos empedrados
Habría querido hundirlas en un gran horno de espadas
y habría querido moler todos los huesos
Y arrancar todas las lenguas
y licuar todos esos grandes cuerpos extraños
y desnudos bajo la ropa que me vuelve loco..
Presentía la llegada del gran Cristo rojo de la revolución rusa…
Y el sol era una inmensa herida que se abría como un brasero.
En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi nacimiento
Estaba en Moscú, donde quería alimentarme de llamas
y no me bastaban las torres y las estaciones que cubrían mi ojos de estrella
En Siberia rugía el cañón, había guerra
A Hambre frío peste cólera
y las aguas fangosas del Amor arrastraban millones de carroñas
                                                         
En todas las estaciones veía partir todos los últimos trenes
Ya nadie podía salir porque no se vendían más boletos
Y los soldados que se iban hubieran preferido quedarse...
Un viejo monje me cantaba la leyenda de Novgorode.
Yo, el mal poeta que no quería ir a ninguna parte, podía ir a todos lados
Y también los comerciantes todavía tenían dinero suficiente                                                  
Para ir a intentar hacer fortuna.
Su tren salía todos los viernes de mañana.
Se decía que había muchos muertos.
Uno llevaba cien cajas de despertadores y cucús de la Selva Negra
Otros cajas de sombreros, cilindros y un surtido de tirabuzones de Sheffield                                     
Otros ataúdes de Malmoe llenos de latas de conservas y sardinas en aceite
También había muchas mujeres
Mujeres entrepiernas en alquiler que también podían usarse
Ataúdes
Todas pagaban impuestos
Se decía que había muchos muertos allí 
Ellas viajaban con tarifa reducida
Y todas tenían una cuenta corriente en el banco. 
Pues bien, un viernes de mañana me llegó la hora por fin 
Estábamos en diciembre
y también yo partí para acompañar al viajante joyero que iba a Jarbín
                                                                        
Teníamos dos asientos en el expreso y 34 cofres de joyería de Pforzheim
Pacotilla alemana «Made in Germany» 
Me había vestido de punta en blanco, y al subir al tren se me perdió un botón 
                                                         [
- Lo recuerdo, lo recuerdo, a menudo pensé en ello desde entonces-
Yo dormía sobre los cofres y me sentía muy contento
de poder jugar con la browning  Niquelada que también me había dado
Me sentía muy feliz despreocupado 
Creía jugar a los bandoleros 
Habíamos robado el tesoro de Golconda 
Y, gracias al transiberiano, íbamos a ocultarlo del otro lado del mundo
Yo tenía que defenderlo contra los ladrones del Ural
que habían atacado a los saltimbanquis de Julio Veme
Contra los Junguzes, los boxers de la China 
Y los rabiosos pequeños mongoles del Gran Lama 
Alibabá y los cuarenta ladrones 
Y los fieles del terrible Viejo de la montaña 
Ysobre todo, contra los más modernos 
Los rateros de hotel 
Y los especialistas de los expresos internacionales
Y sin embargo, y sin embargo 
Estaba triste como un niño 
Los ritmos del tren 
La «médula ferrocarrilera» de los psiquiatras americanos 
El ruido de las puertas de las voces de los ejes rechinando sobre los rieles congelados 
Ell ferlín de oro de mi futuro 
Mi browning el piano y los juramentos de los jugadores
de  cartas en el compartimento de al Iado «
La deslumbrante presencia de Juana 
El hombre de anteojos azules que se paseaba nerviosamente
por el corredor y me miraba al pasar 
Murmullos de mujeres  
Y el silbido del vapor
Y el eterno ruido de las ruedas locas en los carriles celestes 
Los vidrios están escarchados 
¡La naturaleza no existe!
Y detrás, las llanuras siberianas el cielo bajo y las grandes sombras de los
Taciturnos que suben y bajan 
Estoy acostado sobre una manta de viaje 
Colorinche 
Como mi vida 
Y mi vida no me abriga más que esa manta  
Escocesa 
Y toda Europa entrevista por el parabrisas de un expreso a toda máquina 
No es más rica que mi vida 
Mi pobre vida 
Esta manta
Deshilachada sobre cofres llenos de oro
Con los que viajo
Sueño
Fumo
y la única llama del universo
Es un pobre pensamiento...
Desde el fondo de mi corazón me brotan lágrimas
Si pienso, Amor, en mi querida;
Ella no es más que una niña, a quien encontré así
Pálida, inmaculada, en el fondo de un burdel.
No es más que una niña, rubia, risueña y triste,
No sonríe y nunca llora;
Pero en el fondo de sus ojos, cuando te deja beber en ellos,
Tiembla un dulce lis de plata, la flor del poeta.
Es dulce y muda, sin ningún reproche,
Con un largo estremecimiento cuando tú te aproximas;
Pero cuando yo voy hacia ella, por aquí, por allá, festivo,
Ella da un paso, luego cierra los ojos, y da un paso.
Porque es mi amor, y las otras mujeres
Sólo tienen vestidos de oro sobre grandes cuerpos llameantes,
Mi pobre amiga está tan desamparada,
Está toda desnuda, no tiene cuerpo, es demasiado pobre.
No es más que una flor cándida, endeble,
La flor del poeta, un pobre lis de plata,
Muy frío, muy solo, y ya tan mustio
Que me brotan las lágrimas si pienso en su corazón.
Y esta noche es similar a otras cien mil cuando un tren rasga la noche
                                                                        [
- Caen los cometas-
Y el hombre y la mujer, aún jóvenes, se divierten haciendo el amor.
El cielo es como la carpa desgarrada de un circo pobre
en un pueblito de pescadores
En Flandres
El sol es un quinqué humoso
Y en lo más alto de un trapecio una mujer representa la luna.
El clarinete la corneta una agria flauta y un mal tambor
Y aquí está mi cuna
Mi cuna
Siempre estaba cerca del piano cuando mi madre como
Madame Bovary tocaba las sonatas de Beethoven
Yo pasé mi infancia en los jardines suspendidos de Babilonia
y la rabona, en las estaciones frente a los trenes a punto de salir
                                                          
