Tanto gentile e tanto onesta pare
Tanto gentile e tanto honesta pare
Ch’ogne lingua deven tremando muta,
E li occhi no l’ardiscon di guardare.
Ella si va, sentendosi laudare,
Benignamente d’umiltà vestuta;
E par che sia una cosa venuta
Da cielo in terra a miracol mostrare.
Mostrasi sì piacente a chi la mira,
Che dà per li occhi una dolcezza al core,
Che ’ntender no la può chi no la prova;
E par che de la sua labbia si mova
Un spirito soave pien d’amore,
Che va dicendo a l’anima: Sospira.
Tan gentil y tan honesta parece
Tan gentil, tan honesta en su pasar
es mi dama cuando a otros saluda,
que toda lengua tiembla y queda muda,
y los ojos no se atreven a mirar.
Ella se va, oyéndose alabar,
benignamente de humildad vestida,
y parece que sea cosa venida
para un milagro del cielo mostrar.
Se muestra tan grata a quien la admira,
dan al pecho sus ojos tal dulzor,
que no puede entender quien no lo prueba;
parece de sus labios que surgiera
un soplo suave, tan lleno de amor,
que al alma va diciéndole: Suspira
DANTE ALIGHIERI (1265, Florencia / 1321, Ravena, Italia)
De: "Vita nuova", 1293
Imagen en La Nación