Entrevista de Antonio Gómez Ribelles a Natalia Carbajosa en El coloquio de los perros (fragmento)
—ECP: Es complicado hacerse una idea del ambiente literario estadounidense, no solo el de Nueva York o Chicago. Sabemos de grupos como los modernistas, imagistas y objetivistas, que se vieron influidos por las vanguardias artísticas europeas y el desembarco en Estados Unidos del arte europeo con el Armory Show en 1913 o la creación del MOMA en 1929, y la llegada de artistas y escritores exiliados. Pero ¿cómo una persona que vive aislada de los centros culturales, en una zona pantanosa e inundable de Wisconsin, llega a un conocimiento y a una práctica de la poesía más vanguardista del momento?
—NC: Se ha especulado mucho, a veces interesadamente, sobre ese aislamiento de Lorine Niedecker que la convierte en una rara avis de la poesía de vanguardia norteamericana y la emparenta con otro ilustre ejemplo del aislamiento y la experimentación, Emily Dickinson. En el caso de Lorine Niedecker, sin embargo, esa imagen idílica de la inspiración innata no es del todo exacta. Niedecker siempre fue muy consciente de su vocación poética: leía metódicamente y recibía la revista Poetry desde Chicago, paradigma de la poesía más avanzada del momento, y en la que ella misma publicó; revisaba cada poema hasta la saciedad, y de hecho escribió relativamente poco tras una vida entregada a la poesía; organizó cuidadosamente su legado hasta donde pudo, y vivió su falta de repercusión con bastante desaliento. Es verdad que hay algo “innato” en su manera de escribir poemas surrealistas y objetivistas incluso antes de entrar en contacto directo con los centros de referencia de estos movimientos; pero su estilo se fue afinando gracias a dicho contacto, en persona cuando viajó a Nueva York, por carta y con visitas puntuales de artistas el resto de su vida. Por otro lado, las influencias directas de su entorno inmediato (la naturaleza fluvial, el folclore autóctono y las cuitas de la clase trabajadora empobrecida a la que pertenece) sí aportan matices personales que hacen casi de cada uno de sus poemas una pieza inconfundible
...El objetivismo constituye la segunda generación del modernismo poético norteamericano. Al igual que el cubismo en pintura, los objetivistas conciben los poemas como artefactos con sentido en sí mismos, sin necesidad de aludir a la realidad externa, esto es, renunciando a la función referencial del lenguaje. Por eso prefieren los poemas breves, la elipsis que deja que el lector supla lo que falta, la presencia en los poemas de objetos a priori “no poéticos”. Los objetivistas puros rechazan la intromisión del yo profundo del surrealismo en una poesía que aspira a ser lo más impersonal posible. Sin embargo, el objetivismo de Lorine Niedecker aparece desde el principio en combinación con las imágenes inexplicables del surrealismo; la intromisión de las voces populares de su entorno inmediato (la madre, la vecina)...
MI VIDA JUNTO AL AGUA Mi vida junto al agua-- Oíd la rana primera de la primavera o la madera sobre la tierra helada al crujir Las musarañas royendo las puertas que dan a la pradera las artes y las letras Los conejos rapiñando mis acelgas Una barca dos-- de cara a mi ribera al alzar el vuelo goteo de ala descenso de algas por el agua suave y severa MY LIFE BY WATER My life by water-- Hear spring’s first frog or board out on the cold ground giving Muskrats gnawing doors to wild green arts and letters Rabbits raided my lettuce One boat two-- pointed toward my shore thru birdstart wingdrip weed-drift of the soft and serious Water |
LORINE NIEDECKER (1903, Fort Atkinson / 1970, Estados Unidos de Norteamérica)
Traducción: Natalia Carbajosa
Entrevista completa a Natalia Carbajosa, aquí
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