Ahora hago correr todos los trenes detrás de mí
Bale-Tombuctú
También jugué a las carreras en Auteuil y Longchamp París-Nueva York
 Ahora hago correr todos los trenes a todo lo largo de mi vida Madrid-Estocolmo
Y perdí todas mis apuestas
Sólo queda la Patagonia,la Patagonia, que convenga a mi inmensa tristeza,
la Patagonia, y un viaje por los mares del Sur
Estoy en camino
Siempre estuve en camino
Estoy en el camino con la pequeña Juana de Francia
El tren pega un peligroso salto y vuelve a caer sobre todas sus ruedas
El tren vuelve a caer sobre sus ruedas
El tren siempre vuelve a caer sobre todas sus ruedas
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Estamos lejos, Juana, viajas desde hace siete días
Estás lejos de Montmartre, de la Butte que te alimentó del
Sagrado Corazón contra el cual te acurrucaste
París desapareció y su enorme fogata
No quedan más que las cenizas constantes
La lluvia que cae
La turba que se hincha
La Siberiaque gira
Los pesados manteles de nieve que ascienden
Y el cascabel de la locura que tintinea como un último deseo en el aire azulado
El tren palpita en el corazón de los horizontes plomizos
Y tu pena ríe burlona.,.
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Las preocupaciones
Olvida las preocupaciones
Todas las estaciones agrietadas oblicuas sobre la ruta
Los hilos telegráficos de los que cuelgan
Los postes grotescos que gesticulan y los estrangulan
El mundo se estira se alarga y se retira como un acordeón
atormentado por una mano sádica
En las resquebraduras del cielo, las furiosas locomotoras
Huyen
y en los agujeros,
las vertiginosas ruedas las bocas las voces
y los perros de la desdicha que ladran a nuestras espaldas
Los demonios están desencadenados
Chatarras
Todo es un acorde falso
El «brun-run-run» de las ruedas
Choques
Rebotes
Somos una tormenta bajo el cráneo de un sordo...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Pero sí, me pones nervioso, bien lo sabes, estamos muy lejos
La locura recalentada ruge en la locomotora
La peste el cólera se alzan como brasas ardientes en nuestro camino
Desaparecemos en la guerra totalmente en un túnel
El hambre P.uto se aferra a las nubes en desbandada
y estiércol de las batallas en montones apestosos de muertos
Haz como él, haz tu oficio...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Sí, estamos muy lejos, estamos muy lejos
Todos los chivos emisarios reventaron en este desierto
Oye los cencerros de ese rebaño sarnoso Tomsk
Tcheliabinsk Kainsk Obi Taichet Verkné Udinsk Kurgán Samara Pensa-Tulún
La muerte en Manchuria
Es nuestro desembarcadero y nuestra última guarida
Este viaje es terrible
Ayer por la mañana
Iván Ulitch tenía los cabellos blancos
y Kolia Nicolai Ivanovitch se roe los dedos desde hace quince días...
Haz como ellos la Muerte el Hambre haz tu oficio
Cuesta cinco francos, en transiberiano, cuesta cien rubIos
Afiebra los bancos y enrojece bajo la mesa
El diablo está en el piano
Sus nudosos dedos excitan a todas las mujeres
La Naturaleza
Las Busconas
Haz tu oficio
Hasta Jarbín...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Pero... vete al diablo... déjame tranquilo
Tienes caderas angulares
Tu vientre es agrio y tienes blenorragia
Eso es todo lo que París puso en tu regazo
También un poco de alma... porque eres desdichada
Tengo piedad tengo piedad ven hacia mí sobre mi corazón
Las ruedas son los molinos de viento de Jauja
 Y los molinos de viento son las muletas que hace girar un mendigo
Somos los lisiados del espacio
Rodamos sobre nuestras cuatro heridas
Nos cortan las alas
Las alas de nuestros siete pecados
y todos los trenes son los baleros del diablo
Corral
El mundo moderno
La velocidad no tiene la culpa
El mundo moderno
Las lejanías están demasiado lejos
y al final del viaje es terrible ser un hombre con una mujer...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Tengo piedad tengo piedad ven a mí te contaré una historia
Ven a mi cama
Ven a mi corazón
Te contaré una historia...
¡Oh ven! ¡ven!
En Fidji reina la primavera eterna
La pereza
El amor extasía a las parejas en la hierba alta
y la sífilis ronda bajo los bananeros
¡ Ven a la islas perdidas del Pacífico!
Se llaman Fénix, Marquesas
Borneo y Java
y Célibes con forma de gato.
No podemos ir al Japón
¡ Ven a Méjico!
En sus altiplanicies florecen los tulipaneros
Las lianas tentaculares son la cabellera del sol
Se hablaría de la paleta y los pinceles de un pintor
Colores fragorosos como gongs,
Allí estuvo Rousseau
Allí deslumbró su vida
Es el país de los pájaros
El pájaro del paraíso, el ave lira
El tucán, el sinsonte
Yel colibrí anida en el corazón de los lirios negros
¡Ven!
Nos amaremos en las majestuosas ruinas de un templo azteca
Tú serás mi ídolo
Un ídolo abigarrado infantil un poco feo y extrañamente raro
¡Oh ven!
Si quieres iremos en aeroplano y volaremos sobre el país de los mil lagos,
Allí las noches son desmesuradamente largas
el antepasado prehistórico tendrá miedo de mi motor
aterrizaré
Y construiré un hangar para mi avión con los huesos fósiles de mamut
                                     
