Guerra
El dedo tembloroso de una mujer
recorre la lista de los caídos
la noche de la primera nieve.
La casa está helada y la lista es larga.
Todos nuestros nombres están incluidos.
El antiguo mundo
Yo creo en el alma; por el momento
da lo mismo.
Recuerdo una tarde en Sicilia.
Las ruinas de un templo.
Columnas echadas en el pasto como amantes desnudos.
Las aceitunas y el queso de cabra tenían un sabor delicioso
y lo mismo el vino
con el que brindaba por la llegada de la noche,
las golondrinas lanzándose como dardos,
el viento y la luna sarracenos.
Oscurecía. Había algo
duradero antes de las palabras:
la comida nocturna de los pastores…
una efímera blancura entre los árboles…
la eternidad espiando al tiempo.
La diosa yendo a bañarse en el mar.
No debía ser seguida.
Estas rocas, estos cipreses,
tal vez sean sus antiguos amantes.
Oh, si fuera yo uno de ellos, me susurró el vino.
War
The trembling finger of a woman
Goes down the list of casualties
On the evening of the first snow.
The house is cold and the list is long.
All our names are included.
The Old World
I believe in the soul; so far
It hasn't made much difference.
I remember an afternoon in Sicily.
The ruins of some temple.
Columns fallen in the grass like naked lovers.
The olives and goat cheese tasted delicious
And so did the wine
With which I toasted the coming night,
The darting swallows,
The Saracen wind and moon.
It got darker. There was something
Long before there were words:
The evening meal of shepherds . . .
A fleeting whiteness among the trees . . .
Eternity eavesdropping on time.
The goddess going
to bathe in the sea.
to bathe in the sea.
She must not be followed.
These rocks, these cypress trees,
May be her old lovers.
Oh to be one of them, the wine whispered to me.
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