Un perro de la calle abraza a un hombre.
Lo veo: el hombre sentado en la plaza
sube a su cuello las dos patas delanteras del perro.
El perro no le tiene miedo. Están ahí: cara con cara.
Los dos abandonados se abrazan.
En silencio se abrazan.
Hay dolor de huesos, de hembras.
En el amor a los dos los mordió el hambre.
No hay nada más animal que la belleza.
Al jazmín del cabo
le lleva más de un mes
alumbrar una flor.
Todo
para un solo día de blancura.
Después
la flor será un té cerrándose.
Muere y perfuma más que antes.
Se vuelve aire.
Se respira blanco.
Cada minuto de jazmín
guarda a todos los jazmines.
Yo quisiera tener
ese talento para los finales.
Adentro de un vaso azul
a través de la ventana del living
apretando la cara contra las rejas
con el brazo derecho estirado
hasta que las puntas de mis dedos queman
junto agua de lluvia.
A tu amor
lo junto de un modo más extraño todavía.
De: www.tantotequeria.blogspot.com
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