El fuego primitivo recalentará nuestro pobre amor
Samovar
Y nos amaremos muy burguesmente cerca del polo
¡Oh ven!
Juana Juanita Ninita nita tetita ninón
Mi chiquita mi cosita mi tesoro mi Perú
Arroró gurrumina
Pompón mi bombón
Mi preferida corazoncito
Nenita
Querida gatita
Mi lindo pecadito
Chuchita
Cucú
Se durmió
Se durmió
Y no se engulló ni una sola de todas las horas del mundo
Todos los rostros vislumbrados en las estaciones
Todos los relojes
La hora de París la hora de Berlín la hora de San Petesburgo
y la hora de todas las estaciones
Y en Ufa, el rostro ensangrentado del artillero
Y la esfera tontamente luminosa de Grodno
Y el eterno avance del tren
Todas las mañanas se ponen en hora los relojes
El tren adelanta el sol atrasa
No le hace, oigo las sonoras campanas
La enorme campana de Notre-Dame
La campaneta agridulce del Louvre que convocó la San Bartolomé
Los carillones enmohecidos de Brujas la Muerta
Las campanillas eléctricas de la biblioteca de Nueva York
Las campanas de Venecia
Y las de Moscú, el reloj de la Puerta Roja
que me contaba las horas cuando estaba en una oficina
Y mis recuerdos
El tren retumba en las placas giratorias
El tren rueda
Un gramófono gutural iza una marcha gitana
y el mundo, como el reloj del barrio judío de Praga, gira locamente al revés
                                               
