Gladys González



pequeñas cosas     




porque uno 
puede morir 
por las pequeñas cosas 
como por el gracioso baile 
de las esporas 
que se arrastran 
por la tela 
de mi vestido 
por el silencioso crujir 
de la pintura hinchada 
reventando en un día de lluvia 
esparciendo un polvillo rosa 
sobre mi nuca 

 

paraíso



aquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores
sólo rotiserías con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos martillos alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres
este no es el paraíso ni el anteparaíso



tul




quiero verte en tu cama de hospital
contagiarme de tu muerte
bañarte con una esponja
como a los bebes
escribirte en el borde de las piernas
«no me dejes»
dibujarte la cara
con los granitos de arroz de mi plato
curarte los moretones del ojo
te haría el amor
desde esta esquina
despacito
sin tocarnos
porque yo sé que no puedes estar conmigo
y no me importa
me aguanto las ganas
me como el deseo
te regalo mi chaqueta
mi vestido de tul
mi casita de la zona sur 1

1 los amigos dicen que soy una tonta
que quieres experimentar
yo les digo que soy un tubo de ensayo
me miran y mueven la cabeza
saben que voy a sufrir
yo les creo todo

duermes en tu cama de hospital
y yo pongo más números
a mi lista de fracasos
me voy marcando la carne
con alambres y clavos
me voy convirtiendo en la explanada de tu llaga



transitorio




la espera
en una sala alfombrada
un servicio de aduana
revisión de equipaje
en un terminal
semi vacío
bus a medianoche
La caraqueña
en una radio a pilas
en algún lugar
del desierto
mientras se arma
una fila en el baño
de cholas
gringos
mujeres embarazadas
acantilados de sal
cielo abrasador
azul
e inmóvil
el vergel
y el cementerio
de bolsas plásticas
en la frontera
estación de camiones
aymaras con ojotas
y sacos
durmiendo
en la madrugada gélida
frente al puesto de cambio
buscar hotel
dormir
con la luz encendida
comprar comida
en el barrio de abarrotes norte
cebada
habas
leche de tigre
rocoto
trufi
tutuma
chicha precolombina
veneno
ceguera y locura
la nieve del desierto
penetra en la piel
abre y aceita
la herida
policía internacional
revisión de equipaje
ferry
taxi
subway
blue moon
y vodka
barrio chino
latino
vietnamita
chicos negros
haciendo ejercicio
con el torso desnudo
en los fierros
de un semáforo
en Harlem
registro internacional
revisión de equipaje
tráfico
calor húmedo
carnitas
pulque
horchata
el Pacífico
una orilla de metal
y alambres de púas
en la costa
border patrol
cámaras de seguridad
homicidios
desapariciones
mujeres empaladas
Tijuana
Xochimilco
DF
Tecate
León
Guanajuato
Juárez
Nogales
oficina de registro
cambio horario
la sal
haciendo una muralla
de recuerdos
en la carretera
una mochila
con tickets de avión
tarjetas de metro
boletos de bus
cuadernos con notas
libros
folletos de museos
una botella de whisky
con canela
un mezcal añejado
singani
el tiempo detenido
la disciplina de olvidar
negar
dejar atrás
no invocar como estado
ni la vigilia
ni la abstinencia

jamás


escarcha




paseo por la cocina
con una taza de té
de amapola
dibujando ciudades
con la escarcha
de mis huesos
escucho
motores de aviones
que practican
horas de vuelo
sobre el techo
de mi pequeña casa
el sonido
de la lluvia
golpeando
los cardos
de la calle
destrozando
la belleza
de lo primitivo


trazado




el dolor en el pecho
solo aparece
algunas noches
cuando regreso
a esa guerra perdida
hace años
ya no hay cansancio
ni grandes equivocaciones
ni carreras sin final
contra la pared
por ahora
la sangre sigue su curso
hacia atrás
aquí
el cemento
aún
está limpio


poesía chilena, paráiso, pequeñas cosas
GLADYS GONZÁLEZ
(Santiago de Chile, Chile)
De. "Pequeñas cosas", Poesía reunidad 2004/2017, Ediciones del Cardo, 2019
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