I
Es así, como la lluvia en la tarde,
nunca termino de llegar al fondo de tus ojos.
Demasiado dolor para hablar sueltamente del futuro,
cuando el húmedo brillo de la corteza huele a un bosque
crecido de golpe en el corazón del invierno, esta tarde, esos muertos.
Pero a qué abrazarme sino a ti, contra qué ventana
ver los hilos de la lluvia sino en tus ojos,
desde qué espera, bajo qué silencio.
¿A qué huele la tibieza de tu abrigo de lana
sino a esta lluvia, sino a ti misma,
tejida y desflecándose en el aire de la tarde?
En la hornalla ronronea el agua.
Encendamos un cigarrillo en su fuego y fumemos tranquilos:
existes, vivimos, y creo que te amo.
ALBERTO SZPUNBERG (´1940, Buenos Aires, Argentina / 2020, Barcelona, España)
De: "Apuntes (1982-1985)", Ediciones Libros de Tierra Firme, 1987
Enlaces: El poeta ocasional
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