Deshoja la rosa de los vientos
Ya zumban las tormentas desencadenadas
Los trenes ruedan en torbellino sobre las redes enmarañadas Baleros diabólicos
Hay trenes que nunca se encuentran
Otros se pierden en el camino
Los jefes de .estación juegan al ajedrez
Chaquete
Billar
Carambolas
Parábolas
la vía férrea es una nueva geometría
Siracusa
Arquímedes
y los soldados que lo degollaron
y las galeras
y las naves
y los prodigiosos artefactos que inventó
y todas las matanzas
La historia antigua
La historia moderna
Los torbellinos
Los naufragios
Hasta el del Titanic que leí en el diario
Otras tantas imágenes-asociaciones que no puedo desarrollar en mis versos
Porque todavía soy un poeta muy malo
Porque el universo me desborda
Porque no me preocupé por asegurarme contra los accidentes de tren 
 Porque no sé ir hasta el fondo de las cosas
y tengo miedo.
Tengo miedo
No sé ir hasta el fondo de las cosas
Como mi amigo Chagall podría hacer una serie de cuadros dementes
                                                                  
Pero no tomé notas de viaje
«Perdónenme la ignorancia
Perdónenme no conocer ya el antiguo juego de los versos»
Como dice Guillaume Apollinaire
Todo lo que se refiere a la guerra puede leerse en las Memorias de Kuropatkin
                                            
O en los diarios japoneses que están tan cruelmente ilustrados
Para qué documentarme
Me abandono
A los sobresaltos de mi memoria...
A partir de lrkutsk el viaje se hizo demasiado lento
Demasiado  largo
Nosotros estábamos en el primer tren que rodeaba el lago Baikal
Habían adornado la locomotora con banderas y farolitos 
Y dejamos la estación con los tristes acentos del himno al Zar
Si yo fuera pintor vertería mucho rojo, mucho amarillo en el final de este viaje
Pues en verdad creo que todos estábamos un poco locos
Y que un inmenso delirio ensangrentaba
las nerviosas caras de mis compañeros de viaje
Cuando nos acercábamos a Mongolia
Que retumbaba como un incendio.
El tren había disminuido su marcha
Y en el perpetuo rechinamiento de las ruedas percibía
Los acentos locos y los sollozos
De una liturgia eterna.
He visto
He visto los trenes silenciosos los trenes negros que volvían          
del Lejano Oriente y que pasaban como fantasmas
y mi ojo, como el fanal de popa, aún corre tras esos trenes
En Talga agonizaban 100.000 heridos por falta de cuidados
Visité los hospitales de Krasnoiarsk
y en Jilok nos cruzamos con un largo convoy de soldados locos
En los lazaretos vi llagas abiertas heridas que sangraban a rabiar                                                 
los miembros amputados danzaban en derredor
o alzaban el vuelo en el aire ronco
El incendio se hallaba en todas las caras en todos los corazones
Dedos idiotas tamborileaban sobre todos los vidrios
y bajo la presión del miedo todas las miradas
reventaban como abscesos                                                   
En todas las estaciones quemaban todos los vagones
y he visto
He visto trenes de 60 locomotoras que huían a todo vapor
perseguidas por los horizontes en celo y bandas de cuervos
que alzaban el vuelo desesperadamente tras ellos
Desaparecer
En dirección de Port-Arthur.
En Tchita tuvimos algunos días de respiro
Detención de cinco días debido a la obstrucción de la vía
Los pasamos en casa del Señor Yankelevitch
que quería darme a su hija única en matrimonio
Luego volvió a partir el tren.
Ahora me había instalado yo en el piano y me dolían los dientes
                                                                        
Cuando quiero vuelvo a ver ese interior tan tranquilo el
negocio del padre y los ojos de la hija que de noche venía a mi cama
                                                         
Mussorgsky
Y los lieder de Hugo Wolf
Y las arenas del Gobi
Y en Jailar una caravana de sombreros blancos
Realmente creo que estaba ebrio durante más de 500 kilómetros
Pero estaba en el piano yeso es todo lo que vi
Cuando se viaja habría que cerrar los ojos
Dormir
Hubiera deseado tanto dormir
Reconozco todos los países con los ojos cerrados por su olor
y reconozco todos los trenes por el ruido que hacen
Los trenes de Europa son de cuatro tiempos mientras que los
de Asia son de cinco o siete tiempos
Otros van en sordina son canciones de cuna
Hay algunos que por el ruido monótono de las ruedas
me recuerdan la pesada prosa de Maeterlinck
He descifrado todos los textos confusos de las ruedas y   
reunido los elementos dispersos de una violenta belleza
Que poseo
y que me acosa.
Tsitsikar y Jarbín
No voy más lejos
Es la última estación
Me apeé en Jarbín cuando acababan de prender fuego a las
oficinas de la Cruz Roja    
Oh París
Gran hogar cálido con los tizones entrecruzados de tus calles
y tus viejas casas que se inclinan sobre ellas
 y se recalientan Como abuelas
y aquí hay anuncios, rojo verde multicolores como mi pasado en suma amarillo
Amarillo el arrogante color de las novelas de Francia en el extranjero
                                                              
Me gusta frotarme con los ómnibus en marcha en las grandes ciudades
Los de la línea Saint-Germain
-Montmartre me llevan al asalto de la Butte
Los motores mugen como los toros de oro
Las vacas del crepúsculo pastan en el Sagrado Corazón
Oh París
Estación central andén de las voluntades encrucijada de las inquietudes
Unicamente los droguistas aún tienen un poco de luz sobre su puerta
La Compañía Internacional de Wagons-Lits y de los
Grandes Expresos Europeos me envió su prospecto
Es la iglesia más hermosa del mundo
Tengo amigos que me rodean como pretiles
Cuando parto tienen miedo de que no vuelva más
Todas las mujeres que conocí se alzan en los horizontes
Con los gestos lastimosos y las miradas tristes de los semáforos bajo la lluvia
Bella, Inés, Catalina y la madre de mi hijo en Italia
y aquélla, la madre de mi amor en América
Hay gritos de sirena que me parten el alma
Allá lejos en Manchuria un vientre se estremece todavía como en un  parto
Querría
Querría no haber hecho nunca mis viajes
Esta noche me atormenta un gran amor
Ya pesar mío pienso en la pequeña Juana de Francia.
Fue en una noche de tristeza cuando escribí este poema en honor
                                                                       
Juana
La pequeña prostituta
Estoy triste estoy triste
Iré al «Conejo ágil» a recordar mi juventud perdida
y tomar unas copitas
Luego volveré solo


París
Ciudad de la Torre única del gran Patíbulo y de la Rueda
París, 1913

Poeta, novelista y ensayista francés. Su verdadero nombre era Sauser-Hall. Nació en La Chaux-de-Fonds, de padre suizo y madre escocesa, y obtuvo la nacionalidad francesa tras la I Guerra Mundial. Abandonó pronto sus estudios y viajó por Europa, Rusia y Asia, desempeñando diversos oficios. Blaise Cendrars fue ante todo poeta y en 1909 publicó La leyenda de Novgorod, y más tarde Pascua en Nueva York (1912), y el famoso Prosa del transiberiano y de la pequeña Juana de Francia (1913). Al igual que Apollinaire, despreciaba los poemas breves por lo limitado de su alcance y creó un estilo nuevo basado en la sucesión de impresiones, temas y sentimientos en los que la nostalgia y la desilusión se combinan con una visión cósmica del mundo. En 1914 ingresó en el ejército francés y sirvió en el cuerpo de voluntarios extranjeros. En 1915 perdió la mano derecha tras ser alcanzado por una granada. Su talento lírico quedó entonces destruido y hasta 1926 sólo escribió ensayos sobre pintores, relatos y una Anthologie nègre (1921). Este sentimiento de pérdida se observa también en El oro (1925), su primera novela. Moravagine (1926), una novela surrealista publicada un año más tarde, marcó su regreso a la violencia narrativa y fue al mismo tiempo una expresión autobiográfica de su vida aventurera. Blaise Cendrars fue también un aventurero de las formas literarias y un innovador de la ficción y el ritmo sincopado. Sus cuatro novelas más importantes, El hombre fulminado (1945), La mano cortada (1946), Bourlinguer (1948) y Le Lotissement du ciel (1949), demuestran que su autor entendía la literatura como una conquista del yo. Recibió la Legión de Honor y la Medalla Militar. En 1961, el mismo año de su muerte, fue galardonado con el Gran Premio Literario de la Villa de París.
Fuente: http://www.literaberinto.com/vueltamundo/minibiocendrars.htm

Revista Mascaró N° 6



Septiembre de 1986. Dirigida por Ricardo Mariño. Contiene parte de un ensayo de Alberto Mediza sobre metodología de la creación. Taller al que concurrí con Irene Frydenberg después de la disolución del Taller Mario Jorge De Lellis.

Mediza instrumentó métodos novedosos y muy estimuladores de la creación soslayando las formalidades de los géneros.

Alberto Mediza, (1942 / 1978) Maestro de sueños, Director de la palabra exaltada

En el N° 6 de Mascaró publiqué el siguiente texto:


Fin del episodio


el ring del teléfono alborota los objetos levemente perfilados de una pieza    
                                                            de hotel.
Nadie contesta a la única llamada que recorre la ciudad.
La lluvia, la mansedumbre, el
                     detective recostado y  tan semejante
aundisimulando mi costilla hundida.
Ysobre el fondo negro,
la mano de una mujer desnuda se desploma del hombro
como un cuerpo que explica por sí
mismo
                        el movimiento perpetuo.



Pedro Donangelo

El absurdo, la lógica y los elefantes, según el profesor Susurro.






Por lo que queda claro a raíz de los últimos y resonantes descubrimientos del profesor Pedro Susurro, el absurdo es un absurdo. Esta tesis contradice la sostenida hasta ahora por la escuela oficial, según la cual "el absurdo es una cosa". Y el mérito histórico del profesor Susurro consiste en haber establecido el carácter de esa diferencia, cuya naturaleza se explica con un razonamiento que él expone de este modo: dado que el elefante es un virus y que la gripe es contagiosa, más vale estar arriba que debajo de un elefante.




Siguiendo esta vía de análisis es que ya pueden esclarecerse distinta y dramáticas incógnitas. Así, bien puede aseverarse que el bicho de "La metamorfosis" de Kafka no es Luis Cucaracha, sino Dumbo. Luego que la verdadera cabalgadura de Tarzán no fue Luis el Negro, sino Tantor. Y por fin, que Adriana se inspiró en lo más notable del elefante para inventar la palabra "enarbolas".


A tenor de las investigaciones del profesor Susurro, siendo lo absurdo algo que se opone a lo lógico, el huevo -en su forma contemporánea - es absurdo porque lo lógico sería que fuese cuadrado, así no tendríamos que andar corriéndolo cuando se desliza por la mesada de la cocina. De allí que sean tan difíciles de freir los huevos de elefanta. Por afinidad conceptual puede discurrirse que el elefante no tiene trompa porque no la necesita, ya que no usa anteojos.


De igual modo la lógica indica que el elefante no anda por las paredes, porque lo absurdo sería que las paredes anduvieran por los elefantes. También, lógicamente, el elefante funciona a nafta porque constituiría una mayúscula absurdidad su funcionamiento a corriente eléctrica, dado que -en tal supuesto - el cordón se le enredaría entre los árboles.


Gracias a los hallazgos del profesor Susurro puede darse por cierta la existencia de un tercer tipo de elefantes, a partir del siguiente discurso: habiendo un elefante terrestre y un elefante marino, es obvio que debe haber un elefante aeronáutico y éste, lógicamente, debe volar.de donde resulta la posibilidad de que los dirigibles no sean dirigibles, sino elefantes camuflados.


Esta teoría también demuestra que los elefantes no asisten a los talleres literarios por lo absurdo que son las sesiones los sábados por la noche, o sea justamente en los días y horas más propicios para tentar fortuna en las conquistas amorosas.


Asimismo es absurdo guardar los elefantes en la heladera, porque se corre el peligro de que se tomen la soda. Lo lógico es guardarlos en el placard, para no tener que andar uno mismo aplastando las polillas. El profesor Susurro aconseja a este respecto, no dejar los elefantes al alcance de los niños, porque después no puede saberse quién estropeó al abuelito sentándose sobre él. Y no hay cosa más absurda que empujar un elefante desde atrás cuando la lógica señala que debe hacérselo por delante donde tiene dos manijas de marfil para tal objeto. Otro absurdo consignado en las experiencias del profesor Susurro consiste en pone los elefantes en la misma jaula que los canarios; este equívoco puede llevar a que ambos (....) tengan relaciones carnales, proporcionando malos ejemplos al vecindario. Quien quiera actuar lógicamente en la tenencia hogareña de los elefantes debe darles albergue en la percha del loro para que aprendan a hablar.


Pensar que si no fuera por Pedro Susurro, todo el mundo creería que los elefantes existen.





Consigna "El absurdo". Texto de un integrante del taller Mario Jorge De Lellis dirigido a un coordinador nada ocasional. 






Imagen: .www.ecologiayfauna.kuriososblog.com

Revista Último Reino, Louis Aragon: Como un diálogo de espejos abandonados



Nro. 5 de la Revista de Poesía "Último reino", editada en Buenos Aires dirigida por Gustavo Margulies y Víctor Redondo. Abril / Junio 1981


Poema para gritar entre las ruinas



Escupamos los dos escupamos
Sobre lo que hemos amado
Sobre lo que hemos amado juntos
Si tú quieres pues esto es bien un aire de vals y yo imagino
Lo que pasa entre nosotros de sombrío e inigualable
Como un diálogo de espejos abandonados
Con la consigna en alguna parte Foligno quizás
O la Auvernia o la Bourboule
Algunos nombres están cargados de un trueno lejano
Quieres escupamos los dos sobre esos países inmensos
Donde se pasean pequeños automóviles de alquiler
Quieres pues es necesario que algo aún
Que algo
Nos reúna quieres escupamos
Los dos es un vals
Una especie de llanto cómodo
Escupamos escupamos pequeños automóviles
Escupamos es la consigna

Un vals de espejos
Un diálogo en ninguna parte
Escucha esos países inmenso donde el viento
llora sobre lo que hemos amado
Uno de ellos es un caballo que se acoda en la tierra
El otro un muerto agitando una enagua el otro
La huella de tus pasos Recuerdo un pueblo desierto
A espaldas de una montaña encendida
Recuerdo tu espalda
Recuerdo tu codo
Recuerdo tu enagua
Recuerdo tus pasos
Recuerdo una ciudad donde no hay caballos
Recuerdo tu mirada que ha quemado
Mi corazón desierto un muerto Mazeppa que un caballo
Lleve ante mí como ese día en la montaña
La ebriedad precipitaba mi carrera a través de los robles mártires
Que sangraban proféticamente mientras
el día se debilitaba sobre camiones azules
Recuerdo tantas cosas
Tantas noches
Tantas habitaciones
Tantas caminatas
Tanta cólera
Tantos altos en lugares inexistentes
Donde se despertaba no obstante el espíritu de misterio igual
Al grito de un niño ciego en una estación de frontera
Recuerdo
Hablo entonces en pasado Que alguien ría
Si el corazón os habla del sonido de mis palabras
Amó Fue Vino Acarició
esperó Espió las escaleras que crujieron
Oh violencias violencias soy un hombre obsesionado
Esperó Esperó pozos profundos
He creído morir de espera
El silencio afilaba lápices en la calle
Ese taxi que tosía va a reventar a otra parte
Esperó Esperó las voces sofocadas
Ante la puerta el lenguaje de las puertas
Hipo de las casas esperó
Los objetos familiares tomaban por turno
Esperó el aspecto fantasmal Esperó
Los condenados evadidos Esperó Santo Cielo
Una cárcel de destellos y de pronto
No Estúpido No
Idiota
El calzado ha aplastado la lana de la alfombra
Retorno apenas
Amó Amó Amó
Pero tú no puedes saber cuánto
Amó es en pasado
Amó Amó Amó Amó Amó
Oh violencias

Tienen buenas violencias aquellos
Que hablan del amor como de una historia de cocina
Ah mierda por todo ese falso semblante
Sabes cuando aquello deviene verdaderamente una historia
El amor
Sabes
Cuando toda respiración se torna trágica
Cuando los colores del día son los que los convierte en risa
Un aire una sombra de sombra un nombre arrojado
Que todo arda y que se sepa en el fondo
Que todo arde
Y que se diga Que todo arda
Y el cielo tiene el gusto de la arena dispersa
El amor hijos de puta el amor para ustedes
es llegar a acostarse juntos
Llegar
Y luego Ja Ja todo el amor es eso
Y luego
Llegamos a hablar de lo que significa
Acostarse juntos durante años
Escucháis
Durante años
Semejantes a velas marinas que caen
Sobre el puente de un navío cargado de apestados
En una película que he visto recientemente
Una a una
La rosa blanca muere como la rosa roja
Qué es lo que entonces me conmueve a tal punto
En estas últimas palabras
La palabra última quizá palabra en que
Todo es atroz atrozmente irreparable
Y desgarrante Palabra pantera Palabra eléctrica
Silla
La ultima palabra de amor Imagináis eso
Y el último beso
Y la última
Displicencia
Y el último sueño Qué divertido
Ah todo toma este sentido abominable
Yo quería decir los últimos instantes
Los últimos adioses el último suspiro
La última mirada
El horror el horror el horror
Durante años el horror
Escupamos quieres
Sobre lo que hemos amado juntos
Escupamos sobre le amor
Sobre nuestras camas desechas
Sobre nuestro silencio y sobre las palabras balbuceadas
Sobre las estrellas fueron ellas
Tus ojos
Sobre el sol fuese él
Tus dientes
Sobre la eternidad fuera ella
Tu boca
Y sobre nuestro amor
Fuera él
TU amor
Escupamos quieres


LOUIS ARAGON (1897/1982, París, Francia)
De: "La Grand Gaité", 1929
Traducción: Eduardo Álvarez Tunón y Patmo
Imagen: Photo of Aragon and Triolet, 1946 - Ralph Morse, LIFE

La danza del ratón/1, Abril 1981 / Kenneth Koch


Primer número de la revista "La danza del ratón", dirigida por Javier Cófreces y Jonio González
"La Danza del Ratón ve la producción poética presente a partir de un esquema formado por una regla general y unas pocas excepciones que no la alteran . En el trabajo Poesía Argentina: algo huele mal, de Jonio González, se afirma que "la Poesía Argentina contemporánea ( . . .) está agonizante".Se la concibe, en palabras de dicho autor, como predominantemente alejada de la realidad inmediata hacia planos metafísicos o místicos, sin un conocimiento de la historia, carente de proyecto cultural y de voluntad integradora con las demás literaturas del continente, alienada dos veces por ser extraña a la Europa que imita y a la América que rechaza . Se la considera, además, extraviada, vacilante, indefinida e indefinible, mediocre, híbrida, carente de logros poéticos y con un lirismo de segunda. El artículo insiste en comparar esta producción con la  llamada generación del 40". (Scholarship at Boston College)




Atravesamos el Oceáno Indico...




Atravesamos el Oceáno Indico por diez centavos
y nos internamos en África por cinco
La refrescante Argentina
nos recompensó con muchos coches de plata
a cambio de nuestro tren de juguete. Fuimos a Kansas City
con la esperanza de encontrar allí monedas de veinticinco
pero en cambio atravesamos el Mar de Manila
viejas plumas de mar sin desenbarcaderos
Cinco doláres nos trajeron a Tánger
Habíamos ahorrado de a diez centavos como pagar la cuenta
Ahí está tan terso, tan verde y claro
Tómelo, agárrelo me pertenece
Gastamos los cinco dólares en Biarritz en siete minutos
pero al menos hicimos una buena comida y ahora desplegamos
las velas
He oído decir que Milwaukee está repleto de monedas de diez
            y veinticinco
y que Cincinnati es el sitio ideal cuando se trata de medios dólares
Puedo ver toda esa plata puedo verla y me parece que la quiero
Puedo ver la luz del sol que ilumina esos rostros plateados
en la remota Cincinnati
Las esbeltas monedas de cincuenta que reposan en las hojas
en el otoñal aire azul detrás del Conservatorio de Música
Oh deme el dinero
para que pueda subir al cielo
pues ya he estado en tantos barcos y trenes
mientras interminablemente buscaba las cumbres de la vida!


KENNETH KOCH (Cincinnati, 1925 / New York, 2002, Estados Unidos de Norteamérica)
Imagen: Kenneth Koch y Allen Ginsberg

Revista Cero N° 5-6 / Que no quería nadie abrazarme, sino mi piel


De junio de 1966. Dirección: Vicente Zito Lema. Entre los responsables figuran Jorge Carnevale y Nicolás Casullo. Número dedicado a Leopoldo Marechal, poeta. Ungaretti por Héctor Miguel Angeli. Saint - John Perse por René Menard en una versión de Raúl Gustavo Aguirre. (SJ Perse, una de mis primeras lecturas poéticas. No encuentro el libro en mi estante: se perdió en su propia exuberancia). Poemas de Ho Chi Minh, versión de Juan L. Ortiz. De la nota "Dos poetas ecuatorianos", de Daniel Barros., Euler Granda y Jorge Enrique Adoum, copio un poema de este último


Red                                                                                             




No hay de qué, Nocturna,

te agradezco.
         Van pasando
las sombras y sus hijas menores,
aves a quienes dio un puntapié la brisa.
El soñoliento párpado del alba
espiando los encajes de la ola.
Y yo, por qué he bajado,
si no es el día, aún tu falda.

Me ha desollado el páramo tan todo

con su silbo de solo, que no quería
nadie abrazarme, sino mi piel.
Algo es algo, ¿no te parece?
así fuera la mía, gris.

Yo te quisiera diaria, te quisiera costumbre,

amanecer sobre tus peces aunque me huyen
a cumplir su asamblea, entre tus algas
dulces ferruginosas, y todo tu perfume
abierto.

            No hay de qué. Pero regreso

a mi niebla puntiaguda, a mi trabajo.
A la arena pídele mi primer paso, resúmenes
de lo que no sabes, como a un cartero. Me
           conoce
por el pobre caer y el levantarme tanto.


JORGE ENRIQUE ADOUM (Ambato, 1926 / Quito, 2009, Ecuador)

Imagen: gualaquiza.net

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